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Espigón de TarajalPablo Ojer

Casi medio centenar de inmigrantes, la mayoría menores, entran a nado en Ceuta

Dos policías tuvieron que lanzarse al mar para rescatar a dos inmigrantes que se encontraban en dificultades

Después de un mes de agosto en el que entraron a nado cientos de inmigrantes a través del espigón del Tarajal, la llegada del mal tiempo en este mes de noviembre ha vuelto a facilitar que la frontera entre Ceuta y Marruecos haya vuelto a ser objetivo de traspaso por el mar.

A lo largo de todo el fin de semana han logrado entrar 44 inmigrantes de forma irregular. Pero llama la atención que 35 de ellos son menores de edad. El día con mayor entrada fue el sábado, cuando consiguieron atravesar el espigón 28 personas de las que 23 eran menores.

Los inmigrantes se lanzaron al mar aprovechando el mal tiempo con un fuerte oleaje y un viento de más de 30 kilómetros por hora que se ha dado este fin de semana. Los inmigrantes suelen aprovechar el mal tiempo para cruzar la frontera dado que las lanchas de la Guardia Civil no pueden vigilar la zona debido al peligro de accidentarse.

Dos agentes se lanzan al mar

Dos agentes de la Policía Nacional se tuvieron que lanzar al mar para rescatar del agua a dos de los migrantes marroquíes que trataban de llegar a la playa del Tarajal.

Los hechos ocurrieron a las 11:15 horas del pasado viernes cuando los dos migrantes fueron vistos por las cámaras de seguridad de la frontera del Tarajal dirigiéndose hacia la playa.

El intenso oleaje, con un viento fuerte de levante, provocaba que los dos jóvenes tuvieran serias dificultades para mantenerse a flote.

Una patrulla de la Policía Nacional que se había personado en la zona advirtió la complicada situación de los migrantes, por lo que dos agentes, vestidos de uniforme, se lanzaron al mar para salvarlos de morir ahogados.

El resto de migrantes se encontraban en buen estado de salud aunque algunos de ellos llegaron muy agotados por la dificultad de la entrada.

Todos ellos fueron trasladados al Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI), que mantiene su ocupación al límite con más de 700 personas pese a estar habilitado para 512 plazas, y a los centros de acogida de menores, en el caso de los que no eran adultos