
Fachada de la sede del Tribunal Supremo
El Supremo confirma la condena a un matrimonio por acosar y abusar de dos empleadas que eran pareja
Además, al hombre también se le suma una condena por acoso y abusos sexuales contra las dos demandantes
El Tribunal Supremo (TS) ha confirmado la condena que un juzgado canario impuso a un matrimonio por delitos de acoso laboral de hasta 2 años y 7 meses de cárcel. Además, al hombre también se le condena por acoso y abusos sexuales contra dos empleadas, por una serie de conductas ocurridas en el seno de la empresa donde trabajaban todos los implicados.
En una sentencia, a la que ha tenido acceso Europa Press, la Sala de lo Penal del TS se refiere al caso de una empresa ubicada en Gran Canaria donde el matrimonio ostentaba puestos directivos, él como delegado y ella como jefa de equipo. Ambos sometieron a dos empleadas a «un continuo trato humillante, ofensivo y despreciativo menoscabando su integridad psíquica».
De un lado, las obligaban a participar en un chat de trabajo fuera de horario laboral amenazándolas incluso con ser despedidas y, de otro, las llamaban «paquetes» y «amargadas», llegando a proferir expresiones como: «Lo que necesitas es echar un polvo». Todo ello provocó que en una ocasión una de las trabajadoras se hiciera «pis encima» y en otra vomitara.
En un momento dado, el matrimonio, creyendo que las dos trabajadoras mantenían una relación sentimental, «por unas fotos donde se las veía juntas subidas a las redes sociales, continuaron con su comportamiento ofensivo» preguntándolas si mantenían relaciones sexuales. Además, les amenazaron diciéndoles que tenían que poner fin a su supuesta relación.Por otro lado, el hombre, «prevaliéndose de su condición de superior jerárquico» y «con la intención de satisfacer sus instintos sexuales», sometió a una de las trabajadoras a «frecuentes insinuaciones de carácter sexual, efectuándola multitud de llamadas telefónicas». Según el relato de hechos probados, «en numerosas ocasiones en la oficina, al cruzarse con ella, le agarraba la cara y le decía: «¡Qué cara más bonita tienes por las mañanas!» y «tú sabes que te quiero de verdad».
En una ocasión, «se acercó por detrás y le acarició sus pechos con la mano». En una escena similar, otro trabajador de la misma empresa que era el delegado en Tenerife y que a veces acudía a la oficina de Gran Canaria, se acercó antes de una cena a una de las trabajadoras para enseñarla fotos de sus abdominales y proponerla sexo. Ante su negativa, le dijo que «era una parada». A la salida del baño, «la agarró del brazo, la abrazó por detrás» y la rozó con su miembro viril.