Un menor asesina de una patada a un hombre que el día anterior le había intentado robar un patinete
Al menor de 17 años le quedaba apenas un mes para cumplir la mayoría de edad
El crimen está grabado en vídeo. Ocurrió a finales del mes de noviembre en Níjar (Almería): la noche del lunes 25 al martes 26. En las imágenes se ve a un hombre sentado en el suelo, apoyado en un árbol. La autopsia determinó después que había consumido mucho alcohol y cocaína. Se ve cómo dos personas pasan delante de él y paran en la siguiente esquina.
No se escucha la conversación, pero se aprecia como los dos hablan: se deduce que están planificando el robo. A las 00.19 de la noche el de 17 años se acerca, se para a un metro y con la pierna izquierda le suelta una patada en la cara. El hombre cae hacía atrás y se golpea contra el suelo: queda inconsciente. El vídeo tiene sonido y el ruido es terrorífico.
Se observa cómo el menor mete la mano en la ropa, le registra y parece que se lleva, entre otras cosas, el móvil. Después huye corriendo. El otro ladrón, que se había quedado vigilando en la esquina por si viniera alguien, se aproxima. Aprovecha que la víctima está inconsciente para volver a registrarlo. De regalo, le da un taconazo en la cara. También huye.
A las 00.34 horas los dos individuos regresan y miran a su víctima. Le vuelven a registrar, por si se hubieran dejado algo sin robar, y se van tranquilamente. Poco después un conductor ve tirado a un hombre en el suelo, inconsciente, y llama a la policía local. Está vivo. Durante 40 minutos las emergencias tratan de reanimarlo, pero acaba falleciendo. La autopsia determina: traumatismo craneoencefálico.
Lo primero que quisieron averiguar los investigadores fue la identidad de la víctima. Se trataba de un magrebí, conocido por las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado. Entró a España en patera el pasado 27 de septiembre. Lo hizo a través de las Palmas de Gran Canaria. En octubre lo detuvieron por robo con violencia en Carabanchel (Madrid); en noviembre era sospechoso de cometer una agresión sexual en Granada y cuatro días antes de su muerte estuvo implicado en un robo con violencia en Córdoba.
Identificada la víctima, el objetivo era localizar y poner los grilletes a los agresores. Los investigadores de homicidios de la Guardia Civil de Almería peinaron Níjar buscando en las cámaras y lograron reconstruir todo lo ocurrido. En una de esas cámaras se veía perfectamente su rostro, así identifican al menor. Un chico español de 17 años y 11 meses con padres originales de Marruecos.
Inmediatamente los agentes acudieron a su casa a detenerlo. No estaba. La familia, muy colaboradora, explicó que el chaval se había ido a Elche, a casa de unos familiares, porque se había metido en una pelea y temía represalias. Los agentes les comunicaron que lo buscaban por homicidio: a los padres se les cayó el mundo a los pies. El hermano mayor del asesino, también presente, enfadado por el comportamiento del menor, se comprometió en ir a buscarlo y llevarlo él mismo al cuartel de la Guardia Civil.
Así lo hizo y al día siguiente, el joven ya estaba detenido. El menor confesó el crimen. Reconoció los hechos y dijo que solo pretendían robar, no matar. Afirmó que él no se llevó nada, que fue su compinche el ladrón. A su amigo, de 20 años, lo detuvieron poco después. También es español, con padres de Marruecos. Se negó a declarar ante los investigadores, pero confesó ante el juez. Dijo que la víctima había intentado robar el patinete al menor el día anterior, que se le encontraron casualmente y al verle bebido, su amigo le propuso vengarse con una paliza. Aseguró que se negó a participar, pero que al final el menor le convenció.
El joven de 17 años ha ingresado en un centro de menores mientras que el mayor de edad ya está en prisión provisional. Se enfrentan a una acusación por el delito de asesinato. Al mayor le pueden caer de 15 a 20 años de prisión; al menor ese mes para cumplir la mayoría de edad le salva de una pena tan severa. Él estará en un centro de internamiento entre seis y diez años.