Empiezan las represalias de Sánchez por el caso Begoña: un CGPJ mutilado y el control de medios

Se acerca el juicio final de Pedro Sánchez a todos los que, según él, han participado de la «máquina del fango» contra su mujer y, ahora también, contra su hermano. Lo adelantó en la sesión de control al Gobierno en el Congreso de este miércoles y después lo desarrolló en su entrevista en TVE.

Sánchez anunció que, en julio, presentará al Congreso dos paquetes. Uno para forzar la renovación del Consejo General del Poder Judicial al margen del PP y otro que eufemísticamente llamó «agenda de calidad democrática» y «mejoras frente a la desinformación, los bulos y las estrategias de difamación de la ultraderecha». Básicamente, esa agenda consiste en ir a por los medios de comunicación que llamó nuevamente «tabloides digitales conservadores y ultraconservadores que propagan bulos».

Con respecto al CGPJ, el presidente dio un ultimátum al PP: o se aviene a un acuerdo en junio, o el Gobierno cortará por lo sano. «El día de la marmota ha durado demasiado, más de 2.000 días. Y eso se acabó. Nosotros nos damos como Gobierno hasta final de mes y, si no, el Gobierno de España junto con el Congreso de los Diputados dará una respuesta al secuestro».

Sánchez dio pistas de por dónde irán los tiros de la reforma de la Ley Orgánica del Poder Judicial que prepara. Quiere centrarse no tanto en el cambio de las mayorías, sino en despojar al CGPJ de su potestad para hacer nombramientos en el Tribunal Supremo y en los tribunales superiores de justicia, entre otros. Porque, según el líder del Ejecutivo, ése es el «incentivo perverso» del PP para no renovar a los vocales. «Nos centramos mucho en las mayorías, pero realmente el problema, el incentivo perverso para continuar bloqueando, es la facultad del CGPJ de hacer nombramientos. Hay que revisar esa facultad y hacerla mucho más objetiva, más transparente».

No obstante, algo más incluirá necesariamente esa reforma para que el PP no sea necesario en la ecuación para renovar el CGPJ, porque solo con eso no cambiaría la mayoría de tres quintos actual. Aunque esa parte se la sigue callando Sánchez, de momento.

En lo que se refiere a su «paquete de calidad democrática», el presidente contó que lo está negociando con Sumar y que el Gobierno lo presentará al Congreso «antes de que termine el mes de julio» para ser debatido y aprobado. Incluirá la transposición de una ley aprobada por el Parlamento Europeo en marzo, que establece medidas para que los medios de comunicación de los países de la UE informen de quiénes son sus propietarios, cómo se financian y la publicidad institucional que reciben. Pero no solo.

Una hora antes, en la sesión de control en la Cámara Baja, el portavoz de ERC le había dado algunas sugerencias: «Ustedes tienen el BOE. ¿Quieren acabar con la maquinaria del fango? Votemos aquí mañana vocales del CGPJ. Vetemos en contratación pública a empresas privadas que han colaborado con la maquinaria del fango, mañana. Aumentemos multas por perseguir, difamar, mentir, de 14.000 a 150.000 euros. Hagámoslo», retó Gabriel Rufián al presidente.

Este último ya habló de esa «agenda de regeneración democrática» en mayo. Entonces prometió a sus socios que después de las elecciones europeas tendrían noticias. Ya se acercan.