La opulenta sede del PNV en Pamplona que acogió la redacción del 'Arriba España'
El Palacio de los Navarro Tafalla, en pleno centro, es uno de los edificios más bonitos de la capital navarra
Es uno de esos edificios que cuando pasas por la calle Zapatería de Pamplona se quedas mirándolo. De hecho, es uno de los edificios más representativos del estilo 'rococó' de la arquitectura civil en la capital navarra. El paseante también se fija en el letrero de la puerta que anuncia que se trata de la sede del Partido Nacionalista Vasco en Pamplona.
Se trata del Palacio Navarro Tafalla, un edificio del siglo XVIII situado en medio de la calle Zapatería de Pamplona, una de las calles más céntricas y concurridas de la capital navarra. Pero más allá de su belleza, y también de su opulencia tan propia de la derecha vasca, este edificio tiene una curiosa historia ya que antes de albergar la sede de un partido nacionalista vasco, tuvo la sede del periódico 'Arriba España', propiedad de la Falange. Es el máximo exponente del aforismo «lo mismo vale para un roto que para un descosido».
El edificio fue construido en la década de 1760 por el indiano Juan Francisco Navarro Tafalla. Tras sucesivas herencias y ventas, en 1913 fue adquirido por una sociedad vinculada a personas del entonces joven PNV. Allí ubicaron la dirección del partido en Navarra y también editaron su propio periódico, 'La Voz de Navarra'.
Hasta que en la guerra civil pasó a manos de Falange Española de las JONS. Éstos aprovecharon la infraestructura del periódico nacionalista para abrir el diario 'Arriba España'.
Tras el cierre de éste en 1975, el edificio permaneció semiabandonado hasta que en el año 1989 lo adquirió una sociedad que se lo vendió al PNV, que lo rehabilitó como oficinas y salas de reuniones en la primera planta para albergar la sede en Pamplona del Partido Nacionalista Vasco y construyó viviendas en las demás plantas que vendió a particulares.
Desde entonces, es sin duda la sede más opulenta del PNV y sobre su balconada ondean las banderas de Navarra, de Europa y, por supuesto, la ikurriña.