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Una reunión del PSOE presidida por Pedro SánchezEugenia Morago/ PSOE

Un ambiente tóxico

El PSOE encara su Congreso Federal asediado por la corrupción y con los cuchillos volando

Los socialistas llegan al cónclave de Sevilla pendientes de la declaración de Lobato y precavidos. La nueva Ejecutiva y las maniobras para depurar a algunos barones centran la atención

Los socialistas celebran desde este viernes su 41º Congreso Federal con la sensación de estar sentados sobre un volcán. No hay un día tranquilo en el PSOE, y hoy tampoco lo será. Aunque Ferraz ha conseguido suicidar a Juan Lobato antes del cónclave, el exlíder del PSOE-M testificará a las 10 de la mañana ante el juez del Tribunal Supremo Ángel Hurtado.

La declaración y los mensajes de whatsapp que aporte Lobato serán claves para conocer si el entonces jefe de Gabinete de Pedro Sánchez y su mano derecha, Óscar López y Pilar Sánchez Acera, pudieron incurrir en un delito de revelación de secretos: si tuvieron acceso y utilizaron políticamente un documento confidencial que, supuestamente, solo debían conocer el abogado defensor del novio de Isabel Díaz Ayuso y el fiscal de su caso.

Desde Sevilla contestarán a Lobato la vicesecretaria general del PSOE, María Jesús Montero, y el secretario de Organización, Santos Cerdán, que compondrán el equipo de respuesta rápida en los primeros compases del Congreso. Los socialistas temen que haya algo más que les reviente la cita en el Palacio de Congresos y Exposiciones de la ciudad hispalense, y miran de reojo a los tribunales, Víctor de Aldama y José Luis Ábalos.

No obstante, el propio Cerdán es en sí mismo un foco de inestabilidad, dado que el empresario corruptor lo acusó ante el juez, y después en la COPE, de haber recibido 15.000 euros de mordida. La continuidad de Cerdán como número tres en la nueva Comisión Ejecutiva Federal, que se presentará el domingo, es una de las incógnitas. De ella y de Montero como vicesecretaria general. Aunque, en ambos casos, en los mentideros se da casi por segura su ratificación. No así en el caso de la actual portavoz, Esther Peña.

María Jesús Montero y Santos Cerdán, en FerrazEugenia Morago/ PSOE

Los socialistas también miran de reojo a los barones que acuden al Congreso Federal con la espada de Ferraz sobre sus cabezas. Entre ellos, dos que están imputados formalmente: el líder del PSOE de Extremadura, Miguel Ángel Gallardo, investigado en el caso del hermano de Sánchez; y el del PSOE de Murcia, José Vélez, a la espera de juicio oral acusado de delitos de prevaricación y malversación durante su etapa de alcalde de Calasparra. Como ellos, también el castellano y leonés Luis Tudanca y el mismísimo anfitrión, Juan Espadas, secretario general del PSOE de Andalucía.

De forma significativa, José Luis Rodríguez Zapatero será el gran protagonista de la primera jornada, frente a la ausencia de Felipe González en Sevilla. Los más de mil delegados homenajearán a Zapatero por «su enorme contribución a la igualdad de hombres y mujeres y su incansable trabajo por la lucha contra la violencia de género». El expresidente se ha reciclado en asesor áulico de Sánchez e incluso su intermediario ante Carles Puigdemont.

Zapatero y Sánchez conversan en un actoEuropa Press

Nueve meses de infarto

El PSOE, que acostumbra a ser un partido de fuertes vaivenes emocionales, llega a esta cita exhausto después de nueve meses de infarto. Tres trimestres que empezaron con el estallido del primer caso de corrupción en el Gobierno de Pedro Sánchez, continuaron con el órdago de José Luis Ábalos (se negó a entregar su acta de diputado) y la apertura de diligencias contra Begoña Gómez y tuvieron su apogeo durante los cinco días de «reflexión» que el presidente se tomó en abril.

Aquella retirada estratégica se demostró un error de cálculo de Sánchez, puesto que por primera vez los socialistas empezaron a pensar en el postsanchismo. E incluso hubo algunos tímidos movimientos por si el jefe de filas no volvía de su retiro. Sánchez no solo volvió, sino que el 41º Congreso Federal se celebra casi un año antes de lo previsto, con idea de blindar aún más su incontestable -hoy por hoy- liderazgo. Recientemente, el presidente ha dejado constancia de su intención de concurrir también a las elecciones generales de 2027.

«Van a estar mucho más pendientes de los sumarios, las diligencias, las citaciones y las imputaciones que de la Ponencia del Congreso», ironizó este jueves Alberto Núñez Feijóo. En ese documento, los socialistas proclaman su voluntad de «situar a España en el top 25 de democracias en los rankings de percepción de la corrupción»; cuando, en paralelo, ya hay una decena de familiares, cargos o excargos de Sánchez imputados en los tribunales, como informó El Debate.

La financiación privilegiada de Cataluña tensó las costuras del partido a principio de curso y las sigue tensando, y este fin de semana será uno de los grandes focos del debate. «Proponemos la adopción de un nuevo sistema de financiación autonómico que refuerce la equidad, la eficiencia y la solidaridad, al tiempo que garantice la corresponsabilidad de las comunidades autónomas y evite la competición desleal entre ellas», señala la ponencia.

Con todo, será en los pasillos y en las sobremesas donde estarán las intrigas, quinielas y demás movimientos bajo cuerda.