Sánchez anuncia un aumento de la aportación de España a la ONU y apoya reducir el veto del Consejo de Seguridad

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, compareció en la Asamblea Nacional de la ONU repasando los principales puntos de tensión a nivel global. Además de Venezuela o el conflicto entre Israel y Palestina, ha anunciado un aumento en la aportación de España a la ONU.

Venezuela

«Inquebrantable». Así ha calificado Sánchez el compromiso de España con la democracia en Venezuela. Por ello, ha reclamado «un recuento de los resultados electorales en condiciones de total transparencia» de los comicios presidenciales del 28 de julio.

Igualmente, ha dejado claro que es «imperativo» el respeto de la voluntad del pueblo, a la vez que condenó cualquier detención o amenaza llevada a cabo contra los líderes políticos.

Israel, Palestina y el Líbano

Sánchez ha vuelto a hablar de Palestina como «Estado», igualándolo a Israel. El conflicto entre ambos territorios, dice el Presidente, se ha convertido en «una insoportable espiral de muerte y devastación que ya se ha extendido al Líbano».

Ante la «máxima gravedad», ha hecho un llamamiento «a la distensión y la desescalada», ofreciendo la «contribución incondicional de España» por la paz. Para ello, ve imprescindible celebrar una conferencia internacional de paz que apoyan más de 90 países. Reclamó terminar con la ocupación ilegal de territorios palestinos y trabajar en la estabilización liderada por el gobierno de la Autoridad Palestina.

Fuera de los micrófonos, Sánchez tuvo un encuentro con el primer ministro libanés, Najib Mikat, a quien trasladó el apoyo de España. No se le olvidó mencionar a los 670 militares que se encuentran en el Líbano en la misión de Naciones Unidas

El veto del Consejo de Seguridad

Una herramienta «constante de bloqueo». Es como el presidente del Gobierno considera que se comporta este privilegio del que gozan China, Francia, Rusia, Reino Unido y Estados Unidos. De esta forma, afirma que España apoyará «todas las iniciativas contundentes» para reducir su empleo.

Ha acusado a Rusia de utilizar el veto para violar «de manera flagrante la Carta de las Naciones Unidas, invadiendo injustificada e ilegalmente otro país». De esta forma, ha propuesto tres principios de actuación apoyados en la coherencia, la reforma del sistema y la responsabilidad de los miembros.

«La aplicación del Derecho Internacional no puede ser ni selectiva, ni estar condicionada por intereses políticos o estratégicos. El mínimo de humanidad que representa el Derecho Internacional humanitario no debería ser cuestionado y por eso debemos condenar igualmente las violaciones del Derecho Internacional ya sucedan en Ucrania, en Gaza o en Sudán», comentaba.

Sobre la reforma, Sánchez pretende «transformar» la parte del sistema que está obsoleta. Según él, el Consejo de Seguridad necesita «adaptarse a la actualidad y ganar en operatividad». Ha pedido ampliar el Consejo «con miembros no permanentes y abrir el veto»

Incrementar la aportación a la ONU

La paz «es más que una exigencia moral, es una necesidad existencial». Por ello, alertó del riesgo de un retroceso en la democracia en el mundo.

«La democracia libra una batalla por su supervivencia. Y, seamos claros, no deja de ceder terreno ante sus enemigos. La democracia no puede aspirar a ganar esta batalla con una mano atada a la espalda porque se enfrenta a gente sin escrúpulos, activistas de la mentira, los bulos y el odio dispuestos a partir en dos las sociedades para imponer su agenda regresiva». Para defenderla, es necesario proteger las instituciones frente a quienes buscan socavarlas deliberadamente.

Tras comentar la lucha contra el cambio climático, la necesidad de unas políticas más justas e inclusivas, y el crear un impuesto mínimo global a las grandes fortunas, Sánchez anunció el aumento de contribución al sistema de Naciones Unidas de al menos un 25 % para el período 2025-2027.

Por último, mencionó las situaciones del Sáhara Occidental y de Gibraltar, asegurando que España trabaja «con la doctrina de Naciones Unidas» sobre los territorios, «alinea plenamente» con lo que dicta la ONU.