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El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, baja de un avión de la Fuerza Aérea EspañolaMAP vía Europa Press

Relaciones internacionales

La política exterior de Pedro Sánchez: «Haciendo enemigos»

Récord de enfrentamientos en seis años de gobierno: Bolivia, Venezuela, Argentina, Marruecos, Argelia, Israel, Italia y México

Hasta hace unos años, la política exterior venía determinada por los intereses de España. Salvo algunas excepciones y casos aislados, los intereses de la nación estaban por encima de la ideología de los mandatarios. Con José Luis Rodríguez Zapatero aquello empezó a cambiar el día que no se levantó en el desfile ante la bandera de Estados Unidos, pero con Pedro Sánchez en La Moncloa la política exterior ha acabado convertida en un instrumento político partidista.

Parte del camino que España había recorrido en los primeros cuarenta años de democracia, cuando se abrió al mundo tras siglos de aislamiento, ha empezado a desandarse y, en los últimos seis años, se ha batido el récord de incidentes diplomáticos y enfrentamientos con otros países con los que tradicionalmente España se ha llevado bien o, simplemente, está condenada a entenderse. Estos son los más graves:

Marruecos: el oscuro precio de la paz

El conflicto con Marruecos se desencadenó en mayo de 2021, cuando España decidió acoger, sin informar a Marruecos, al líder del Frente Polisario, Brahim Ghali, para que se tratara de Covid en un hospital de Logroño. Días después, empezaron las avalanchas de miles de inmigrantes a Ceuta. Sánchez pagó la paz con Marruecos plegándose a sus reivindicaciones históricas y entregándole el Sahara. El presidente del Gobierno se convirtió, a partir de ese momento, en marioneta de Marruecos, actitud que se atribuye a la información de la que Rabat dispone a través del programa de espionaje Pegasus del móvil de Sánchez.

Argentina: crisis abierta tras los insultos

Cuatro meses después de que España retirara en mayo pasado a su embajadora en Argentina, la crisis continúa sin visos de solucionarse. Todo empezó por unas declaraciones del ministro Óscar Puente, quien insinuó que el presidente de Argentina, Javier Milei, ingería drogas («no sé qué sustancias», dijo). Después Milei llamó «corrupta» a la mujer de Pedro Sánchez, Begoña Gómez, que está imputada por delitos de corrupción en los negocios y tráfico de influencias. Y Sánchez elevó el ataque personal a asunto de Estado.

Argelia, el comercio suspendido

La cesión del Sáhara a Marruecos en marzo de 2022 detonó el conflicto con Argelia, el principal suministrador de gas de España, que retiró temporalmente al embajador en España, redujo sus exportaciones de gas, suspendió el Tratado de Amistad y de Buena Vecindad, vetó a las empresas españolas y suspendió todas las importaciones procedentes de España. Ese año España tuvo que comprar la mayor parte del gas a Estados Unidos y Rusia. Dos años después, lo único que se ha recuperado es el envío de gas, pero Argelia sigue sin comprar productos españoles y enviando pateras con inmigrantes.

Israel le critica y Hamás le aplaude

La actitud de Pedro Sánchez tras el ataque a Israel del 7 de octubre de 2023 suscitó desde el primer momento el aplauso del grupo terrorista Hamás y la crítica de Tel Aviv. Pocos gobiernos extranjeros han tomado partido tan claramente por un bando. De hecho, España es el país europeo que más ha reforzado su apoyo a Gaza. Pero lo que más dolió a Israel fue que el Gobierno de Sánchez reconociera el Estado palestino justo después del sangriento ataque. Lejos de enderezarse, las relaciones se han deteriorado aún más por las declaraciones de algunos ministros, como Yolanda Díaz, que llegó a defender la desaparición de Israel, aunque luego intentó matizar lo que había dicho. La reciente visita a Sánchez del presidente palestino ha avivado el fuego.

Italia: la descalificación ideológica

Las descalificaciones que Pedro Sánchez y su partido han dirigido al gobierno italiano no tienen precedentes en las relaciones entre ambos países: «fascista», «reaccionario» o «en Italia gobierna la extrema derecha». A lo que el ministro de Exteriores, Antonio Tajani, le respondió: «Y en España, los secesionistas». Pero lo que peor sienta a Sánchez es que la primera ministra Giorgia Meloni haya podido controlar la inmigración y España sea incapaz de frenarla, como le reprocha el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo. A pesar de las críticas al partido de Meloni, a Sánchez no parece importarle compartir el gobierno de la Comisión Europea con lo que él considera la extrema derecha.

Venezuela, el virreinato de Zapatero

Sánchez decidió delegar las relaciones con Venezuela en José Luis Rodriguez Zapatero, el verdadero interlocutor con el régimen de Maduro, e ignorar a la oposición democrática. Pero todo se ha empezado a complicar tras la arrolladora victoria electoral de Edmundo González el pasado 28 de julio. Primero, porque la resistencia de Sánchez a reconocerle como presidente electo le está pasando factura, incluso dentro de la izquierda más sensata. Y después porque se han ido conociendo las deplorables circunstancias en las que González tuvo que abandonar Venezuela, bajo amenazas y sometido a coacción en la residencia del embajador de España y en su presencia. Todo ello ha derivado en la escenificación de una supuesta crisis -españoles detenidos, llamadas a embajadores y amenaza de ruptura- para salvar la cara de sanchistas y chavistas, pero pronto se olvidará, porque a Zapatero no le interesa romper con Maduro.

China: Sánchez se arrima al gigante

El hombre de Sánchez en China también es José Luis Rodríguez Zapatero, que está repitiendo en el gigante asiático la fórmula de Venezuela. El acercamiento del presidente del Gobierno a China, país que acaba de visitar por segunda vez -estuvo el año pasado-, se observa con inquietud desde el resto de Europa y Estados Unidos, que son los aliados tradicionales de España. Moncloa intentó vender el viaje a China con el argumento de que Sánchez era el gran mediador para apaciguar la guerra comercial con Europa. Sin embargo, Sánchez se puso del lado de China cuando empezó a elogiar los coches eléctricos chinos y llegó a pedir a Europa que reconsidere los aranceles. Todo eso mientras aspira a que la empresa china MG elija a España para construir su fábrica de coches en Europa.

México: relación en pausa desde 2022

A pesar de la afinidad ideológica, Sánchez no ha sido capaz de reconducir la relación con el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, quien en febrero de 2022 abrió una «pausa diplomática» en las relaciones con España que aún se mantiene en vigor. Obrador exigía que España pidiera perdón por la conquista y acusó a las empresas españolas de haber saqueado México en las últimas décadas. Ahora todo depende de lo que decida la nueva presidenta, Claudia Sheimbaum, que asume el cargo el 1 de octubre.

Bolivia: tres diplomáticos bajo sospecha

En diciembre de 2019 tres diplomáticos españoles fueron declarados personas non gratas por Bolivia después de que realizaran una visita, acompañados por GEOSs con el rostro cubierto, a antiguos altos cargos de Evo Morales que habían pedido asilo a la Embajada de México. Bolivia interpretó los hechos como un intento de injerencia de España en sus asuntos internos.