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DivisaderoAntonio Pérez Henares

El clavo de Begoña

El clavo de Begoña está que arde. Sánchez sigue agarrado a él y de ello hace ostentación radiofónica y televisiva en casas y anfitriones vasallos

Sánchez lo eligió como asidero pero empieza a arder y cada día se calienta un poco más. La declaración ante el juez del rector de la complutense, Goyeche, ha arrimado mas candela al metal. Mas allá de lo tratado, que tiene tela, están las formas relatadas. Requerido a palacio, acude sumiso «por ser vos quien sois», o mejor dicho por no ser nada excepto la mujer del presidente del gobierno que utiliza para ello tan exclusiva condición y obtener un trato extraordinario de favor. De inicio, el ser ella quien reciba, en audiencia, tras requerimiento oficial del palacio a través de secretaria, al entregado rector.

Ya a partir de allí todo en cascada. No es siquiera ni licenciada para que se le otorgue cátedra alguna. Pero eso tiene remedio. Se le «adjunta» un co-director y listo. ¿Que no hay caso igual en todas las cátedras de este tenor y que va a ser la única de tal condición?. Que más da. La única será. Y en un pis-pas.

Trae patrocinios y eso pesa. ¿Y cuales son y como los ha conseguido?. Pues igual y por la misma razón. Porque es la señora de...y porque son de empresas cuyos jefes le deben el cargo al dedo hacedor de don Pedro y porque en pago por tales apoyos habrá cartas de recomendación cuya firma hace que cada palabra se cuantifique en un pastón. De dinero público, claro esta. Así que «encantados de colaborar».

Pero es la tercera derivada, a juicio de quienes de juicios saben, la que está poniendo el clavo al rojo vivo.. Es el famoso software, ese instrumento al que se dedicaron energías, talentos, expertos y golosos dineros para ofrecérselo «nikelado» y para ella gratis total. Y ella, quien lo da de alta en el registro de patentes. O sea que se apropia de él.

Todo es fango, claman. Y tienen mucha razón, fango es. Pero no porque sea invención ni patraña, sino porque no tienen mejor nombre ni definición tales acciones y comportamientos. Ni un pase estético ni el más mínimo filtro ético.

El asunto es de una desvergüenza total y repudiable en cualquiera fuera cual fuere su condición. Y en este caso, y en vez de por ello exculparla , lo que hace es agravarla aún más. Porque quien la ampara y cubre con su manto protector es a quien ocupa el vértice y la cima del Gobierno de la Nación.

La puesta en escena del viernes, con un despliegue policial propiciado por el oferente Marlaska, alcanzó el listón de «digno de una emperatriz», Algunos hasta llegaron a pensar eso anunciaba que llegaría acompañada por «el emperador», que había limpiado la agenda del todo. Pero no. Se fue a Alemania a ver el futbol.

El clavo de Begoña al que se aferró Pedro en aquel aparente repentón que devino en lo que era, farsa y pantomina, empieza a estar al rojo vivo y empieza a quemar.

Porque no solo es ese fango, el de la Universidad Complutense, en nada ajena ni su rector a él, sino que hay muchos cienos que cada vez huelen peor. Un tiene nombre y apellidos, Carlos Barrabés. Es pieza mayor en cuantías y contratos. Se la han quitado al juez Peinado tras reclamo por la Fiscalía de la UE. Caben ciertas sospechas, por la persona, origen y a instancias de quien lo nombro, de si es para investigar mejor o para hacer algo similar a lo que hace el Fiscal General «Exculpador» que Sánchez tiene a su servicio como tabla de salvación. Pero hay «cosas» que no afectan a Europa ni tienen que ver con su fondos y han de ser respondidas aquí. Van a entrar también en los tubos de soplado. Tendrá que comparecer ante el juez.

Y no deja tampoco de sobrevolar la escena, el asunto de mayor envergadura aunque por el momento de menor concreción: El de la aerolínea rescatada,Air Europa, la empresa Globalia y su Hidalgo, Javier, que con tanta y seductora galanura la comanda y que logra para ella y su familia tan pingues ayudas. Los vuelos de aquí para allá, por continentes varios, los unos realizados y alguno frustrado por causa de fuerza mayor cuando ya estaban comprometidos los viajeros van a ser motivo de mucha atención.

¡Fango, fango, fango!, será la enfurecida respuesta. Y el único argumento también. Porque resulta que lo que hay, está aflorando y se está publicando al igual que las anteriores partidas con pruebas por delante y en diferentes medios sin que se de respuesta ninguna excepto la ira y la amenaza de mordaza, esta cada vez mas documentado. Están los «papeles», escritos, sellados, rubricados y firmados. Y si, huelen a cenagal.

El clavo de Begoña está que arde. Sánchez sigue agarrado a él y de ello hace ostentación radiofónica y televisiva en casas y anfitriones vasallos. Pero las pituitarias menos untadas empiezan a oler a socarrina.