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Jorge Buxadé, durante la entrevista con El DebateVox

Entrevista

Jorge Buxadé: «No son 400 menores, es aceptar las políticas de Sánchez; después vendrán 1.000 y luego 2.000»

El dirigente de Vox atiende a El Debate para analizar la ruptura de los gobiernos autonómicos con el PP a raíz de la crisis migratoria. También, para explicar el cambio de grupo europeo en la nueva legislatura

Entre la decisión de las comunidades del PP de aceptar el reparto de 347 menores no acompañados en Canarias y el comunicado lanzado por Vox, con el que venía a constatar la ruptura de los gobiernos que compartía con los populares, pasaron pocos minutos. Veinticuatro horas después Santiago Abascal, tras su reunión con el Comité Ejecutivo Nacional del partido, hacía oficial la retirada de su apoyo a seis ejecutivos y su paso a la oposición.

«Feijóo se ha sometido a Sánchez, y eso no tiene límite, porque hoy pueden ser 400 y mañana serán 4.000. Y dentro de diez años haremos la cuenta y diremos: han entrado 4 millones», señala Jorge Buxadé en conversación con El Debate. El jefe de la delegación europea del partido apunta, además, que el modelo de reparto obligatorio que pretende el Gobierno central «es el que el PP votó a favor en Bruselas en el famoso Pacto de Asilo e Inmigración», al que Vox se opuso. «Es el modelo de Von der Leyen: los que entren por España, Italia o Grecia, se reparten obligatoriamente por toda Europa», explica.

–¿Cuál ha sido el punto de inflexión que llevó a Vox en su momento a plantearse la posibilidad de ruptura?

–Creo que fundamentalmente la intervención de Feijóo. Durante estas tres semanas, el Gobierno ha planteado su política de reparto obligatorio entre las comunidades autónomas de los inmigrantes ilegales que se hallan en Canarias. Y los gobiernos regionales de PP y Vox estábamos en la línea de consensuar una respuesta contundente de rechazo a eso, porque aceptar eso es hacerse cómplice de la política de Sánchez.

En las últimas 48 horas es Feijóo el que interviene y ordena a los presidentes regionales del PP firmar el acuerdo con Sánchez. Nosotros ya habíamos anunciado que no nos íbamos a hacer cómplices de una política inmigratoria que consideramos criminal en el sentido político y, por tanto, habíamos empeñado nuestra palabra, y nuestra palabra está por encima de los sillones.

–¿Ha habido muchas dudas internas a la hora de tomar esta decisión?

–No, creo que no ha habido dudas en el ámbito del Comité Ejecutivo Nacional. El jueves lo que hubo es un debate muy rico en ideas, en reflexiones, en la valoración de lo que había sido este tiempo de los gobiernos regionales. Hubo absoluta unidad en la toma de esa decisión ante esa dicotomía de mantener el sillón o mantener la palabra y los principios.

–Tras la decisión se han producido algunas salidas. El consejero de Extremadura y otro de Castilla y León mantienen sus cargos. ¿Temen que haya fugas al PP o que más gente abandone las filas de Vox?

–Pues diría que no, pero bueno, desde el punto de vista humano y personal ya se había valorado esta posibilidad. Comprendemos que alguien pueda preferir su posición personal a la de actuar de acuerdo con las convicciones políticas. No puedo decir más allá de eso. Lo lamento desde el punto de vista político.

–Defiende Vox que su electorado entiende la decisión y valora su firmeza a la hora de defender unos principios. ¿Habían percibido cierto hartazgo o incomodidad en sus votantes por mantener los gobiernos con el PP estos meses en los que al mismo tiempo ha habido unas críticas muy duras hacia Génova por los pactos con Sánchez a nivel nacional?

–Es evidente que había muchos votantes y afiliados de Vox que desde hace meses reclamaban romper los gobiernos. Pero por responsabilidad, por cumplimiento de los acuerdos y porque se estaban consiguiendo cosas en ellos, entendimos que no podíamos hacer responsables o víctimas de lo que Feijóo pudiese pactar a nivel nacional. Pero en este caso hay dos diferencias: una, que Feijóo se entromete en las decisiones de un gobierno de coalición; y segunda, que afecta a una cuestión absolutamente decisiva, que es la política de inmigración y de seguridad que busca Vox para España y para toda Europa.

