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A la izquierda, Juan José Echevarría, autor del libro 'Juan María Araluce. El defensor de los Fueros asesinado por ETA'. A la derecha, AraluceEl Debate

Entrevista al biógrafo de Juan María Araluce, asesinado por ETA

Juan José Echevarría: «Con el ametrallamiento de Araluce, ETA inició la limpieza ideológica en el País Vasco»

Juan José Echevarría desgrana en 'Juan María Araluce, el defensor de los Fueros asesinado por ETA' los pormenores de la vida del que fuera presidente de la Diputación de Guipúzcoa y cuyo asesinato marcó el inicio de la limpieza ideológica en el País Vasco

Investigando para su tesis doctoral, Juan José Echevarría descubrió que la persona de Juan María Araluce, consejero del Reino y presidente de la Diputación de Guipúzcoa entre 1969 y 1976, iba mucho más allá de un nombre en la enorme lista de asesinados por ETA. Se encontró con una persona cuyo asesinato probablemente cambió el transcurrir de la Transición en el País Vasco. Con su ametrallamiento ETA el 4 de octubre de 1976, inició la limpieza ideológica en Euskadi.

¿Quién era Juan María Araluce?

—Araluce era un hombre muy brillante intelectualmente hablando y que además, según todas las fuentes consultadas tenía una bonhomía, es decir, cultivaba el ser una buena persona. El hecho de de su brillantez intelectual lo acredita a su vez el que fuera notario por oposición y el que desarrollara una carrera política. Era presidente de la Diputación de Guipúzcoa, procurador en Cortes y Consejero del Reino.

¿A Araluce lo matan por participar del Gobierno de Franco?

—Realmente no lo matan por eso. Le matan porque él había propuesto y había logrado desanudar el centralismo franquista. Es decir, él un año antes de su muerte presentó una moción en las Cortes pidiendo la devolución del concierto económico para Guipúzcoa y Vizcaya que había suprimido Franco en el año 37. Araluce planteaba una descentralización foralista inserta en el seno español, inserta en el seno de la monarquía española. Eso es lo que ETA no puede admitir porque para ETA una solución descentralizadora insertada en España era un anatema y decide asesinarlo para cortar de raíz esa posibilidad que aglutinaba a buena parte de la derecha vasquista y no nacionalista.

El matrimonio Araluce Letamendía con los Príncipes Juan Carlos y Sofía en la cena de gala celebrada en la Diputación el 10 de julio de 1973El Debate

Ha presentado el libro en las tres capitales vascas y Pamplona. ¿Qué acogida está teniendo?

—Estamos teniendo una buenísimas presentaciones con aforos que superan el centenar de personas. Una respuesta muy positiva, muy buena precisamente por eso, porque se está redescubriendo que había otras opciones políticas perfectamente legítimas y con planteamientos también de descentralización no nacionalistas.

Dice que Araluce era una persona pro españolista y, sin embargo, en la provincia que se consideraba más españolista, Álava, ha ganado Bildu. ¿Quizá esa limpieza ideológica que generó ETA en su momento está teniendo ahora esos frutos?

—Evidentemente. La limpieza ideológica lleva existiendo desde aquellos años. A finales de los años 70 y primeros de los 80 hubo una persecución a todo lo que era el centro derecha vasco, una persecución implacable que afectó a Araluce pero también a la gente de UCD y de Alianza Popular. Hubo muertos, hubo asesinatos y obligó a mucha gente a marcharse. Eso es un dato que deberíamos saber para evaluarlo bien. Además, hoy tenemos un voto joven que vota a Bildu. ¿Cuál es la causa de ello? Pues probablemente que no estamos sabiendo educar a las nuevas generaciones. El problema está en que no hemos sabido contar a las nuevas generaciones que había una organización totalitaria que pretendía el exterminio de sus rivales. Al no contarlo, al no transmitirlo, al no educar a las nuevas generaciones en ello, ocurre que las nuevas generaciones votan a Bildu sin saber que forma parte de ese legado de ETA.

Juan María de Araluce en su despacho de la Diputación de Guipúzcoa. A su derecha, la bandera del tercio requeté de San IgnacioEl Debate

Con lo cual, este libro, aunque quizá no fuera el objetivo inicial, contribuye a esa educación, a ese abrir los ojos.

—Este libro, aparte de recuperar y resucitar de alguna manera el legado de Juan María Araluce, es un libro que cuenta la historia del País Vasco, sobre todo de las décadas de los años 60 y 70, pero con una perspectiva y hablando de sucesos y de hechos desde el siglo XIX con la idea de informar, de transmitir el conocimiento a las generaciones de por qué surgieron todos estos problemas en el País Vasco. Intentando explicar todas estas claves.

Incluso esos planteamientos de Juan María Araluce están de plena actualidad ahora que se está debatiendo otra vez la amnistía o la financiación de Cataluña. ¿Cómo habría resuelto Juan María Araluce el problema actual de Cataluña?

—Cuando Araluce nació en 1917 había un sentimiento español entre los vascos y eran lo natural en aquel momento. A partir de ahí, la cosa fue cambiando sobre todo a partir de 1968 con los primeros atentados de ETA y la consiguiente represión que hubo por parte del régimen franquista, que enajenó a muchos vascos de la propia idea de España. Araluce remaba en la dirección totalmente contraria. Volver a una situación en la que estuviera el sentimiento pro español de los vascos. Trasladado a Cataluña Araluce habría sido un hombre primero de paz, de consenso, de buscar una solución sin descartar al centro español, que es lo que siempre eligió con respecto al País Vasco. Araluce era un hombre que, por su ideología tradicionalista, entendía que España debía ser descentralizada. Competencias regionales, provinciales, autonómicas.

Toda la familia Araluce Letamendía en el jardín de la nueva Zalvidea, en Estella. De izquierda a derecha, de pie, Gonzalo, Ignacio y Juan. En la segunda fila Maite, Juan María, Maité y Javier. En el suelo, María, José y María del Mar quien tiene en brazos a Marta.El Debate

¿Qué le dijo la familia Araluce, a la que no conocía, cuando les propuso escribir la biografía?

—Yo me puse en contacto con ellos a través de una de las hijas de Araluce, Maite, que es presidenta de la Asociación de Víctimas del Terrorismo. Una vez que que estableció contacto, sobre todo con el hermano mayor, mantuvimos muchas conversaciones. Les encantó el proyecto. Para ellos es toda una satisfacción que se pudiera recuperar el legado de su padre, que ha estado silenciado durante tantísimo tiempo. Se prestaron a colaborar y ayudar de una manera entusiasta. Fueron tres años de trabajo investigativo para poder presentar la figura de Juan María Araluce de una manera rigurosa y desafiante.