«De ferrolano a ferrolana»
El PP levanta el castigo que le había puesto a Yolanda Díaz en el Congreso
El portavoz popular en la Cámara Baja, Miguel Tellado, dirige una pregunta a la vicepresidenta segunda cuatro meses después de la última. «Quiero regalarle un poquito de protagonismo», afirma
La sesión de control al Gobierno en el Congreso de este miércoles fue la del reestreno de Yolanda Díaz. La vicepresidenta segunda llevaba sin ser interpelada por el PP en este tipo de sesiones cuatro meses, desde el pasado 29 de mayo. Es decir, desde antes de las elecciones europeas. Aquel fue el día en que un micrófono abierto pilló a Díaz mandando «a la mierda» al PP, después de una pregunta de Alberto Núñez Feijóo al presidente.
Esta semana, al fin, el grupo parlamentario popular decidió levantarle el castigo. No sin cierta sorna. Fue el portavoz del PP en la Cámara Baja, Miguel Tellado, el encargado de dirigirse a la número tres del Gobierno: «Tengo que decirle la verdad. De ferrolano a ferrolana, mi pregunta lo que pretende es darle un poco de foco. Veo que el presidente del Gobierno la tiene muy silenciada, muy arrinconada, y quiero regalarle un poquito de protagonismo en esta jornada», señaló, entre risas de la bancada popular.
No obstante, después añadió que era «broma» y que, en realidad, le interesaba su opinión sobre el llamado Plan de Acción por la Democracia que el Consejo de Ministros aprobó la semana pasada. A Díaz no le gustaron las formas de Tellado -tampoco el fondo- y respondió enojada: «Siempre aprendemos muchísimo de sus intervenciones, y hoy ha añadido el tono machista y paternalista».
Desde mayo, tanto la oposición como los socios del Gobierno habían renunciado a dirigirse a la también ministra de Trabajo en las sesiones de control en el Congreso para interesarse por cuestiones de su departamento. Como si no estuviera. En la de la semana pasada, Díaz optó incluso por poner tierra de por medio y se programó un viaje a Barcelona para el miércoles.
En el Gobierno hay 22 ministros. El PP tiene 10 turnos de pregunta en cada sesión de control, así que tienen que afinar la puntería. Y Díaz, cada vez más desdibujada, no ha estado entre sus últimas prioridades. Vox dispone de menos cupo por su número de diputados: dos preguntas por sesión, una cifra tan baja que el grupo parlamentario de Santiago Abascal se ha quejado varias veces, aunque sin éxito.
El levantamiento del castigo fue doble. Porque, después de la sesión de control, el PP dirigió una interpelación urgente a la vicepresidenta Díaz sobre «los principios democráticos que inspiran la acción de su Gobierno» para que se luciera aún más.