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María Blasco, directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO)EFE

Investigación

Las irregularidades de la directora del Centro contra el Cáncer han provocado la marcha voluntaria de 7 científicos de prestigio internacional

Las irregularidades de María Blasco como directora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), el centro contra el cáncer dependiente del Gobierno, han provocado la marcha voluntaria de siete científicos de prestigio internacional durante los últimos años. Blasco, que se niega a dimitir a pesar del deterioro de la institución como consecuencia de su gestión, ha sido recientemente denunciada por estafa, malversación y apropiación indebida por usar donativos para investigaciones oncológicas para la compra de cuadros y obras de arte.

El Debate ha tenido acceso al listado de los científicos que han dejado el Centro por el abandono de las instalaciones, la falta de material para poder llevar a cabo nuevas investigaciones y la ausencia de fondos económicos para poder contratar a personal especializado. Se trata de Manuel Serrano, actualmente en la Universidad de Cambridge; Erwin Wagner, profesor de la Medical University de Viena; Manuel Hidalgo, jefe de la División de Hematología y Oncología Médica de la Weill Cornell University de Nueva York; y de Guillermo Montoya, director del Centro de Crio-Microscopia de la Universidad de Copenhague.

También Christopher Heaschen, co-director del Centro de Single-Cell Omics en la Facultad de Medicina de la Universidad Jiao Tong de Shanghai; Alfonso Valencia, director del Centro de Supercomputación de Barcelona; y Marcos Malumbres, actual jefe de grupo senior en el Instituto de Oncología de Vall d´Hebron. Siete científicos con una dilatada trayectoria que se han ido marchando del CNIO en los últimos años como consecuencia de las irregularidades de Blasco. De hecho, el éxodo de estos profesionales comenzó pocos meses después de que ella fuera nombrada responsable de la institución en 2011 por el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero.

La comunidad científica que trabaja en el Centro no tardó en señalar las decisiones controvertidas de su gestión, que muchos calificaron de «imprudentes» y «alejadas del objetivo del CNIO que sólo es investigar el cáncer». Desde entonces, según los trabajadores, «los problemas en el Centro no han hecho más que acumularse, afectando no solo a la calidad de las investigaciones sino también al prestigio de una institución que, hasta ahora, era un modelo a seguir en Europa». A pesar de las críticas que está recibiendo, Blasco se niega a dimitir. Este extremo, tal y como explican a este periódico trabajadores del Centro, «está generando un clima de desconfianza y deterioro del funcionamiento del CNIO, que estaba considerado un referente en la lucha contra el cáncer».

«Van a dejarla caer»

La gota que colmó el vaso en la gestión de Blasco ha sido la creación del programa CNIO Arte, un departamento que se encarga de comprar cuadros y obras de arte para su posterior exposición en museos para su venta. En cambio, desde el Centro sostienen que el gasto es mucho mayor a lo que luego se recauda. Desde que el programa se puso en funcionamiento hace seis años, el CNIO ha desembolsado una cantidad que supera el millón de euros y, sin embargo, no ha recuperado ni un tercio de lo invertido. Uno de los primeros actos estelares de este programa fue inaugurado por Begoña Gómez, la mujer del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

Tras aflorar las irregularidades en la compra de arte, muchas de ellas desveladas por El Debate, Blasco sostiene que la mala situación financiera del Centro no se debe al gasto en arte sino a una «falta de fondos» que en opinión de la directora se debe al Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, cartera de la que depende la institución. Si bien cuando comenzó el escándalo la ministra Diana Morant aseguró en público que el Centro y Blasco contaban con todo su apoyo conforme han ido pasando los días la directora ha denunciado que aún está esperando a que Morant le responda una carta donde explica su versión de los hechos sobre lo que está ocurriendo en el CNIO.

Para gran parte de la plantilla este detalle da a entender que la ministra no quiere que Blasco siga al frente de la institución. «Van a dejarla caer y creemos que eso es lo mejor para que se clarifiquen las denuncias y podamos seguir trabajando en investigar el cáncer, que es para lo que se nos paga», añaden.

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