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La presidenta de Baleares, Marga Prohens, y el vicepresidente Antoni Costa, durante el pleno del Parlamento este martesEFE

Qué ha pasado en Baleares entre Prohens y Vox: de la sintonía a la ruptura

La opción de adelanto electoral, como plantean algunas voces dentro del PP, es una posibilidad sobre la mesa. Vox no teme ese escenario: «Si quieren ir a elecciones, vayamos»

Nunca antes la tensión había sido mayor entre PP y Vox en Baleares como en estos momentos. Tanta que comienza a haber un runrún de adelanto electoral en las islas, donde el PP gobierna sin mayoría absoluta gracias a que en su día los entonces ocho diputados de Vox —hoy seis tras la salida de dos, ahora no adscritos— se abstuvieron para posibilitar la investidura de Marga Prohens previa firma de un acuerdo de gobierno de 110 medidas.

Hace cinco meses este acuerdo quedó roto a todos los efectos, tras la retirada de Vox de su apoyo al aceptar el PP el reparto de menores inmigrantes llegados ilegalmente a Canarias, como pedía el Gobierno. Desde entonces, aunque con discrepancias, había cierta sintonía entre ambas formaciones. De hecho, hace unas semanas el partido de Santiago Abascal se abstuvo en el techo de gasto después de obtener de los populares compromisos en materia de lucha contra la inmigración ilegal, como no aceptar más menores. Algo que contrastaba, por ejemplo, con la inexistencia de entendimiento en Castilla y León. También en Bambú veían bien encaminadas las negociaciones de las cuentas públicas. Sin embargo, hoy todo ello parece haberse esfumado. Y el Gobierno de Prohens retirará su proyecto de presupuestos por falta de apoyos.

Este martes se materializaba la ruptura, después de varios días de tensión. Todo empezó cuando se aprobó la ley para la simplificación administrativa, que incluía un paquete de 34 enmiendas presentadas por Vox. El PP las había apoyado, pero sostuvo que había sido por error y quiso rectificar. Estas enmiendas contemplan asuntos muy diversos, desde el tema lingüístico, tanto en el ámbito educativo como el administrativo, a otros relacionados con la ideología de género o con vivienda.

Especialmente importante es la cuestión lingüística, que Vox ha fijado como una línea roja en las negociaciones. Por ejemplo, entre las enmiendas se recogía una para eliminar la parte del artículo 135 de la ley de Educación que establece «la consideración de la lengua catalana, propia de las Illes Balears, como instrumento de cohesión social en las actividades educativas y complementarias y como vehículo de expresión normal en las comunicaciones y en el ámbito administrativo»; otra para modificar otro apartado de ese artículo para fijar que «los centros educativos mediante la aprobación de su proyecto lingüístico deberán garantizar la competencia comunicativa plena y equivalente en las dos lenguas oficiales (...)»; u otra para eliminar la exigencia de un nivel de conocimiento del catalán a los funcionarios.

A primera hora de este martes, desde Vox emitían un comunicado en el que trasladaban que el PP les había manifestado el día anterior «su disposición a negociar vías de acuerdo en materia de libertad lingüística», algo que el partido de Abascal considera «indispensable para seguir buscando un acuerdo» para los presupuestos. No obstante, poco después los populares negaban rotundamente haberle ofrecido nuevos acuerdos en esta materia. Según el PP, y así lo trasladó el lunes el consejero de Educación, Antoni Vera, el único acuerdo al que habían llegado en materia lingüística ambos partidos había sido el de crear el plan de libre elección de lengua.

El Pleno estaba previsto a las 9:30, pero comenzó media hora más tarde. Antes, Prohens se reunió con los grupos parlamentarios, y cuando se dio inicio a la sesión plenaria, el portavoz del Grupo Popular, Sebastià Sagreras, pidió retirar del orden del día la votación de la derogación de la ley de memoria democrática —que en su día había formado parte del acuerdo con Vox y ambos partidos lo defendían—, y el Parlamento aceptó por asentimiento.

Lo hacía después de alcanzar un pacto con los partidos de la izquierda por el que aceptaba posponer la votación de la derogación de esta ley y abstenerse en la misma «a cambio del apoyo a unos decretos que deberá convalidar el Govern», según trasladan fuentes del Ejecutivo balear. De abstenerse, como explican estas fuentes, la norma no se derogaría —los 25 diputados de la izquierda votaría en contra, los 26 populares se abstendrían y solo Vox, con 6, lo apoyarían—.

Como contrapartida del acuerdo, entre los decretos que deberá respaldar la izquierda está el que pretende rectificar el error que se atribuye el PP en la votación de las mencionadas enmiendas de Vox. Unas enmiendas que, según indican las citadas fuentes, no consideran «asumibles», y señalan que «más allá de las del tema de la lengua que supondrían acabar con el bilingüismo en la comunidad», hay otras, como por ejemplo la de «construir en zonas naturales protegidas».

Durante el Pleno, Marga Prohens y la portavoz de Vox en el Parlamento, Manuela Cañadas, se enzarzaron en un rifirrafe parlamentario a cuenta del tema de la lengua. La presidenta popular aseguró que no la encontrarán «en la confrontación lingüística» y defendió que en Baleares «conviven las dos lenguas». «Usted lo mezcla todo. Confunde lenguas vehiculares, mezcla porcentajes, intenta confundir a los ciudadanos sobre las enmiendas que iba a presentar, que no hablan de dos lenguas vehiculares», señaló desde su escaño Prohens.

Por su parte, la portavoz de Vox sostuvo que su grupo no plantea «ninguna imposición» y le recriminó al PP que cuando estaba en la oposición defendía que el español fuera lengua vehicular en la educación. «Hoy hemos asistido a un espectáculo bochornoso; de mentiras y de boicot de los miembros de la mesa del Parlamento al pleno. Todo por soberbia de no ceder ante Vox en temas lingüísticos», expresó Cañadas.

Fue en el mismo Pleno cuando, durante la respuesta de Prohens a una pregunta del portavoz socialista, Iago Negueruela, la líder regional manifestó que «en vista de que ahora no se dan las condiciones» para negociar y aprobar los presupuestos, retiraba el proyecto, y, como Gobierno en minoría, se abrió a dialogar con todos los grupos, aunque - avisó- con el programa de gobierno del PP como «hoja de ruta».

Mientras, suena desde hace días una posibilidad que siempre ha estado ahí, precisamente porque gobiernan en minoría, la del adelanto electoral. Según informaron varios medios, este fin de semana, en la reunión que Prohens mantuvo con alcaldes y líderes municipales del PP en Baleares se animó por parte de algunas voces a esa idea. El propio portavoz del grupo en el Parlament bromeó al señalar que a su partido «le gustan las noches electorales». Desde Vox aseguran que no temen esa posibilidad y defienden que no se han movido de su discurso: «Si quieren ir a elecciones, vayamos». Todos los escenarios están abiertos.