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La ministra portavoz, Pilar Alegría, y la vicepresidenta tercera, Teresa RiberaEFE

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El Gobierno no aclara qué está dispuesto a dar a Junts esta vez, ni se pone plazos

La portavoz del Ejecutivo justifica la decisión de retirar la senda de estabilidad de la votación del jueves en el Congreso en que quieren dar «una nueva oportunidad al diálogo y la negociación»

Junts ha celebrado como un triunfo la decisión del Gobierno de dar marcha y no llevar a votación la senda de estabilidad en el Pleno de este jueves en el Congreso. Su portavoz en la Cámara Baja, Míriam Nogueras, se felicitó de que Pedro Sánchez haya entendido al fin que para que pasen «cosas diferentes» tiene que hacer «cosas diferentes». No sin antes hacer que el número tres del PSOE, Santos Cerdán, pasara el sábado por el confesionario de Carles Puigdemont.

La portavoz del Ejecutivo, Pilar Alegría, compareció este martes después del Consejo de Ministros para oficializar la decisión y proclamar que el Gobierno quiere dar «una nueva oportunidad al diálogo y la negociación». Cuando, en realidad, pudo haber emprendido esa negociación antes de aprobar, hace dos semanas, los mismos objetivos de déficit y deuda que el PP, Junts y Vox ya le tumbaron en julio. Pero no lo hizo y decidió tirarse a la piscina, confiando en que dos meses después sí hubiera agua. Resultó que seguía sin haberla.

Alegría no tuvo un solo reproche para el partido de Carles Puigdemont, sino que se guardó todos para el PP. Acusó a la formación de Alberto Núñez Feijóo de estar dispuesto a todo con tal de «infligir una derrota» al Gobierno. Incluso a tirar por la borda 12.000 millones de euros con los que, según la portavoz, las comunidades y ayuntamientos podrían «contratar maestros, mejorar la atención en los hospitales, contratar a médicos, mejorar la atención a los mayores dependientes», enumeró.

«El PP ha decidido desde el minuto uno votar en contra de cualquier planteamiento que lleve este Gobierno, aunque salgan perdiendo los ciudadanos (…). Votar en contra de esos 12.000 no es votar en contra del Gobierno, sino de nuestro país», lamentó Alegría. Quien recordó que las comunidades del PP se abstuvieron cuando el Ministerio de Hacienda llevó este techo de gasto a votación en el Consejo de Política Fiscal y Financiera. Y ahora la respuesta del PP es «no». Alegría pidió a los diputados populares que al menos mantengan esa abstención, pero sin ninguna esperanza.

La portavoz del Ejecutivo no aclaró qué está dispuesto a ofrecer esta vez Pedro Sánchez a Junts, que sí ha dejado caer lo que quiere: que el Gobierno de Sánchez deje endeudarse más a Cataluña. Los independentistas aluden a una iniciativa aprobada en el Parlamento catalán en 2014, que pedía que el Gobierno central otorgara a las comunidades autónomas «un tercio, como mínimo», del objetivo total de déficit de todo el Estado.

Alegría tampoco quiso concretar qué plazos se da el Gobierno para aprobar una nueva senda de estabilidad, en teoría pactada con Junts -o eso esperan los socialistas-. «No tenemos ninguna fecha en concreto. Lo verdaderamente importante es seguir trabajando para llegar a un acuerdo», explicó. Desde la Moncloa niegan que estén mirando por el retrovisor el congreso orgánico que Junts celebrará entre los días 25 y 27 de octubre, pero ese cónclave interno lo condiciona y distorsiona todo aún más.

«Hoy, en la reunión del Consejo de Ministros, un Gobierno cenizo, un Gobierno tristón y con un punto de amargura ha decidido que la vida da asco y que mejor retirar la senda de estabilidad para no perder otra votación más. Es el gobierno de Pedro Sánchez», ironizó el portavoz del PP en el Congreso, Miguel Tellado, imitando lo que la portavoz del PSOE había dicho un día antes sobre Feijóo.

Con todo, lo que ya es una evidencia es que el Gobierno no podrá presentar los Presupuestos Generales de 2025 «en tiempo y forma», como le gusta decir a Sánchez. Porque mientras no haya senda de estabilidad, no hay nada más.