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Begoña Gómez, la mujer de Pedro SánchezEP

Tribunales

Begoña Gómez utiliza un defecto formal para sembrar nuevas dudas sobre el juez Peinado y su investigación

La mujer del presidente del Gobierno ha pedido la suspensión su declaración como imputada prevista, este viernes, en la sede del Juzgado de Instrucción número 41 de Madrid

La comparecencia como investigada de Begoña Gómez, este viernes, llegaba tras semanas de numerosos escritos y alegaciones de su defensa, ante el juez, en los que se insistía en que a la mujer del presidente del Gobierno no se le había concretado el conjunto de los hechos por los que se le continúa investigando, después de que la Fiscalía Europea se declarara competente para ocuparse de las presuntas irregularidades cometidas en los contratos con el empresario Carlos Barrabés sobre los que se centró la denuncia inicial de la causa con la que se abrió el caso.

La fecha clave de hoy no ha seguido un camino muy diferente cuando, pasados 35 minutos desde la hora fijada, se ha decretado la suspensión de la declaración de Gómez, hasta el próximo día 19 de julio, también a las 10.00 horas. El motivo alegado por la defensa ha sido la falta de notificación del auto de admisión de la querella presentada, sobre los mismos hechos, por la institución Hazte Oír.

Un defecto formal con el que el abogado de Begoña Gómez ha querido dejar, una vez más, en entredicho la actuación procesal del juez Peinado y del juzgado del que es titular, al que ha señalado, anteriormente, de dirigir «una investigacion prospectiva».

A lo que, en estos últimos días, el propio magistrado respondía, para resolver a un recurso de la defensa, asegurando que sus pesquisas se dirigen sobre «todos los actos, conductas y comportamientos» que Begoña Gómez desarrolló «desde que su esposo es el presidente del Gobierno», tal y como se reflejó en la denuncia inicial excluyendo, eso sí, los tres contratos públicos adjudicados al empresario Juan Carlos Barrabés que asumió la Fiscalía Europea.

Sin embargo, el abogado de Gómez, Antonio Camacho, ha vuelto a reiterar, a su salida del juzgado que dado que no disponían de toda la información actualizada, se han visto obligados a pedir al instructor que su representada «no declarara hoy». Y ello, pese a que, según el letrado , u clienta, «como las personas que son inocentes», «quería colaborar con la administración de Justicia» y «estaba dispuesta a declarar», aunque en su condición de investigada no tenía obligación alguna de contestar a ciertas preguntas o a ninguna de ellas, la estrategia elegida ha sido instar el cambio de fecha y una nueva comparecencia.

Así las cosas y tras conseguir que su imagen quedase blindada con un acceso extraordinario e instando, incluso, que no se grabase en vídeo el tiempo en el que ha permaneciado en el interior de la Sala habilitada para la declaración, la estrategia procesal reexponiendo a Gómez a una nueva comparecencia, resulta «difícil de entender» para algunos juristas consultados por El Debate.

Hacer del caso «una cuestión institucional» y convertirla en un constante enfrentamiento con el juez «perjudica innecesariamente» el normal desarrollo de una investigación que, el Gobierno en bloque, ha asegurado que no tiene recorrido alguno, apuntan los expertos.

Gómez ha llegado a los juzgados de Plaza de Castilla en un vehículo oficial y ha accedido al interior del edificio, de acuerdo con las medidas de seguridad extraordinarias autorizadas por la decana de los jueces de Madrid, María Jesús del Barco, para garantizar su comparecencia y reducir los riesgos que el gabinete de seguridad de La Moncloa habían reflejado en las conclusiones de un informe presentado sobre la cuestión.

Begoña Gómez llegaba, de hecho, a la Sala de vistas ubicada en la sexta planta del edificio penal, vestida con un traje de chaqueta y pantalón, color negro, con gesto preocupado y flanqueada por cuatro personas que la rodeaban la en todos sus movimientos por los pasillos judiciales.