Un ramo de flores anónimo se cuela en los Sanfermines para recordar al niño asesinado por ETA, Alfredo Aguirre

Al mismo tiempo que cientos de personas bridaban por los presos etarras en el comienzo de los Sanfermines el pasado día 6, a la altura de la Herriko Taberna de Pamplona, una mano anónima colocó un ramillete de flores en el mástil de la placa que recuerda al niño Alfredo Aguirre, asesinado por ETA el 30 de mayo de 1985 cuando contaba tan solo con 14 años de edad.

Varios días después, ahí sigue el ramillete, en una de las plazas más concurridas de estas fiestas, en el punto exacto en el que una bomba trampa asesinó hace casi 40 años a Alfredo Aguirre y al policía nacional Francisco Miguel Sánchez, y recuerda que no es incompatible, incluso muy aconsejable, esa mezcla de fiesta y de recuerdo a los que ya no están y más hacia alguien cuya vida fue arrebatada tan injustamente.

En Sanfermines no se cumple el aniversario del asesinato de Alfredo Aguirre, pero dicen que sus amigos que, si no le hubieran arrebatado la vida, «hoy sería un gran 'sanferminero' con la alegría que destilaba en todos sus actos». Por eso, el ramillete de flores que ha sido colocado en la placa que recuerda a Alfredo adquiere mayor relevancia, si cabe, en estos días.

En recuerdo de José Javier Múgica

No es el único acto de memoria con las víctimas de ETA que tiene lugar en Sanfermines. Aunque no tendrá lugar en la capital navarra sino en Leiza, 50 kilómetros al noroeste de Pamplona, el próximo domingo 14 de julio, último día de los Sanfermines, Unión del Pueblo Navarro, amigos y familiares recordarán a José Javier Múgica, concejal regionalista en Leiza asesinado en este día de 2001 al explotarle una bomba adosada a su furgoneta.

Aquel día de hace 23 años, compañeros de Múgica y también los periodistas, acudieron a Leiza todavía con la ropa de Sanfermines ante lo inesperado, repentino y trágico de la noticia. Este domingo también se le recordará en plenas fiestas de Pamplona.