El pacto por el CGPJ protege la independencia judicial: «Nadie volverá a ser Fiscal General tras ser ministro»

Esteban González Pons y Félix Bolaños han firmado este martes en Bruselas el acuerdo entre el Partido Popular y el PSOE para renovar el Consejo General del Poder Judicial. Tras cinco años estancado, los grandes partidos han llegado a un pacto que pondrá fin a la parálisis judicial, que garantiza la independencia y que rompe definitivamente con las puertas giratorias entre la Justicia y la política.

«Hay medidas en el acuerdo de abstención con respecto al Fiscal General del Estado y de despolitización de su cargo. Nadie podrá ser Fiscal General sin haber estado cinco años lejos de la política, es decir, ya nadie más podrá ser Fiscal General después de haber sido ministro», indicó satisfecho Esteban González Pons después de firmar el pacto.

González Pons, por parte del Partido Popular, y Bolaños, por parte del PSOE, comparecieron ante los medios por separado después de haber rubricado el acuerdo, una seña de distanciamiento que contrasta con la imagen de ambos durante la firma. El popular achacó este hecho a una «mayor comodidad» para responder «preguntas incómodas» mientras que el ministro aseguró desconocer «quién lo había organizado así». En cualquier caso, la imagen contrasta con pacto firmado.

Ambos aseguraron, no obstante, que era «un gran día para la democracia y para el Estado de derecho» y que con este pacto cumplían las exigencias que había establecido la Comisión Europea en su último informe sobre el Estado de derecho en España. Bruselas reclamaba una renovación que ha llegado cinco años después, y junto a una reforma legislatura sobre el sistema de elección.

Con este punto de encuentro, la Justicia «es más independiente de lo que era» e inicia un camino «alejada de la política y de la influencia de los políticos», según ha asegurado el vicesecretario del Partido Popular, Esteban González Pons. Bolaños, en su alocución, por su parte, no habló de independencia judicial sino de la alegría que suponía el fin de la «parálisis judicial», de la «política de los pactos y el clima de diálogo» y de que el acuerdo respondía «a un clamor de la sociedad».

Para llegar a un entendimiento ha sido clave el papel de mediador de la Comisión Europea, tanto con el comisario Reynders como con la vicepresidenta Jourová, algo que han querido agradecer las dos partes. «Es un caso de éxito», indicó González Pons, quien también dedicó buenas palabras para el ministro Bolaños y bromeó con que, después de dos años de negociación, puede que haya sido «el inicio de una amistad».

Tal «amistad» ha hecho posible que ambas partes se hayan puesto de acuerdo para nombrar a 20 nuevos vocales del Consejo General del Poder Judicial, que serán los que elijan un nuevo presidente. Esa veintena de personas son de «reconocido prestigio» y representan «todas las sensibilidades de la sociedad española», lo que es una «buena noticia para el país», según aseguró Bolaños. Por su parte, González Pons alabó que entre los elegidos no haya «políticos ni expolíticos» y que todos provengan de una «exitosa carrera judicial».