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Álvaro Ratón, como capitán del Zaragoza en mayo de 2022

El exjugador del Zaragoza absuelto tres veces por agresión sexual denuncia a la mujer que le acusó

Durante seis años la sombra de la sospecha le ha perjudicado en su carrera profesional: ahora va a por su denunciante

Hay días que marcan el futuro de una persona de por vida. El 23 de junio de 2018 marcó la existencia de Álvaro López Ratón, en aquel entonces portero del un equipo de fútbol de segunda división: Real Zaragoza. De pedirle autógrafos y recibir admiración, a obtener desprecio, miradas torcidas y desconfianza. Una mujer le acusaba de agresión sexual.

La narración del episodio es gruesa y se entiende que quien solo escuchase a la denunciante, una tal Patricia, tuviese sus reparos. La presunción de inocencia se queda para la justicia, porque otros, sin oírle, le condenaron.

La mujer relató lo siguiente: «El sábado 23 de junio asistí a una boda. Después salí a tomar algo por O Carballiño, Orense. Estaba en un bar y salí a fumar un cigarro. Apareció un chico. Hablamos un rato y de repente él la entró: 'Estás muy buena, vamos para aquí que solo va a ser un rato'. Yo le respondí que las cosas no se hacían así, que si quieres estar con una mujer te vas a un hotel. 'Yo no puedo porque soy una persona muy conocida', contestó él», denunció Patricia.

Álvaro Ratón, en un partido con el Real Zaragoza en mayo de 2022@alvaroraton

Y entonces ocurre, según la denunciante: «Como le seguí rechazando, él me agarró del brazo y me hizo un moratón. Me zarandeó y me empujó contra unas escaleras de una casa que hay al lado de donde estábamos. Tengo moretones en las piernas y pueden ustedes verlos», le dijo a la Guardia Civil.

«Es entonces cuando me besó en contra de mi voluntad. Se bajó un poco los pantalones y me metió la mano por debajo de la falda y dentro de las bragas. Yo le decía que no, que no me iba con él y el me llamó zorra. Luego se fue».

Un moratón antiguo

Al jugador de fútbol lo citaron en el cuartel de O Carballiño y, aunque los guardias no veían clara la denuncia, le detuvieron. La vida de Ratón cambió de la noche a la mañana. Comenzaba así su Vía Crucis personal. La tal Patricia tardó cinco días en denunciar. Al no hacerlo inmediatamente, no se pudo saber si el moretón que tenía en las piernas se había producido el supuesto día de la agresión. Ella dijo que sí y trató de aportar testigos que refrendasen su versión. Ninguno la avaló, porque cada uno dijo una cosa.

Es más, la defensa del jugador encontró una fotografía en las redes sociales de ella donde ese morado existía ya dos días antes del 23 de junio, es decir, antes de la presunta agresión sexual. Luego vinieron más contradicciones, que si la había empujado contra un banco, luego era una pared y luego una escalera. Ella dijo en su denuncia que había bebido mucho, pero en el juzgado luego ya dijo que no, que no había bebido apenas.

A todo esto se suman los testigos que aportó, muchos de ellos amigos íntimos de ella. Unos no refrendaban su versión, no sabían nada y uno que parecía darle la razón se contradecía consigo mismo y con el resto.

Llegó el juicio

Y llegó el primer juicio: 15 de febrero de 2021. Todas las pruebas las escuchó una magistrada y absolvió al jugador. Hubo contradicciones groseras en la vista oral. Sin embargo, la Audiencia Provincial de Galicia no conforme con el fallo, ordenó que redactase una segunda sentencia. De nuevo absolución, pero la Audiencia Provincial no se quedó conforme con que se absolviese a un supuesto agresor sexual y ordenó repetir el proceso.

En esta ocasión, 3 de diciembre de 2023 fue una nueva magistrada quien valoró las pruebas y absolvió de nuevo. Hubiese resultado grosero una nueva repetición de la vista oral, así que la Audiencia Provincial de Orense ratificó la absolución de una vez.

La mujer recurrió entonces al Supremo. Dijo en sus argumentos que a las dos magistradas, mujeres, no hombres, les faltaba perspectiva de género, que la denunciante no debía probar el origen de sus lesiones y algunas lindezas más que parecían hacer colegir que la base del recurso era que a una mujer se la cree y ya. El Supremo decidió no admitir a trámite el recurso de casación.

Con una sentencia firme a su favor, Álvaro López Ratón ha decidido querellarse contra Patricia por falso testimonio. Quiere justicia y que su calvario no quede como que no hay pruebas contra él y por eso lo absuelven. Quiere demostrar que su denunciante es una mentirosa y que la condenen. A él tras la denuncia se le acabó la carrera de fútbol en España, tuvo que irse a jugar a Polonia y actualmente está en Grecia porque nadie quería contratar a un sospechoso que ha resultado ser inocente.