Óscar Puente se marcha de un campo de golf cuando le preguntan por Puigdemont

Es la pregunta a la que todo el mundo busca respuesta. Ya sea en Waterloo o en Barcelona, las autoridades demandan conocer el paradero de Puigdemont. Ante el silencio del Gobierno, o de su escurrir el bulto, como el ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, es casi de obligado cumplimiento presentar el interrogante si se tiene a un ministro frente a frente.

Ataviado con un polo azul y unos pantalones blancos, el ministro de Transportes, Óscar Puente, disfrutaba de otra plácida mañana de golf. El correcto funcionamiento de los trenes puede esperar a terminar el hoyo 18. «Ministro, ¿dónde está Puigdemont?», le reclamaba un hombre mientras Puente salía a toda prisa.

«Ministro, ¿dónde está Puigdemont?»

Levantando los brazos en signo de hartazgo, contestó con un arisco «Tú sabrás dónde está». La duda continuaba y esta persona repreguntó al ministro. «¿Está todo pactado?», volvía a cuestionar. Como si del propio expresidente de la Generalitat se tratase, en un vehículo blanco, esta vez un ‘buggy’, se dio a la fuga para evitar responder la pregunta del millón. No sin antes faltar al curioso, calificándolo como «el tonto del día».

Por segundo día en esta semana, Óscar Puente es avistado practicando el deporte. Las horas del día se le hacen cortas durante sus vacaciones en Alicante, ocupadas en perfeccionar su drive, afinar su putt y utilizar su cuenta de X para comentar la investidura de Salvador Illa como nuevo presidente catalán. Su gusto por la ciudad lo comparte junto a su compañero de gabinete, Escrivá, el alcalde, Luis Barcala, y al presidente del Hércules, con quien presenció un partido de fútbol la semana pasada en el estadio José Rico Pérez.