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Una vez más el independentismo ataca y señala a los jueces en el Congreso de los Diputados avalados por el PSOE y desoyendo el reglamento de la Cámara Baja. En esta ocasión ha ocurrido con motivo de la celebración del pleno extraordinario en el que se va a suscribir el pacto alcanzado entre PP y PSOE para iniciar la tramitación de las proposiciones de Ley para la reforma de la Ley Orgánica 6/1985 del Poder Judicial y la Ley 50/1981 por la que se regula el Estatuto Orgánico del Ministerio Fiscal.

La diputada de Junts, Miriam Nogueras, ha empleado su turno de intervención para señalar y acusar de prevaricación a jueces como Manuel Marchena –que presidió los juicios del procés en el Tribunal Supremo– o Joaquín Aguirre –instructor de la causa Voloh que investiga la trama rusa–. «Hemos empezado a querellarnos contra todos aquellos que prevarican y que engañan. El presidente Puigdemont y Josep Alay ya lo han hecho contra el juez Aguirre», aseguró la independentista.

Al juez Marchena lo mencionó recordando unas palabras del soberanista Josep Rull durante los juicios del procés. Nogueras calificó estos procesos de «juicio farsa» y señaló al tribunal del mismo destacando que estaba «presidido por Marchena». Además no se lo pensó dos veces a la hora de hablar de jueces y fiscales como de «mafia togada», calificativo que hizo estallar a Miguel Tellado.

El diputado del Partido Popular quiso protestar ante la presidencia del Congreso –ocupada por Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, tras abandonar la sesión Francina Armengol– y hubo un momento tenso en el que no dejaron terminar de hablar. «No puede apelar ni abrir debates políticos simplemente, tal y como dice el reglamento, díganos cuál es la reclamación. Sin aludir a nadie más», le espetó de Celis.

«Si me concede la palabra me deja hacer uso de ella y lo que le estoy diciendo es que la portavoz de Junts, abusando de su intervención, se ha referido a una mafia togada y se ha dirigido a jueces, con nombres y apellidos, del Tribunal Supremo», le reprochó Miguel Tellado que continuó apelando al propio presidente de la Cámara y al ministro de Justicia por no hacer nada ante los insultos. Ese fue el momento en el que de Celis no solo le impidió terminar, sino que le apagó el micrófono.