Moreno y Marín en la comparecencia conjunta en el stand de Andalucía en la WTM de LondresEuropa Press

El PP de Andalucía juega a dos bandas con PSOE y Vox para aprobar los presupuestos

Ciudadanos ha vetado en las negociaciones al partido de Santiago Abascal y a Podemos

El Gobierno de Juanma Moreno se encuentra en campaña para recabar los apoyos que necesita para aprobar los presupuestos de 2022 y cumplir, así, los cuatro años de legislatura, y deshoja la margarita entre Vox y el PSOE, con el que acerca posturas.

El Debate sobre el estado de la Comunidad Autónoma, celebrado la pasada semana en el Parlamento de Andalucía, era una ocasión propicia que el Gobierno de Juanma Moreno no podía desperdiciar para seducir a los distintos grupos que conforman la oposición en busca de sus votos favorables a las cuentas de 2022. El presidente andaluz lo sabía y no desaprovechó la oportunidad para vender su proyecto «de cambio» y defenderse, así, de las críticas recibidas, con el fin de dejar sin argumentos ni excusas a la oposición para no apoyar las previsiones de gasto para el próximo año.

La característica de coalición gubernamental del Ejecutivo andaluz, en el que el Partido Popular —grupo mayoritario en él— comparte responsabilidades con Ciudadanos, influye en que Juanma Moreno cuente con la opinión de sus socios naranjas, que ya han manifestado su voluntad de que Vox —formación que ha sostenido a su Gobierno hasta la fecha— no participe del cambio, como tampoco Unidas Podemos. Así las cosas, desde San Telmo andan deshojando la margarita entre quienes les han prestado su apoyo para llevar a cabo la proclamada regeneración institucional tras casi cuarenta años de régimen socialista en Andalucía y el propio PSOE, con el que el PP busca alcanzar grandes acuerdos.

Exigencia de compromisos

La intención del Gobierno andaluz es agotar la legislatura; sin embargo, tanto Vox como el PSOE le exigen una serie de compromisos, algunos ya pactados, para aprobar las cuentas de 2022, lo que le permitiría lograr su objetivo. El Ejecutivo autonómico juega a dos bandas, algo que no gusta ni a unos ni a otros; aunque desde la presidencia hay una predisposición ya pública a llegar a un acuerdo con el PSOE que sería «histórico». El Gobierno de Juanma Moreno ya ha dado pasos en esa dirección, pero el grupo socialista pide más.

El PSOE de Andalucía, que no quiere que se aprueben unos presupuestos «de derechas», ha reconocido que «es evidente que existe un espacio de entendimiento» después de que el Gobierno de Juanma Moreno haya aceptado 17 de las 35 propuestas de resolución que presentara el grupo parlamentario socialista en el Debate sobre el estado de la Comunidad Autónoma; pero recrimina al presidente que esté en «modo campaña», su «confrontación» con el Gobierno de España y el «despido» de 8.000 sanitarios de los 20.000 que la Junta contrató como refuerzo contra la pandemia. Así pues, reclama una nueva reunión entre su flamante secretario general, el alcalde de Sevilla, Juan Espadas, y Juanma Moreno.

Desde el PSOE andaluz esperan una llamada del presidente de la Junta para «intentar acordar» los presupuestos antes de que el Consejo de Gobierno los remita al Parlamento, como tiene previsto hacer mañana, 3 de noviembre, tal como, aseguran, hablaron el pasado 1 de octubre en su anterior cita. El 18 de noviembre, último día en que se puede presentar una enmienda a la totalidad, es la fecha tope que se ha marcado el PSOE para negociar las cuentas del año que viene. «Por el PSOE no va a quedar», ha afirmado la portavoz parlamentaria socialista, Ángeles Férriz.

La puerta de Vox

Desde San Telmo, no obstante, tampoco se quiere cerrar la puerta a que Vox vuelva a prestar su apoyo al Gobierno andaluz, aunque ésta se encuentra cada vez más cerrada. El acercamiento PP-PSOE no gusta nada en la formación presidida por Santiago Abascal, que acusa a Juanma Moreno de «imitar las políticas socialistas». El portavoz de Vox en el Parlamento de Andalucía, Manuel Gavira, ha tachado de «no cambio» la gestión llevada a cabo por el Ejecutivo autonómico durante la legislatura, y su adjunto en el cargo, Rodrigo Alonso, ha señalado que «el Gobierno de la Junta de Andalucía sigue abrazado a las políticas de la izquierda, le ha tendido la mano al PSOE y no va a cumplir, definitivamente, con los acuerdos que quedan pendientes con Vox», algo –esto último– que ha admitido el portavoz del PP, José Antonio Nieto, en sede parlamentaria.

El «efecto Olona»

Por tanto, Vox forzará el adelanto electoral en Andalucía, que pide a Juanma Moreno desde hace algunos meses, sobre todo a raíz de la «traición» de Ciudadanos al PP en Murcia. El partido de Abascal aspira a obtener un mejor resultado que en diciembre de 2018, cuando consiguió entrar en el Parlamento de Andalucía con 12 escaños, y tener, así, más influencia sobre el PP, que ganaría las elecciones con claridad y estaría cerca de la mayoría absoluta, según el último Barómetro Andaluz, que le otorga hasta 51 escaños, desde los 26 actuales. La fuerza de Vox se reduciría a un máximo de 15 diputados, aunque se confía en el 'efecto Olona' (Macarena Olona se postula como candidata a la presidencia de la Junta de Andalucía) para aumentar la cifra.

Queda por ver el grado de injerencia de las direcciones nacionales de los diferentes grupos en las negociaciones, que sitúan al PP en medio, entre el PSOE y Vox, con Ciudadanos defendiendo la coalición gubernamental, en un momento en el que el PP y el PSOE ya han pactado, a nivel nacional, la renovación del Tribunal Constitucional, el Tribunal de Cuentas y el Defensor del Pueblo. Tampoco se sabe cuánto pueden influir en las conversaciones los pactos del Gobierno de España para aprobar los presupuestos generales del Estado. Desde San Telmo no se descarta una prórroga de las cuentas de 2021.