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La vicepresidenta María Jesús Montero y el ministro Félix Bolaños, en una imagen de archivo en el CongresoEFE

El bucle infinito

El Gobierno gana tiempo con Junts pero no tranquilidad: «Nuestra fórmula es el diálogo»

Los socialistas saben que necesitarán mucho más que aplazar una decisión de la Mesa del Congreso para recomponer la relación con Puigdemont. No confirman la reunión en Suiza, pero la habrá

El Gobierno da por desactivada la última bomba de relojería que le había colocado Junts, aunque la relación diste mucho de estar encauzada. Así que gana tiempo, pero no tranquilidad: necesitará mucho má. De hecho, Carles Puigdemont anunció este viernes la suspensión de las negociaciones sectoriales con el PSOE a la espera de que se celebre una reunión de urgencia en Suiza entre las partes. La última fue a mediados de diciembre y acabó mal.

Aun así, los socialistas respiran con cierto alivio: tienen hasta finales de febrero para recomponer los pactos con Puigdemont. Con ese fin, el PSOE y Sumar aplazaron el jueves la decisión de la Mesa del Congreso sobre la proposición no de ley de Junts instando a Pedro Sánchez a someterse a una cuestión de confianza.

Ese stand by parlamentario llevaba el visto bueno de Junts: era una vía intermedia para que el PSOE no tuviera que admitir la iniciativa ni Junts se viera desautorizada.

La primera reacción oficial del Ejecutivo vino este viernes desde Valladolid. Félix Bolaños apeló al diálogo en las próximas semanas para que las aguas de la legislatura vuelvan a su cauce, ya de por sí accidentado: «Somos capaces de llegar a acuerdos, llegar a consensos y superar cualquier discrepancia. Y eso lo vamos a hacer con Junts y con cualquier otra fuerza política», aseguró el ministro de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes.

Bolaños negó que el Ejecutivo esté incumpliendo sus pactos con Junts, como asegura Puigdemont. «Alguno de esos acuerdos ya están en el BOE, otros están en vía de materializarse y otros están en negociación. Pero el Gobierno cumple los acuerdos y lo hace siempre. Cuando hay alguna discrepancia, que por supuesto que las hay con todos los grupos parlamentarios, nuestra fórmula es el diálogo, acuerdos y trabajo. Esfuerzo para conseguir acercar posturas y que podamos seguir avanzando, nuestro país necesita avanzar», añadió.

Casi en paralelo, desde Málaga, la vicepresidenta María Jesús Montero insistió en los mismos términos: en la «voluntad decidida del Gobierno de seguir apostando por el acuerdo, por el diálogo».

Desde el PSOE no han querido confirmar si recogen el guante de esa reunión de urgencia solicitada por Puigdemont, aunque no cabe duda de que lo harán. Fuentes socialistas apelan a la «discreción» que siempre mantienen en las conversaciones y precisan que, cuando haya un acuerdo, lo comunicarán «de inmediato», según Efe.

Entre las carpetas abiertas entre el Gobierno y Junts están los Presupuestos Generales de 2025, pero también la transferencia de las competencias en materia migratoria. Según señaló el ministro Fernando Grande-Marlaska este viernes, «se ha avanzado sustancialmente» en este sentido, aunque el Ejecutivo dice tener una «línea roja»: el «control de fronteras», que es competencia exclusiva de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado.

También está el decreto ley que el Gobierno está planteándose como solución de emergencia ante la falta de acuerdo con el PP para reformar la ley de extranjería. Con él, los socialistas pretenden imponer a las comunidades el reparto obligatorio de los menores extranjeros no acompañados que actualmente están a cargo de los gobiernos de Canarias y Ceuta. Pero para que ese decreto ley fuera convalidado en el Congreso necesitaría a Junts, que en el pasado anunció que solo apoyaría algo así si Cataluña quedaba excluida del reparto.