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DANA Valencia

Los 100.000 coches siniestrados de la riada: cruces que marcan los revisados y cristales rotos para ver el interior

Los daños materiales de la gravísima riada que asolaba la Comunidad Valenciana son visibles en cada rincón de cada uno de los pueblos afectados. Los vehículos siguen agolpados unos sobre otros casi una semana después

Los coches se amontonan por los rincones de cada una de las localidades que se han visto afectadas por la gravísima riada de Valencia de la que hoy se cumple, por desgracia, una semana. Son montañas de chatarra sin vida. Testigos mudos de la tragedia que, completamente destrozados, esperan a ser revisados en superficies pero, también, en garajes, para descartar que haya alguien dentro.

Se apuntan matrículas y se marcan los cristales parabrisas con una gran X cuando finalizan las tareas para saber, entre el caos y la desolación que por ahí «ya han pasado». Antes, en los garajes, bajo el agua a medida que se achica, se rompen cristales repletos de barro, que impide ver el interior, para descartar lo peor.

Muchos de ellos están completamente inservibles, la mayoría. Algunos están marcados, con carteles, para avisar de las averías, para que nadie los mueva porque «la grúa» del seguro está avisada y pasará a recogerlo, cuando pueda. Algunos de ellos ya han empezado a ser retirados de las vías públicas. Grandes remolques acceden al interior de las localidades más accesibles pese a la dificultad logística de las comunicaciones por vía terrestre.

Uno de los miles de coches dañados, en las calles de SedavíMaría Jamardo

Por el momento, la Red de Empresas de Auxilio en Carretera (REAC) ha movilizado más de medio centenar de grúas y cerca de 100 operarios para despejar las principales carreteras y accesos, especialmente de la V-30 y la V-31 con destino al principal punto de gestión de los mismos, situado en la Zona de Actividades Logísticas (ZAL) del Puerto de Valencia para gestionar los cerca de 100.000 vehículos que se han visto afectados por la DANA.

Una semana después están por todas partes: en cunetas, en el centro de las ciudades, amontonados en cada esquina, destrozados,... y la pregunta es qué se va a hacer con esos coches. Los que no terminen en el desguace, todavía podrían salvarse, aunque algunos han perdido las placas de las matrículas arrastrados bajo la fuerza del agua.

Uno de los vehículos ya revisado en ValenciaMaría Jamardo

La tarea de identificación será titánica y para ello se han destinado los recursos de la Policía Portuaria que es quien se encarga de registrar todos los vehículos que acceden a las chatarrerías, recopilando para cada uno de ellos el máximo número de datos, documentación y características que faciliten la posterior localización de sus propietarios.

La Generalitat valenciana también ha habilitado la campa de Ferrocarriles en Picanya como cementerio automovilístico. Allí llegan, a diario, grúas procedentes de diferentes puntos de la Comunidad Valenciana y de otras partes de España que han ido llegando en apoyo a las labores de rescate para colaborar en la retirada de esos vehículos. Muchos voluntarios, con sus todoterrenos tracción 4x4 se han sumado a la retirada de vehículos para agilizar las labores de desescombro.