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Varios inmigrantes llegando a la isla del Hierro, en una imagen de archivoEuropa Press

Una política suicida

Las devoluciones de inmigrantes caen a cifras ínfimas y agudizan la crisis de Canarias

Apenas el 3 % de los irregulares que han llegado a las costas españolas este año han sido enviados de vuelta a sus países de origen. De 9.899 malienses, solo seis, según las cifras de Interior

Pedro Sánchez se reúne este viernes con el presidente de Canarias. Fernando Clavijo busca desesperadamente que el Gobierno le dé una solución al hacinamiento de menores extranjeros no acompañados en las islas. A eso y a la constante llegada de cayucos, principalmente con malienses a bordo que salen de las costas de Mauritania (en enero y febrero fue una auténtica avalancha).

No se espera que del encuentro salga ninguna receta mágica. No en vano, hasta la fecha el Ejecutivo ni siquiera ha sido capaz de encontrar apoyos para la reforma de la ley de extranjería que acordó con el propio Clavijo y que el Congreso tumbó en julio, con el voto en contra del PP y de Junts. Una reforma que otorgaba al Gobierno la potestad de repartir cupos de menores inmigrantes entre las comunidades en caso de sobresaturación de una de ellas, como le ocurre a Canarias.

El presidente de Canarias, Fernando ClavijoEuropa Press

Los informes que maneja el Ministerio del Interior sobre la inmigración ilegal marítima no son nada halagüeños. Hasta mediados de agosto habían llegado por mar 29.105 inmigrantes, y los cálculos de Interior elevan la cifra a entre 45.000 y 50.000 al final del año. Uno de los factores que juegan en contra de España es la inestabilidad que afecta a diversos países del Sahel y que empuja a sus ciudadanos a huir. Otro es el Plan Mattei de Giorgia Meloni, una política migratoria que está dando grandes resultados a Italia, pero de la que España se está llevando la parte mala: en este 2024, la inmigración irregular ha caído en Italia un 64 % y ha subido en España un 65 %. Dejan de buscar las costas italianas y buscan las españolas. Sobre todo, las canarias.

Y otro factor es la ínfima cifra de expulsiones y devoluciones de los migrantes que llegan, que en teoría es uno de los principales elementos de disuasión que utilizan los países occidentales. De los 29.105 irregulares que llegaron por mar a las costas españolas hasta hace una semana, la inmensa mayoría eran malienses, senegaleses, argelinos, marroquíes y marfileños, por este orden. En concreto, 23.436 inmigrantes. De ellos, y según las cifras del departamento que dirige Fernando Grande-Marlaska, solo el 3 % fueron enviados de vuelta por la Policía Nacional.

Ello significa que retornaron 594 marroquíes de 4.084; 17 senegaleses de 4.909; 5 argelinos de 4.248; 6 malienses de 9.899 y cero marfileños de 296. Destaca especialmente el dato de Mali, país natal de muchos de los africanos que llegan a Canarias desde Mauritaria. Con Mali, además, España no tiene convenio de readmisión de personas en situación irregular, como sí lo tiene con Marruecos, Argelia y Mauritania.

Las expulsiones son judiciales o administrativas e implican que la persona haya infringido la ley de extranjería. Las devoluciones se refieren a los extranjeros que intentan entrar irregularmente en el país, incluidos los que son interceptados en la frontera o en sus inmediaciones (las llamadas devoluciones en caliente). En estas cifras están incluidos ambos procedimientos.

La reunión entre Sánchez y Clavijo se produce días antes de que el presidente del Gobierno viaje el próximo martes a Mauritania, Gambia y Senegal, en busca de una mayor cooperación de sus gobiernos en la lucha contra las redes de inmigración ilegal.

Ahí precisamente, en el origen, reside el éxito del plan que está aplicando Meloni desde principios de 2024. Éste básicamente consiste en incentivar a los países africanos para que aumenten la vigilancia de sus costas y aeropuertos y firmen con Italia convenios de readmisión de los irregulares. ¿Cómo? Con dinero. El Gobierno Meloni ha movilizado 5.500 millones de euros para financiar proyectos de toda índole (sobre energía, educación, agricultura sanidad…) en países como Marruecos, Argelia, Túnez o Costa de Marfil y generar riqueza.

En febrero, Sánchez viajó a Mauritania junto con la presidencia de la Comisión Europea. Ursula Von der Leyen comprometió 210 millones de euros en ayudas y Sánchez, otros 300 millones, una parte de ellos en créditos. El mes antes, en enero, el 83 % de las embarcaciones que llegaron a Canarias habían partido desde las costas mauritanas. Pero las autoridades mauritanas quieren más.