Se pasó de frenada
Un año de la gran envolvente que Sánchez intentó hacer a Felipe VI
En 2023, por estas fechas, el Rey inició una ronda de consultas para designar candidato a la investidura cuyo guion cambió sobre la marcha el líder socialista. Para sorpresa en La Zarzuela
Un año ha pasado ya desde que Felipe VI iniciara la primera de las dos rondas de consultas que tuvo que llevar a cabo tras las elecciones generales de julio de 2023, y en la que Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo le pusieron en una tesitura inédita. Una en la que ni él ni su padre, Juan Carlos I, se habían visto nunca.
Aquellos 21 y 22 de agosto otra norma no escrita de la democracia quedó en papel mojado. Por primera vez, dos aspirantes se presentaron ante el Rey pidiendo ambos ser designados candidato a la investidura. De manera que empujaron a Don Felipe a elegir a uno y descartar al otro.
El estupor en La Zarzuela fue máximo. No en vano, hasta horas antes los socialistas habían mantenido que Sánchez no se daría «codazos» con Feijóo por ir a la investidura primero. Feijóo, en cambio, sí había mostrado desde el principio su intención de intentarlo, reivindicando su victoria en los comicios.
Y resulto que, cuando entró el entonces presidente en funciones entró al despecho de Felipe VI, le trasladó que quería ser el candidato a la investidura porque la única mayoría parlamentaria posible era la que podía conformar el PSOE. Pero la realidad fue que Sánchez no le presentó más apoyos que los de su partido y los de Sumar. Y sus entonces potenciales socios no estaban allí para certificarlo, porque todos menos el PNV se negaron a participar de las conversaciones con Don Felipe.
La Casa del Rey solventó la envolvente de Sánchez con habilidad. Designó a Feijóo por haber sido el ganador de las elecciones y porque fue el que le presentó más apoyos (aunque insuficientes): 172 escaños del PP, Vox y Coalición Canaria. Así lo explicó en un comunicado: «El Partido Popular ha sido el grupo político que ha obtenido mayor número de escaños en las pasadas elecciones. En este sentido, conviene señalar que, salvo en la Legislatura XI, en todas las elecciones generales celebradas desde la entrada en vigor de la Constitución, el candidato del grupo político que ha obtenido el mayor número de escaños ha sido el primero en ser propuesto por Su Majestad el Rey como candidato a la Presidencia del Gobierno. Esta práctica se ha ido convirtiendo con el paso de los años en costumbre». Y añadió: «En el procedimiento de consultas llevado a cabo por su Majestad el Rey no se ha constatado, a día de hoy, la existencia de una mayoría suficiente para la investidura que, en su caso, hiciera decaer esta costumbre».
Acto seguido, la extrema izquierda y los independentistas cargaron contra el Rey por designar candidato a la investidura a quien no tenía 176 votos para convertirse en presidente del Ejecutivo. Sánchez tuvo que esperar a octubre para ser designado formalmente, una vez hubo fracasado la investidura de Feijóo.
Sucede, además, que aquella ronda de consultas no fue la primera en la que Felipe VI se vio sorprendido por la clase política española. Tras las elecciones generales de noviembre de 2015, el Rey tenía previsto designar a Mariano Rajoy candidato a la investidura, porque él las ganó. Se suponía que iba a ser un trámite. Pero cuál fue su sorpresa cuando el líder de los populares le comunicó en La Zarzuela que rechazaba su ofrecimiento, que no quería ir a la investidura aún porque no tenía apoyos. Lo hizo para ganar tiempo y que no empezara a correr el reloj.
Aquella conversación se tradujo en un comunicado de la Casa del Rey que dejaba entrever el gran enfado que aquello provocó intramuros de La Zarzuela: «En el transcurso de la última consulta, celebrada con Don Mariano Rajoy Brey, Su Majestad el Rey le ha ofrecido ser candidato a la Presidencia del Gobierno. Don Mariano Rajoy Brey ha agradecido a Su Majestad el Rey dicho ofrecimiento, que ha declinado», rezaba éste.