El principal problema ahora mismo en las sociedades europeas es el derivado de la inmigración masiva y descontrolada, los problemas de convivencia, el colapso en los servicios públicos...Y esto es generalizado, salvo en aquellos países que tienen políticas de control migratorio como Hungría o Polonia, pero lo es en toda Europa y aceleradamente en España.

Cualquier español que viva al lado de un centro de menas sabe que automáticamente se producen situaciones de inseguridad

No nos íbamos a hacer cómplices de una política dirigida por Von der Leyen. No hay que olvidar que después de las elecciones europeas Feijóo ha hecho dos cosas: cerrar el acuerdo con el PSOE para repartirse los jueces y someterse a la política de inmigración de Sánchez. Esas dos cuestiones son fundamentales para Von der Leyen. Con lo cual, se confirma que la política del PP en España se está dirigiendo desde Bruselas.

–Feijóo ha llamado a Vox populista por romper gobiernos «porque acogen a 15, 20 o 23 inmigrantes». Su partido sostiene que va más allá de eso...¿Qué responde Vox a aquellos que critican que rompa por el reparto de 400 menores?

–Es que no son 400 menores; es que es aceptar las políticas de Sánchez. Después de esos 400, vendrán 1.000, y luego 2.000, porque precisamente eso es lo que se llama el efecto llamada. La política de Sánchez y la de Von der Leyen es la de que necesitamos 37 millones de extranjeros de aquí al 2050 en España. Lo publicaba el Banco de España dos semanas antes de las elecciones europeas. Ese es el plan de favorecimiento de la inmigración masiva. Y les da igual que sea legal o ilegal. Por tanto, hacernos cómplices de este reparto obligatorio automáticamente nos haría cómplices de toda la política de Sánchez. No es una cuestión de número, porque ¿quién pone el número de lo que es admisible?

Consideramos que la situación ya no es admisible en España. Hay muchos barrios, ciudades, pequeñas poblaciones costeras, en Andalucía, por supuesto, toda Canarias ya está saturada desde hace años...No se puede combatir la inmigración ilegal si se acepta la entrada de ilegales e incluso nos gastamos millones de euros en la gestión de esos menas, primero, que se les quita a los españoles y, segundo, que no garantiza para nada un buen resultado, porque cualquier español que viva al lado de un centro de menas sabe que automáticamente se producen situaciones de inseguridad, de falta de convivencia, tráfico de drogas, consumo de alcohol, reyertas y ya en último término, graves delitos, sobre todo contra las mujeres. La solución no es repartir, diseminar esa situación, sino combatirla.

A propósito de esto, me llama muchísimo la atención cómo en todas las tertulias de televisión y de radio, los periodistas hablan sobre los votantes de Vox, y no tienen ni idea. ¿Por qué no hablan de sus telespectadores? De los que cuando les ven decir esas barbaridades sobre la inmigración, de que hay que recibirlos a todos, estoy convencido de que una gran parte apaga la televisión o cambia de canal porque dicen ‘que lo recojan ellos en sus casas’. Nunca van a sus casas, siempre van a los barrios humildes o las pequeñas poblaciones.

–¿Cree que se va a aprobar la reforma de la Ley de Extranjería?

–Tengo la convicción de que el PP al final acaba aprobando todo lo que pretende Sánchez. ¿En qué le ha plantado batalla? Ha cedido en el Congreso, en RTVE, ha pactado los jueces, el Tribunal de Cuentas, ahora la Junta Electoral Central... ¿Dónde está su recurso de inconstitucionalidad contra la amnistía? Porque solo pueden ponerlo ellos. Al final lo están pactando todo con Sánchez.

–¿Qué va a ocurrir con los ayuntamientos? ¿Y con las presidencias de las cámaras autonómicas?

–El jueves constatamos la ruptura de los acuerdos y por tanto nos separamos del gobierno y eso solo afecta a los gobiernos regionales. No afecta a las cámaras legislativas, ahí no hay ninguna acción de gobierno, y tampoco a los municipios, porque es una decisión que se ha adoptado dentro de las comunidades por sus presidentes. Por tanto, entendemos que los acuerdos municipales se mantienen y Vox mantiene su voluntad de cumplirlos.

Ahora bien, si en ejecución de esos acuerdos a los que han llegado Sánchez y Feijóo, las comunidades del PSOE y las del PP, en determinados ayuntamientos hay una posición proactiva de los alcaldes del PP para colaborar en favorecer la inmigración ilegal, también en esos ayuntamientos tendremos que tomar las correspondientes decisiones.

