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Las otras revelaciones de Aldama: una terapia de fertilidad para la mujer de Koldo o pilotos militares para llevarse a Delcy

El empresario relata las asombrosas ocurrencias de Koldo García, sus méritos en la lucha antiterrorista y cómo fue su propia detención, entre otros detalles

El empresario Víctor de Aldama hizo unas revelaciones muy llamativas durante su declaración de casi dos horas ante el juez y el fiscal el pasado jueves. Además de denunciar las prácticas corruptas del Gobierno de Pedro Sánchez, el comisionista relató las ocurrencias de Koldo García, explicó por qué no tenían oro las maletas de Delcy Rodríguez, la vicepresidenta de Venezuela, cómo fue propia su detención. Además, sus testimonios se salpican de expresiones que llaman la atención en ese contexto. Estas son algunas de esas revelaciones:

Koldo quería pilotos militares

En un momento de la declaración, Aldama describe la situación que se produce en el aeropuerto de Barajas tras la llegada de Delcy Rodríguez a Madrid. En ese momento, la prioridad era que la vicepresidenta de Venezuela abandonara España lo antes posible porque tenía prohibido entrar en territorio europeo. Sin embargo, la tripulación de su avión privado no podía llevarla de regreso a Caracas porque había cumplido ya el número máximo de horas de vuelo. «Oigo barbaridades, como llamar a la ministra de Defensa para que se preparen dos pilotos militares y cojan el avión privado y se vuelvan a ir... A Koldo se le ocurrían cosas magníficas», relata Aldama con ironía.

Con las maletas de oro, el avión se cae

El empresario niega que en las maletas de Delcy Rodríguez se transportara oro, como se ha publicado. «Es ridículo», dice, porque «un Falcon 900 con ocho pasajeros y doce maletas llenas de oro, el avión se cae». Además, una vicepresidenta del Gobierno no necesita hacer eso, sostiene, porque puede enviar las maletas por valija diplomática.

«Tengo méritos antiterrorismo»

Aldama llega a afirmar, en su declaración ante el juez, que él tiene méritos antiterrorismo: «Yo he comprado un dron a la UCE2 (unidad especializada en terrorismo internacional de la Guardia Civil). Yo he estado en Logroño con el GAR (Grupo de Acción Rápida de la Guardia Civil) en unas historias especiales y disparando con el GAR. Yo tengo una medalla que me ha dado la UCE2, que está en el BOE, por méritos que he hecho y por cosas que he hecho de antiterrorismo, igual que tengo relación con la CIA y el FBI, a través de la UCE2».

La alusión a Puigdemont

En un momento dado, el juez pregunta a Aldama si ha pagado a Rubén Villalba, comandante de la Guardia Civil que supuestamente recibió sobornos, para que le alertara de la existencia de esta causa u otras. El empresario asegura que no lo ha hecho y añade: «No, y ojalá lo hubiera hecho, porque no habría tenido que vivir el episodio triste que viví en mi casa, con 38 personas de la Guardia Civil, como si fuera un terrorista, poniéndome la escopeta, y a mi mujer, en la cabeza... Igual podían haber hecho con el señor Puigdemont, cuando fue a Barcelona», señala, pero el juez le interrumpe.

El tratamiento de la mujer de Koldo

Durante el interrogatorio, el fiscal pide a Víctor de Aldama que cuantifique todos los pagos realizados a José Luis Ábalos y a Koldo García. Según los documentos, los pagos correspondientes a las mascarillas fueron de 250.000 euros Ábalos y 100.000 a Koldo García. Aldama revela que, solo en metálico y quitando la parte correspondiente a las mascarillas, ha pagado más de 400.000 euros a Ábalos y más de 200.000 a Koldo García. Esos pagos no incluyen «la casa que se pagaba a Jésica (la amante de Ábalos), y algo personal que me pidió Koldo, como era el tratamiento para que su mujer se quedara embarazada, o una moto que se regaló al señor Koldo y un vehículo que se regaló a la esposa del señor Koldo».

Aparece el inspector de Urdangarin

El fiscal también pregunta a Aldama si pidió información sobre el inspector que le estaba haciendo una inspección de Hacienda en Zaragoza. El empresario aclara que en aquel momento «tenía una relación muy tensa» con Koldo García y que éste había acordado con el inspector de Hacienda Raúl Burillo que le inspeccionara y le hiciera «la vida imposible». Burillo es el mismo que inspector que investigó a Iñaki Urdangarin con el caso Nóos. Aldama dice que acudió a las tres citaciones del inspector, pero que éste «estaba más interesado por el viaje de Delcy y de Ábalos que por la inspección de Hacienda».