El PSOE pierde en Europa pese a su estrategia del victimismo y el miedo a la «internacional ultraderechista»

El PSOE ha perdido las elecciones europeas por cuatro puntos frente al PP que triplica la ventaja de las últimas generales. Los socialistas retroceden desde el 31,7% de los votos obtenidos en los pasados comicios del 23-J hasta el sólo 30,18% que ha cosechado la candidata socialista, la vicepresidenta Teresa Ribera. El apoyo del Gobierno de coalición (PSOE-Sumar) que fue del 44% en las generales se ha quedado en el 34,83%, en esta ocasión.

Un resultado que, en la práctica, supone la pérdida de un escaño y una derrota sin paliativos en el bloque 'progresista' tanto en España, como en Europa, a costa del imparable desgaste de sus socios. «Sánchez no tiene el respaldo de la mayoría de los españoles. La izquierda ha sufrido una derrota apabullante y es un motivo de esperanza para que el cambio llegue al Gobierno de España», afirmaba la secretaria general del PP, Cuca Gamarra, en su comparecencia tras conocerse los resultados definitivos.

Sin embargo, aunque los de Pedro Sánchez se alejan de la devacle que, al comienzo de la campaña, auguraban las encuestas con una brecha de entre 9 y hasta 11 puntos, y que la diferencia no ha sido en España tan alargada como en el resto de los principales países de nuestro entorno, el relato del victimismo y la estrategia del miedo a la «internacional ultraderechista» no han funcionado según lo esperado.

La movilización de última hora del electorado socialista no ha conseguido frenar el hundimiento que la izquierda ha sufrido en el resto de Europa. Así las cosas, el PP triplica su ventaja sobre el PSOE respecto al 23-J y los socialistas logran contener su resultado final sólo gracias a Cataluña, donde se adelantan con más del 30% del escrutinio a los separatistas de Junts (18,02%), ERC (14,8%), PP (13,8%), Vox (6,2%), Podemos (4,6%), Comuns-Sumar (4,3) y Se Acabó La Fiesta (2,8%).

Como en Cataluña, tan sólo en otras 3 comunidades autónomas -Canarias, País Vasco y Navarra- el mapa se tiñe de rojo. Sánchez, por lo tanto, no salva el plebiscito con el que enfocó su campaña frente al PP, apoyado en el victimismo como contrapeseo a los escándalos de corrupción y tráfico de influencias que acorralan a su mujer, Begoña Gómez, y más recientemente la investigación judicial por malversación que afecta a su hermano, David.