–Pasando ahora al tema europeo, Vox ha estado cinco años en ECR. ¿Qué le ha llevado a dejar el grupo que presidía Giorgia Meloni y a cambiar a Patriotas por Europa?

–Efectivamente hemos estado cinco años en ECR y además hemos contribuido a su crecimiento y a su fortalecimiento. Pero no solo estábamos en el grupo de conservadores, sino que trabajábamos muy intensamente por la alianza de los partidos patriotas de Europa. Lo demostramos en los Vivas, en la Cumbre de Madrid y lo dijimos en campaña.

Vista la composición del Parlamento Europeo, hemos entendido que la coherencia de nuestro discurso nos llevaba a integrarnos en esa nueva plataforma política. Patriots es un grupo político de partidos patriotas. Está acogiendo a partidos que venían del ECR, como nosotros; de Identidad y de Democracia, como el de Le Pen; que estaban en los no inscritos, como el de Orbán; que estaban en el grupo de Renew -en el grupo liberal que se dice- como el de Babis en la República Checa; o que incluso estaban dentro del PP Europeo, como una pequeña delegación de Rumanía.

La coherencia de nuestro discurso nos llevaba a integrarnos en Patriotas por Europa. Pero las relaciones que tenemos con los partidos del ECR se mantienen igual de fuertes

Queremos trabajar una alianza de partidos patriotas que combaten muy decididamente tres cuestiones: el cada vez mayor poder de Bruselas, ese plan de favorecimiento de la inmigración en toda Europa y los efectos del Pacto Verde Europeo y la Agenda 2030 en cuanto a las libertades individuales y a la economía. Y hemos entendido que el grupo donde lo podemos hacer con más claridad es en Patriots. Lo cual no significa que todas las relaciones que tenemos con los partidos del ECR no se mantengan vivas e igual de fuertes, y, por supuesto, nuestra alianza política con Giorgia Meloni en Italia, y con Morawiecki en Polonia.

–Ahora que ha surgido otro nuevo grupo, ¿ven más difícil la creación de esa gran alianza?

–Ese último grupo que se ha constituido es un grupo liderado por Alternativa por Alemania, que antes de las elecciones europeas fue apartado de Identidad y Democracia, y, por lo tanto, no está en la ecuación, podrá estarlo en el futuro, pero ahora mismo no lo está.

Pero sí, la unidad de los partidos patriotas, que los hay en todos los grupos, no es un tema de derechas o de izquierdas, es un tema de defensa de la soberanía nacional y de las culturas nacionales frente a planes globalistas. Uno puede hacerlo desde planteamientos más tradicionalmente llamados de derechas, o desde planteamientos distintos, como es el de Babis, de Chequia. Vamos a seguir trabajando y además creo que Patriots va a seguir creciendo pronto y a lo largo de toda la legislatura.

–¿Espera Vox tener mayor apoyo internacional con el nuevo grupo de Orbán, dada la fortaleza de partidos como el de Le Pen?

–Creo que todas nuestras relaciones internacionales, tanto en el ámbito europeo como en el no europeo, son ya muy fuertes y vamos a seguir fortaleciéndolas. Por supuesto que esto ayudará. Por ejemplo, en Patriots está el partido de Wilders, que ahora gobierna Holanda, con el que vamos a poder tejer esas relaciones bilaterales en aquello que coincidimos. Pero la acción política de Vox en Bruselas o en Madrid y en sus relaciones con América va a seguir la misma línea, nuestra propia línea, que es la que nos ha llevado hasta aquí.

–Ya han adelantado que van a votar no a Von der Leyen como candidata a presidir la Comisión Europea. ¿Cree que va a conseguir reunir una mayoría?

–No lo va a tener a nada fácil. Prueba de ello es que está yendo a visitar a todos los grupos políticos intentando rascar votos y prometiendo a cada uno lo que quiere oír. En esa clave hay que entender por qué Feijóo se ha plegado a lo que le ha dicho de pactar con Sánchez el tema de la inmigración, porque así se asegura los votos de la delegación socialista española el próximo jueves.

Pero aun así no lo va a tener nada fácil porque pasará a la historia no sé si como la peor o uno de los peores presidentes de la Comisión Europea y como alguien que no ha sabido resolver ni uno solo de los problemas que tenía Europa al inicio de la legislatura. Al contrario, ha creado muchos otros con el Pacto Verde Europeo, la destrucción de la economía de Europa, la criminalización del sector agrario o, por ejemplo, la deuda cada vez más masiva de todos los Estados miembros y de la propia UE, que hasta su llegada no tenía.