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Momento crítico

Yolanda Díaz admite que dejó correr la primera denuncia contra Errejón y agrava la crisis de Sumar

La líder de la coalición defiende su actuación en el caso y pospone la elección del nuevo portavoz en el Congreso hasta que las aguas se calmen dentro de la coalición de partidos que lidera

A Yolanda Díaz le gusta vestir de blanco en las grandes ocasiones, pero para la reunión de su grupo parlamentario de este lunes por la tarde eligió una americana negra, acorde con su situación interna. El escándalo protagonizado por Íñigo Errejón y las dudas sobre el comportamiento negligente de Más Madrid y Sumar han quemado el rédito político que le quedaba a la socia de Pedro Sánchez.

Consciente del momento crítico que atraviesa, la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo compareció este lunes en el Congreso para defender su actuación y defenderse de quienes, como Podemos, le acusan de haber mirado para otro lado durante más de un año. Por lo menos. «Hemos actuado con prontitud y competencia», señaló. «Jamás ha pasado en democracia en un tiempo tan veloz, dos días», añadió más adelante. No asumió en primera persona ninguna responsabilidad ni explicó qué va a cambiar a partir de ahora. Todo lo más lejos que llegó fue decir: «Sé que hemos -en plural- llegado tarde y pido disculpas».

Según Díaz, vivió en la ignorancia hasta el pasado martes por la tarde. Pero ella misma se contradijo cuando reconoció que, en junio de 2023, abordó con Más Madrid y con Ione Belarra, líder de Podemos, una primera agresión que denunció entonces una mujer en un hilo de Twitter. «Más Madrid nos dijo que habían abierto una investigación y que luego la mujer había retirado los mensajes», explicó. Y Díaz dio carpetazo al tema y ni siquiera habló con Errejón de ello. Nunca, reconoció. Según la líder de Sumar, de haber sabido entonces lo que sabe ahora él no habría sido incluido en las listas de Sumar para las elecciones generales. También admitió que sabía que su portavoz en el Congreso estaba yendo a terapia -no concretó de qué- y que estaba mejor.

El relato de Díaz

Ese martes, a última hora del día, su equipo le comunicó que había una denuncia grave contra Errejón. «La gravedad nos exigió investigar», continuó. El miércoles por la mañana se marchó a Faro, a la cumbre hispano-lusa. Por la tarde habló con su entonces portavoz en el Congreso, «y tuve una de las conversaciones más difíciles de mi vida», narró, porque él le reconoció comportamientos machistas con varias mujeres. El jueves volvió a hablar con él y le pidió el acta de diputado.

«Hay que poner fin a la cultura de la impunidad», sostuvo. «No vamos a mirar a otro lado. Mi compromiso será recomponer la confianza trabajando, explicando y rindiendo cuentas», señaló también.

En Sumar están muy preocupados, pero en el PSOE no lo están menos: lo único estable hasta ahora en esta legislatura que desafía diariamente los límites de lo políticamente posible era la relación entre Sánchez y Díaz, entre el PSOE y Sumar. Y ahora la débil coalición gubernamental, de 127 diputados, corre riesgo de derrumbe en dos de sus pilares: la lucha contra la corrupción y el feminismo.

Pedro Sánchez y Yolanda Díaz en una de sus imágenes juntosEFE

Pero mientras en el PSOE el cierre de filas en torno a Sánchez y su mujer es total, con el Gobierno volcado en defender a ambos, en Sumar las grietas, los ajustes de cuentas y los codazos entre los distintos partidos que lo componen son evidentes. Hasta el punto de que Díaz está encontrando más respaldo en el PSOE que en Izquierda Unida o en los Comunes. «Sumar está tomando las decisiones que toca, siempre del lado de las víctimas», insistió este lunes la portavoz de los socialistas, Esther Peña.

A Sánchez le conviene que su socia sobreviva a esta crisis. Primero, por la estabilidad del Gobierno. Segundo, porque si se disuelve Sumar volverá a ocupar ese espacio Podemos, un partido indómito. La militancia de la formación morada aprobó ayer por amplísima mayoría -el 89,8%- condicionar el apoyo de sus cuatro diputados a los Presupuestos de 2025 a dos premisas: la ruptura de las relaciones diplomáticas y comerciales con Israel y una bajada de hasta el 40 % en el precio de los alquileres.

Díaz reunió ayer a sus diputados en el Congreso, en un encuentro a tumba abierta, con intervenciones duras. Pero terapéutico, a decir de algunos de los presentes. Una reunión «muy constructiva», en palabras de Díaz, que se prolongó más de dos horas.

La intención de la también vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo era resolver este mismo lunes el nombramiento del nuevo -o la nueva- portavoz de su variopinto grupo parlamentario para pasar esa página, pero tuvo que cejar en su idea y posponerlo: el coordinador general de IU, Antonio Maíllo, había advertido a Díaz horas antes de que primero era necesario replantear toda la dinámica del grupo parlamentario y luego ya hablar de nombres.

Ésa, la de la persona que sustituya a Íñigo Errejón en la Portavocía, está siendo la primera batalla de esta guerra interna en la reconfiguración de la extrema izquierda. Desde las formaciones que integran Sumar no terminan de entender cómo Díaz pudo nombrarlo portavoz cuando la dirección ya había recibido el pasado verano -al menos- advertencias de su comportamiento.

Errejón concurrió a aquellos comicios como número cuatro de la lista por Madrid y Belarra, como número cinco. «¿Quién metió a Errejón en las listas sabiéndolo? Yolanda Díaz ¿Quién lo hizo portavoz? Yolanda Díaz ¿Quién le pidió la ponencia para el congreso de Sumar? Yolanda Díaz», escribió el exportavoz de Unidas Podemos, Pablo Echenique.