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Parte del dispositivo de los Mossos d'EsquadraEFE

Seis despropósitos en el operativo de los Mossos d’Esquadra para detener a Puigdemont

El expresidente del Gobierno catalán ofreció todas las posibilidades para ser detenido; los Mossos optaron por la menos plausible

«La huida no estaba encima de la mesa como un escenario factible. Habíamos diseñado un dispositivo en el que el señor Puigdemont tuviese la voluntad de participar realmente en el pleno de investidura», aseguró este viernes el Comisario Jefe de los Mossos d’Esquadra, Eduard Sallent, para justificar el fracaso en la detención del expresidente de la Generalitat, Carles Puigdemont. «Lo que no preveíamos era un comportamiento tan impropio por parte del que ha sido la máxima autoridad del país», se justificó el consejero de Interior del Gobierno de Cataluña, Joan Ignasi Elena, de alguien que, por muy expresidente que fuera, lo primero que hizo al ser encausado fue correr a Bélgica.

«Cualquier operativo policial que se establece tiene que recoger todas las posibilidades, hay que prever todas las alternativas posibles, hasta las más inverosímiles», afirma a El Debate un cargo policial con una dilatada experiencia en la dirección de operativos.

Sin embargo, el operativo del pasado jueves optó por la opción más improbable y descartó todas las demás posibilidades.

En Barcelona desde el martes

El secretario general de Junts, Jordi Turull, reconoció este viernes que el prófugo Carles Puigdemont llevaba en Barcelona desde el martes, es decir, una persona perfectamente reconocible y acompañada por cargos del partido independentista estuvo 48 horas en Barcelona sin que ni la Guardia Urbana ni los Mossos d'Esquadra se enterasen.

Trescientos metros a solas

Según explicó el Comisario Jefe de los Mossos d’Esquadra, Eduard Sallent, que el dispositivo del jueves tenía un triple objetivo: que no hubiera altercados en las concentraciones a favor y en contra de Puigdemont, que se celebrara la investidura de Salvador Illa con normalidad y la detención de Puigdemont. Esta última la pretendían hacer en la puerta del Parlament de una forma discreta puesto que los manifestantes se habrían detenido antes, en la puerta del parque de la Ciutadella.

Sin embargo, Puigdemont, acompañado de Turull, y dos personas más con gorra caminaron tranquilamente durante al menos 350 metros de la calle Trafalgar en los que apenas había gente.

Y no fue un paseo escondido. Junto a este escueto séquito caminaban también, al menos un fotógrafo de la Agencia EFE y un periodista del periódico La Razón. Por lo tanto, la ubicación del prófugo había salido de su círculo más cercano.

Espacio vallado tras el escenario

Aseguró el Comisario Jefe de los Mossos d’Esquadra que Puigdemont no fue detenido al descender del escenario para evitar altercados entre las personas que se habían acercado hasta el Arco del Triunfo para ver al fugitivo. Sin embargo, y el propio Eduard Sallent reconoció que alrededor había un espacio vallado para distanciar a las personas.

Según Sallent, ahí no se le podía detener, pero sí había espacio suficiente para que le esperase el coche en el que se fugó Puigdemont y un grupito de personas que portaban sombreros de paja entre los que se mezclaron el fugitivo y su abogado, Gonzalo Boye, y el resto de personas que le acompañaron en su huida.

La culpa es del semáforo

Explicó Eduard Sallent que el vehículo en el que se fugó Puigdemont fue perseguido por un coche de los Mossos d'Esquadra pero que un semáforo en rojo impidió que continuara la persecución.

Sin embargo, el coche policial, aunque no tenía distintivos policiales, sí que contaba con una simple sirena que le hubiera bastado activar para poder atravesar el semáforo e, incluso, para ordenar detenerse al vehículo donde circulaba Puigdemont.

¿Dónde miraban los drones?

Tres drones y un helicóptero vigilaban desde el aire los 700 metros que distan entre el Arco del Triunfo y el Parlamento de Cataluña para que todo discurriera con normalidad.

Al parecer, ninguno de ellos pudo ver lo que estaba sucediendo tras el escenario ni mucho menos seguir el vehículo en el que se fugó Puigdemont. Ni tan siquiera cuando el vehículo de los Mossos se detuvo ante un semáforo en rojo.

Dos horas hasta la frontera

Minutos después de las 10:00 de la mañana del jueves, menos de una hora después de que Carles Puigdemont abandonase el escenario del Arco del Triunfo, los Mossos d'Esquadra activaron la 'Operación Jaula' para tratar de localizar y detener el vehículo en el que circulaba el prófugo.

Yendo por la vía más directa, y contando con que no hubiera los habituales atascos en los alrededores de Barcelona, Puigdemont tardó casi dos horas en llegar a la frontera con Francia por la AP-7.

Para esa hora, los atascos en la frontera eran importantes. Por lo tanto, todo apunta a que el vehículo en el que se fugó Carles Puigdemont cruzó la frontera por otro punto. Seis carreteras más aparte de la autopista, cruzan la frontera entre Andorra y Porbou. Y lo que se tarda en llegar desde Barcelona, es mucho más tiempo de esas dos horas puesto que son peores carreteras.