Sucesos La mujer a la que un elefante pateó durante un safari y estuvo al borde de la muerte
Se llama Elisabeth Fernández y según afirma ella, sobrevivió de casualidad
Un turista español de 43 años murió el pasado domingo en un parque nacional de Sudáfrica tras ser atacado por un elefante. El hombre, vecino de Ejea de los Caballeros (Badajoz), viajaba con su prometida en su vehículo particular. El coche se detuvo: él se bajó y se acercó para tomar fotografías de una manada de tres elefantes con tres crías en el Parque Nacional de Pilanesberg. La elefanta lo vio, lo persiguió y lo aplastó, literalmente.
«Llevo llorando desde que me enteré de la noticia», cuenta Elisabeth. Su historia tiene algunas similitudes, pero está viva para contarlo. «En mi caso fue una negligencia de un resort de lujo. Mientras desayunábamos en nuestro quinto día de la luna de miel, nos dijeron que fuéramos al aparcamiento. Al ir vimos unos elefantes. Me asusté un poco porque estaban allí encima. Mi marido y yo estuvimos a una distancia prudencial».
Los elefantes se alejaron y, mientras el marido de Elisabeth hacía un video, a ella un trabajador del resort le pidió que le siguiera porque había más. Ella confió en qué sabía lo que hacía porque era un profesional. Escaló una loma de la mano del empleado que tiraba de ella y la bajaron. «Me sentenció, porque estábamos muy cerca de los elefantes», asegura.
«Había tres elefantes: una madre, el padre y la cría. El padre elefante se enfadó. El chico, asustado, me dijo que corriese. Lo dos lo hicimos en sentido contrario al hotel para no escalar la colina. El elefante empezó a perseguirme mientras barritaba enloquecido. Se notaba cómo aplastaba la tierra detrás de mí». Cientos de kilos corriendo tras ella, posiblemente a más de cuarenta kilómetros por hora.
«El elefante me pateó»
«Entré en pánico mientras corría. Mi cabeza no aguantó y me temblaron las piernas y caí al suelo. El chico me miró, yo a él como diciéndole que se salvara al menos él. En ese momento pensé si me levantaba y me daba con los cuernos o me quedaba en el suelo hecha una cochinilla y que fuera lo que Dios quiera». Se quedó enroscada.
«El elefante me pateó como si fuera una pelota de fútbol, no sé durante cuánto tiempo: minutos, segundos, no lo sé. No me acuerdo. Me dio bastante golpes, pero sigo viva». Ocurrió el 20 de septiembre de 2023: «la suerte que tuve es que no me pisó. Si lo hubiera hecho estaría muerta». Cuando el elefante se alejó, un guía se aproximó con un jeep para llevársela. La cogió en brazos y al médico.
La observaron de arriba abajo y «pensaron que era un milagro. Normalmente, me dijeron, el resultado de un ataque son intestinos fuera, cráneos chafados, gente con la columna destrozada: no sobreviven. Fui muy afortunada. Eso sí, sigo en tratamiento de fisioterapia. El primer mes no logré dormir porque no paraba de ver cómo me daba una paliza el elefante. La gente debe saber que ir de safari no es el Rey León", concluye.