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El vicesecretario institucional del PP, Esteban González Pons

El vicesecretario institucional del PP, Esteban González PonsEFE

El Perfil

González Pons, el mejor amigo de Bolaños

Su estrella volvió a brillar cuando el dirigente gallego lo rescató en 2022 para pilotar la transición en el PP el día que el partido entró en shock con el enfrentamiento Casado-Ayuso

Esteban González Pons (Valencia, 59 años), hijo de un endocrino y una enfermera, dijo hace unos días que con Félix Bolaños había comenzado «una gran amistad», tras pactar la renovación del CGPJ. Una ironía más de este «generador de consensos», como le llaman los que conocen bien al vicesecretario institucional del PP, cuya especialidad es resucitar siempre. Lo ha sido todo en el PP: vicesecretario de Comunicación, portavoz del grupo en el Senado, consejero valenciano, vicepresidente del PP europeo, pero nunca ha sido ministro ni ha presidido su Comunidad, donde llegó a portavoz de la mano de Francisco Camps. En julio pasado todo el mundo le veía de ministro de Feijóo, pero los resultados de las generales volvieron a aplazar su ascenso.

Pero si hay algo claro es que es uno de los hombres fuertes del núcleo duro de Feijóo. Su estrella volvió a brillar cuando el dirigente gallego lo rescató en 2022 para pilotar la transición en el PP el día que el partido entró en shock con el enfrentamiento Casado-Ayuso. Su amigo Alberto le reclamó para presidir el comité organizador del Congreso Extraordinario que pondría fin a la convulsa era de Pablo Casado.

Entonces, Esteban tuvo clara una cosa: había que resetear al partido. Y lo consiguió con éxito. Su nombre ya había sonado en 2018 para ser secretario general del PP cuando Feijóo estuvo a punto de venir a sustituir a Mariano Rajoy. No obstante, su regreso desde Bruselas tuvo que esperar a que el exjefe de la Xunta se decidiera a dar el paso definitivo.

Tras pasar por la UE, donde fue uno de los eurodiputados españoles más activos en tiempos de Rajoy, ha vuelto a la política nacional quizá por ese talante que todos le reconocen y que Feijóo valora para tender puentes «con el enemigo». El último y más sonado, el que ha construido mano a mano con Bolaños -con el que ha negociado durante dos largos años y se ha citado en cuatro ocasiones en la capital de la Unión-, ese pacto que ha acabado con el bloqueo de cinco años en el poder judicial.

Pero este abogado que, por aquello de los puentes, bien podría ser ingeniero, construyó otro no menos sorprendente cuando se reunió con miembros de Junts, tras las generales del 23 de julio, para tantear al partido de Puigdemont de cara a la investidura de Feijóo. De hecho, el exeurodiputado levantó ampollas cuando aseguró en una entrevista radiofónica que Junts era «un partido cuya tradición y legalidad no está en duda», más allá de lo que algunos de sus dirigentes «llevaron a cabo».

Félix Bolaños y Esteban González Pons, con la comisaria europea

Félix Bolaños y Esteban González Pons, con la comisaria europeaEFE

Y no mentía: el propio Feijóo aclaró días después que, efectivamente, Pons estuvo mandatado por él para hablar con el partido del prófugo. Pero todo fue infructuoso: Carles le entregó sus siete escaños a Pedro Sánchez a cambio de la amnistía. Sin embargo, Pons es de los que piensa, como Feijóo, que el PP tiene que crecer por el centro y, por tanto, no cerrar puertas a los acuerdos con nacionalistas, siempre que acaten la legalidad.

En consecuencia, no es partidario de que Vox condicione la estrategia de Génova. De hecho, marcó perfil propio cuando, en tiempos de Pablo Casado, votó en el Parlamento Europeo a favor de que se retirase a Hungría buena parte de los fondos europeos de recuperación por sus leyes homófobas. Todo su grupo se abstuvo, incluida la jefa de la delegación, Dolors Montserrat. Él, no.

En aquel tiempo el político valenciano -doctor en Derecho constitucional y exprofesor en la universidad de Valencia- no entró en el comité ejecutivo que conformó el nuevo líder autonómico -hoy ya presidente valenciano- Carlos Mazón, quien sí tenía una total sintonía con la dirección nacional de Casado. Pons siempre marcó distancias con Génova, a pesar de su protagonismo europeo.

El ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños (d), y el vicesecretario del Partido Popular (PP), Esteban González Pons (i), firman el acuerdo para la renovación del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ)

Félix Bolaños y Esteban González PonsEFE

Eso no fue óbice para que se llevara bien con todos los presidentes. Tanto, que a Casado y a Mariano Rajoy los unió un año antes durante la presentación de su primera novela Ellas, donde concitó también a los socialistas Eleva Valenciano y José Blanco, demostrando que lo suyo es el talante y la transversalidad.

El libro estuvo rodeado de expectación por las escenas eróticas que contenía. Pero tanto este trabajo como su seguiente obra, El escaño de Satanás, le han reportado grandes éxitos y su reconocimiento como escritor.

De su etapa en la política valenciana puede presumir de haber salido indemne de la corrupción que cercó a su partido. Amigo de Camps, ha puesto la mano en el fuego por él, pero ha criticado que se destinara durante su mandato tanto dinero a grandes proyectos y no se atendiera más a la sanidad, la educación y los servicios sociales.

De lo que presume es de haber sido discípulo y amigo de la malograda Rita Barberá, que tuvo un chiringuito en Benicasim a medias con la tía de Esteban. Hoy, este padre de tres hijos y casado en segundas nupcias con la diseñadora Piluca Bertolín, dice que su amplia familia le recuerda a Los Serrano. Tampoco le faltan amigos de todas las tendencias en la política española y europea. Ahora tiene uno más: Félix Bolaños.

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