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Pilar Alegría y el ministro de Economía, Carlos CuerpoEFE

Sus funciones, la clave

Moncloa afirma que las mujeres de Rajoy, Zapatero y Felipe también tenían un asistente para sus tareas

El Gobierno defiende que Begoña Gómez no es la primera, pero no aclara si la ayuda en los negocios privados entra en las labores «logísticas, organizativas y de asesoramiento» de un asistente

El Gobierno ha defendido, a su manera, que no hay nada reprochable en el trabajo que viene desempeñando la asesora de la Moncloa Cristina Álvarez para la mujer del presidente. Ello después de que el juez Juan Carlos Peinado la haya citado a declarar como testigo el 20 de diciembre, puesto que hizo gestiones para Begoña Gómez con la Universidad Complutense. De hecho, así quedó de manifiesto en un correo electrónico que su abogado defensor facilitó al magistrado.

La portavoz del Ejecutivo fue preguntada por ello en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, y que esta semana se ha trasladado al jueves. Según Pilar Alegría, las mujeres de todos los presidentes desde Felipe González han tenido asignada a una persona de su confianza para «tareas logísticas, organizativas y de asesoramiento». Persona contratada como personal eventual y adscrita a la Secretaría General de la Presidencia del Gobierno.

Lo que no aclaró Alegría, pese a la insistencia de los periodistas, es si la captación de fondos a través de patrocinios y los negocios privados de la mujer de Pedro Sánchez forman parte de esas labores asignadas a una asistente que cobra un sueldo público.

«La única diferencia es que, fíjese por dónde, por primera vez conocemos el nombre de la persona. Y no es un alto cargo, es un puesto de nivel 26, un nivel más bajo que la persona que hacía estas funciones con la mujer del anterior presidente», añadió. Alegría se refería al ahora diputado del PP Jaime de los Santos, que fue asistente de Elvira Fernández, la esposa de Mariano Rajoy.

Cada día tiene su afán judicial

La justicia sigue marcando la agenda al Gobierno, que este jueves aprobó un tercer paquete de ayudas a los afectados de la DANA de 2.274 millones de euros que pasó prácticamente desapercibido. Ayer fue la citación como imputados del hermano del presidente y del presidente de la Diputación de Badajoz, que es también el líder del PSOE de Extremadura. Hoy ha sido la convocatoria del juez Peinado a la ayudante de Begoña Gómez. Y mañana será la declaración del líder caído del PSOE-M, Juan Lobato, ante el Tribunal Supremo, en el marco de la instrucción contra el fiscal general del Estado por revelación de secretos.

Aun así, la portavoz del Gobierno quiso trasladar «máxima tranquilidad» y que en todas las causas «no hay nada». Del caso del hermano de Sánchez se limitó a destacar que los denunciantes son los mismos que los del caso Begoña, «organizaciones de la ultraderecha».

Sobre el caso de Álvaro García Ortiz y la derivada que apunta a la Moncloa (Óscar López y su jefa de Gabinete pudieron haber usado políticamente un documento confidencial al que supuestamente no tenían acceso) solo dijo que el fiscal general del Estado se limitó a desmontar «un bulo y una mentira». Y sobre la declaración de Víctor de Aldama, primero ante el juez y después en Herrera en COPE, se quejó del «mundo al revés» en el que vivimos: «El inocente está condenado permanentemente a defender su inocencia y el que miente tiene toda la impunidad», afirmó Alegría. «Este señor no tiene ninguna credibilidad. Son declaraciones falsas e injuriosas. Cuando alguien acusa lo tiene que demostrar», añadió.

Con este ambiente, Sánchez y los suyos celebran desde este viernes el 41ª Congreso Federal del PSOE, en mitad de un campo de minas judicial. De momento están imputados la mujer de Sánchez, su hermano, el fiscal general del Estado, el exministro José Luis Ábalos, Koldo García, tres ex altos cargos del Ministerio de Transportes (el ex secretario general de Puertos del Estado, el ex subsecretario de Transportes y el ex jefe de Personal de Adif) y el secretario general del PSOE de Extremadura. Y corren riesgo de estarlo también Óscar López y Pilar Sánchez Acera, a quien se llevó al Ministerio de Transformación Digital.