El presunto autor del ataque y una imagen del lugar del sucesoPaula Andrade

El yihadista de Algeciras se someterá este jueves al examen psiquiátrico de la Audiencia Nacional

El terrorista, que se encuentra en prisión provisional sin fianza, presenta un perfil «inestable», según la Policía

El cuadro médico de la Audiencia Nacional realizará este jueves el examen psiquiátrico al yihadista Yassine Kanjaa, autor del atentado cometido en enero en Algeciras (Cádiz) en el que fue asesinado un sacristán y resultaron heridas varias personas.

Este análisis fue acordado por el juez instructor de la causa, Joaquín Gadea, a los efectos de informar sobre si el sujeto es imputable o no. En su resolución, el magistrado indicaba que ese reconocimiento forense se debía hacer con pleno respeto al derecho de defensa del detenido y con su previo consentimiento.

Así, ofició a la clínica forense de la Audiencia Nacional para que dos médicos sean quienes realicen el examen al investigado.

Cabe recordar que Gadea, tras escuchar la declaración del terrorista en sede judicial, decretó su prisión provisional sin fianza y le atribuyó los delitos de asesinato y lesiones con fines terroristas que, advirtió, podrían conllevar la prisión permanente revisable.

En esa resolución indicaba que la actividad desarrollada por el asesino de Diego Valencia se podía calificar como un ataque yihadista dirigido tanto contra sacerdotes que profesan la fe de la Iglesia católica como contra musulmanes que para el investigado no siguen los preceptos del Corán.

Si bien interesó un informe forense psiquiátrico para saber si está en condiciones de ser investigado, previamente había sostenido que las acciones violentas las realizó para producir de manera consciente e intencionadamente el mayor daño posible, manteniendo en todo momento el control de la situación.

Objetivos definidos

El instructor hacía constar en su auto por el que acordaba la prisión incondicional del terrorista que en las dos declaraciones que ha prestado éste, ante la policía y en el juzgado, salvo algunas contradicciones sobre elementos periféricos del relato, era capaz de reproducir en esencia los aspectos más importantes de su acción.

Relataba que la conducta del investigado fue consciente y que tenía definidos sus objetivos: teniendo la opción de causar unos daños mayores, focalizó su acción concretamente sobre los sujetos a quienes atacó, a los que eligió de forma deliberada.

Y explicaba que la primera de las acciones fue contra los sacerdotes, reconociendo que su intención era matar a todos los sacerdotes que se encontraban en la iglesia. En segundo lugar, según indicaba el magistrado, centró su ataque contra un marroquí al que consideraba infiel, al creer que estaba ante un marroquí converso, por no practicar la auténtica religión, y al que agredió con intención de matarle.

Por todo ello, el magistrado consideró que el detenido se identificaba con un perfil de terrorista autoadoctrinado, que actuó de modo individual y no vinculado directamente con una organización terrorista en concreto, pero que, en definitiva, lleva a cabo su acción en nombre del fenómeno yihadista al que tantos se adhieren de forma remota, generando un ataque violento que causa terror en la sociedad y desestabiliza la paz social.

Un «perfil inestable»

Cabe destacar que la Policía Nacional señaló que el yihadista presenta un «perfil inestable» y que se autorradicalizó de forma exprés en el último mes.

Además, también confirmaban que al marroquí de 25 años se le intervino en el registro practicado en su vivienda tras su arresto «diferentes dispositivos electrónicos que actualmente están siendo analizados, diversa documentación y la funda del arma blanca utilizada en el atentado».

«Según los investigadores se trataría de un perfil inestable cuya autoradicalización se habría producido de forma acelerada en un corto periodo de tiempo», indicaba la Policía Nacional en un comunicado tras conocerse que el juez de la Audiencia Nacional había ordenado el ingreso en prisión.