Sánchez cae a su peor registro tras la confesión de Aldama y Feijóo se resiente por la DANA

El PSOE vive en vilo a la espera de la documentación que el «núcleo corruptor» pueda entregar al juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno sobre Sánchez, su mujer, Nadia Calviño, Teresa Ribera, el jefe de Gabinete de María Jesús Montero, Santos Cerdán, Ángel Víctor Torres, Fernando Grande-Marlaska y a todos los que señaló con su dedo acusador. Mientras tanto, El Debate publica el primer balance de daños electorales, y es preocupante para la Moncloa y Ferraz, pero también para Génova 13. En el caso del PP no por ningún escándalo de corrupción, sino porque la ciudadanía parece tener muy presente la DANA.

El primer sondeo elaborado por Target Point en pleno tsunami judicial, y cuando Valencia inicia la fase de reconstrucción, da descensos al PSOE, al PP y también a Sumar; mientras que, por el contrario Vox, protagoniza la gran sorpresa con un ascenso meteórico en solo un mes y Podemos también sube de forma considerable. Aunque varían las fuerzas de unos y otros, la foto fija arroja la misma conclusión que el mes pasado: Sánchez no sumaría de ninguna manera y la única suma posible sería la del PP y Vox.

La encuesta sitúa al PSOE nueve décimas por debajo de octubre y en su peor registro desde las elecciones generales. Sánchez acumula una caída de 3,4 puntos desde entonces, pero lo paradójico es que apenas baja en escaños, porque la división de la extrema izquierda le viene bien: sumaría entre 118 y 120, frente a los 121 de julio de 2023.

El sondeo fue realizado entre los días 20 y 22 de noviembre a través de 1.303 cuestionarios, coincidiendo con la declaración de Aldama ante el juez Ismael Moreno y la recomposición de la mayoría Frankenstein en torno al paquete fiscal de María Jesús Montero después de mucha zozobra.

El PP cae a plomo tres puntos en un solo mes, lastrado por la DANA: del 35,2 al 32,2 %, lo que se traduce en una horquilla de entre 141 y 143 diputados. Vox protagoniza una importante remontada, del 12,4 % de octubre al 14,6 % de noviembre, llegando a los entre 42 y 44 escaños. Y ello a pesar de que Alvise Pérez se mantiene con el 2,9 % de intención de voto, que podría reportarle hasta dos escaños. O ninguno. Así las cosas, el centro derecha superaría ampliamente la mayoría absoluta incluso en el peor de los escenarios: entre 183 y 187 escaños.

Ya le gustaría a Yolanda Díaz tener siquiera la mitad de los diputados que Santiago Abascal. Sumar sigue en una cuesta abajo interminable y toca fondo, de momento, con el 5,7 % de intención de voto y entre 7 y 9 diputados, por la escisión de Podemos. El partido de Ione Belarra sigue subiendo, mira de tú a tú a Sumar y obtendría el 4,7 % de los votos y entre 4 y 6 escaños.

Entre el resto de los socios de Sánchez hay cierta volatilidad. Junts podría quedarse en los siete escaños o subir hasta nueve; ERC se mueve en una horquilla de entre los siete actuales y uno más; Bildu seguiría en seis con opciones del séptimo; el PNV pasaría de cinco a seis y el BNG puede sumar el segundo.

El mal mayor de Sánchez es que no estaría en condiciones de reeditar una mayoría parlamentaria ni siquiera con todos sus socios actuales. En la horquilla más amplia todos ellos sumarían 167 diputados, a nueve de la mayoría absoluta. En la más estrecha no pasarían de 156.

Ésa es, en realidad, la clave de bóveda de la legislatura: cuanto más precaria sea la situación de Sánchez, más se atrincherará en la Moncloa. La legislatura solo podría terminar antes de 2027 si el presidente convocara elecciones anticipadamente o si el PP presentara una moción de censura contra él que prosperara.

Las posibilidades de que suceda lo primero son inversamente proporcionales a la caída de Sánchez en las encuestas: cuanto más cae, menos probable es que se inmole en las urnas. Y lo segundo tampoco sucederá mientras el PNV y Junts sigan del brazo del presidente. Al contrario: cuanto más débil, mejor para sus socios. Incluido para Podemos, que esta semana ha demostrado tener muy claro cuándo apretar y cuándo aflojar al PSOE: apretó hasta el jueves y, después, aflojó y votó a favor de su reforma fiscal.

Todo ello forma parte de un círculo vicioso que Feijóo está intentando romper, pero sin éxito. Los ofrecimientos del líder del PP y su partido a Andoni Ortuzar y a Carles Puigdemont para que se alíen con él en una moción de censura siguen cayendo en saco roto.

El desplome de la fidelidad de voto del PP explica por qué esa caída tan acentuada en solo cuatro semanas. Solo el 59,2 % de los encuestados que votaron al PP las pasadas generales tienen claro que ahora repetirían. El número de indecisos aumenta a uno de cada cinco y el trasvase a Vox crece hasta el 11,5 %. La fidelidad de voto del PSOE pasa de baja en octubre -63,5 %- a bajísima en noviembre -54,1 %-. A ello se suma una alta indecisión entre sus votantes del 27,5 %. Pero, a la hora de votar, muchos de esos dubitativos vuelven a los brazos del PSOE. Sumar y Vox representan los dos extremos en cuanto a fidelidad de voto se refiere: el de Díaz es de un raquítico 42 %; el de Abascal, del 70,3 %. Vox logra frenar el trasvase a Se acabó la fiesta.

De la encuesta de Target Point pueden extraerse otras conclusiones. Vox logra frenar el trasvase a Se acabó la fiesta. El PSOE se beneficiaría de la división de Sumar y Podemos en numerosas circunscripciones. El PP sangra por la herida de la DANA, pero su electorado está indeciso y aún es recuperable. Y uno de cada cinco votantes de Sumar tiene clara su apuesta por Podemos.

En cuanto a la valoración de los líderes políticos, la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo sigue en cabeza con un modesto 3,24 de nota media, pero hay un cambio: Sánchez vuelve a adelantar a Feijóo después de un fugaz paso del popular por la segunda posición. El socialista obtiene una puntuación de 2,97 puntos y su rival cuatro décimas menos. A cierta distancia se quedan Ione Belarra -2,65-, Santiago Abascal -2,50- y Alvise Pérez -2-.