Ataque islamista
Algeciras y el recuerdo de otros atentados yihadistas en España
Torre Pacheco, Cornellá, Barcelona y Cambrils han sufrido en los últimos años el terror del fundamentalismo islámico
Tras sembrar el pánico en la parroquia de San Isidro, donde hiere de gravedad al sacerdote Antonio Rodríguez, Yassine Kanjaa recorre 400 metros hasta entrar en la iglesia de Nuestra Señora de la Palma. Allí, acuchilla al sacristán Diego Valencia, quien consigue salir del templo, ubicado en la Plaza Alta de Algeciras (Cádiz). En dicho lugar, remata a su víctima, moribunda, ante los ojos de un público que no se creía lo que estaban viendo.
Cuentan los testigos que el presunto yihadista sale de la iglesia tras el sacristán, que trata de huir. Dada la gravedad de la primera cuchillada que propina, aún dentro del templo, a su víctima, el asesino tarda pocos segundos en alcanzar a su objetivo. Es entonces cuando se ceba con Diego, a quien asesta varias puñaladas, la última mirando al cielo y al grito de «¡Alá!»; una proclama que lanza previamente en la parroquia de San Isidro, donde también grita «¡Muerte a los cristianos!».
Quienes pasean tranquilamente por el lugar, al ver tal escena, salen corriendo despavoridos. Algunos se meten dentro de los comercios de la Plaza Alta, que cierran inmediatamente sus puertas. La dueña de un centro de estética cierra las puertas y la verja de su establecimiento con llave y apaga las luces hasta que pasa el peligro. Desde dentro de otro negocio se comenta con asombro: «Lo ha matado, lo ha matado».
Siguiendo con su ruta homicida, el terrorista islámico intenta entrar en la capilla de Nuestra Señora de Europa, pero está cerrada. Así pues, prosigue su caminar hasta la plaza Virgen de las Lágrimas, justo detrás de la capilla. Allí es detenido, minutos después, por la Policía Local.
Precedentes recientes
«Nadie podía imaginarse que esto iba a pasar aquí», comenta uno de los presentes en la concentración en repulsa del asesinato del sacristán Diego Valencia que tenía lugar este jueves en Algeciras. No obstante, y por desgracia, en los últimos años, España ha sufrido varios ataques yihadistas.
En septiembre de 2021 se produjo un atropello mortal con un coche en una terraza de un bar de una pedanía de Torre Pacheco (Murcia). El atentado se saldó con dos muertos: el conductor, un marroquí llamado Abdellah Gmara, y uno de los comensales, un ciudadano británico que resultó gravemente herido a causa del accidente. La Guardia Civil descubrió posteriormente que el conductor realizó el saludo de despedida yihadista antes de efectuar el atropello y dejó escrita una carta donde calificaba su actuación de «atentado terrorista».
En agosto de 2018, una moza de escuadra abatió a un argelino, Abdelouahab Taib, que asaltó la comisaría de Cornellá de Llobregat (Barcelona) con un machete y al grito de «¡Alá es grande!». Por suerte, no hubo heridos. El terrorista quedó registrado como el primer lobo solitario en atentar en España.
Aunque quizá los ataques yihadistas más recordados sean los que acontecieron en La Rambla de Barcelona y el paseo marítimo de Cambrils (Tarragona) el 17 de agosto de 2017. En la Ciudad Condal se produjo un atropello masivo que se saldó con 16 muertos y más de un centenar de heridos. Horas más tarde, cinco terroristas fueron abatidos por los Mossos en el municipio tarraconense tras intentar saltarse un control policial y atropellar a seis personas.