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Pedro Sánchez, durante su comparecencia de este martes
La historia se repite
Sánchez cede en todo ante Puigdemont y lo disfraza como un acuerdo «por el bien común»
Lo que él llamó «acuerdos» con Junts son un nuevo decreto ley con 29 medidas frente a las 80 del anterior. Eso sí, avalado por Puigdemont y con el grueso de las medidas sociales, solo ésas
Pedro Sánchez volvió a hacer este martes «de la necesidad virtud», como dijo cuando ya le había vendido a Carles Puigdemont una ley de amnistía que luego no resultó ser precisamente una segunda piel para el prófugo.
Estando contra las cuerdas como lo estaba desde el pasado miércoles, cuando el Pleno del Congreso derogó su decreto ómnibus y no le funcionó lo de culpar a la oposición, el presidente del Gobierno hizo uno de sus juegos de piernas para ceder ante Junts en prácticamente todo y que parezca un acuerdo leal entre dos socios. Uno, además, por el «bien común», como sostuvo. «Un Gobierno puede perder una votación parlamentaria, pero no nos resignamos a que pierda la mayoría social del país», proclamó.
«Estos últimos días nos han enseñado muchas cosas. Cosas que deberíamos reflexionar entre todos y tomar nota. Nos han enseñado que, a pesar de todas las dificultades, y a pesar de estar en minoría parlamentaria, el Gobierno de coalición progresista es el Gobierno de los acuerdos», se felicitó Sánchez.
Lo que él llamó «acuerdos» son un nuevo decreto ley con 29 medidas frente a las 80 del anterior. Eso sí, avalado por Puigdemont. La norma recoge nuevamente la revalorización de las pensiones, la subida del ingreso mínimo vital, las ayudas al transporte y a la DANA y la moratoria en la prohibición de los desahucios a los colectivos vulnerables. Pero en el que el presidente se ha dejado muchos pelos en la gatera después de proclamar durante días que no trocearía el decreto ómnibus y que eran lentejas. No obstante, Sánchez quitó hierro a esas cesiones y señaló que la «práctica totalidad» de las medidas contenidas en el anterior decreto están en éste nuevo aprobado por el Consejo de Ministros.A falta de conocer el texto este miércoles, una vez que se publique en el BOE, Junts ha anunciado que el acuerdo incluye medidas para «garantizar el cobro del alquiler a los propietarios y el pago de los desperfectos ocasionados por los ocupas o por los morosos en las viviendas». Esto se traduce en un sistema público de avales y garantías para propietarios e inquilinos, según el presidente.
Además, han quedado fuera de este decreto ley todas las medidas tributarias, las relativas a las ayudas a empresas electrointensivas y las medidas para suavizar el impacto contable del impuesto en los bancos, entre otras. Tampoco incluye la modificación de la ley de la sociedad de la información o servicio postal que, según Junts, «suponían la vulneración de las competencias de Cataluña». Su portavoz en el Congreso, Míriam Nogueras, comparecerá este martes a las seis de la tarde en Barcelona.
Cuestión de confianza... sí pero no
Mención aparte merece la cuestión de confianza que Junts registró en diciembre en el Congreso a través de una proposición no de ley y cuya admisión a trámite lleva posponiendo desde entonces la Mesa del Congreso. Sánchez ha aceptado tragarse el sapo de que la Mesa dé curso a la iniciativa, pero con la firme intención de no someterse a cuestión de confianza alguna. Ni siquiera aunque, llegado el día de la votación, el Pleno apruebe esa proposición no de ley con los votos del PP, Vox y Junts. Porque una PNL puede instar al Gobierno, pero nunca obligarlo. Y menos aún en este caso en que convocar una cuestión de confianza es únicamente una potestad del presidente, «previa deliberación del Consejo de Ministros» (artículo 112 de la Constitución), como recordó Sánchez en su comparecencia. Durante la misma, él lo dejó bastante claro: «El Gobierno no ve necesidad de hacerlo», zanjó. A expensas, claro, de otro de sus cambios de opinión en el futuro.
Con el acuerdo de este martes, los independentistas dan por retomadas las negociaciones sectoriales que Puigdemont congeló en diciembre, cuando se quejó de los incumplimientos de Sánchez. No obstante, el presidente no quiso adelantar si este borrón y cuenta nueva sirve para encauzar los Presupuestos Generales de 2025. «Partido a partido», respondió. «Este Gobierno no da un partido por perdido, suda la camiseta», presumió.
Sánchez no desaprovechó la oportunidad de cargar contra el PP y Vox, intentando convertir sus cesiones a Junts en un arma arrojadiza contra la oposición. Lo mismo que hizo con su derrota parlamentaria de la semana pasada. «Los últimos seis días nos han mostrado la enorme capacidad que tiene la coalición negacionista del PP y de Vox para contaminar el debate público con manipulaciones y mentiras». Y se refirió al palacete de París entregado al PNV, la subida del precio de la luz y la del IVA de los alimentos. Que fueron los motivos que esgrimieron los populares para votar en contra la semana pasada. «Si legítimamente no quieren apoyar el nuevo decreto con la práctica totalidad del escudo social, al menos no engañen a la gente con bulos, desinformación y fake news», les pidió.