Entrevista 23-J | Número uno de Vox al Congreso por Almería
Rocío de Meer: «Vox quiere que violadores y pederastas se pudran en la cárcel, no como el feminismo»
La candidata de Vox por Almería habla con El Debate de la violencia contra las mujeres y la inmigración ilegal, dos cuestiones que suscitan mucha polémica alrededor de su partido
Quedamos con Rocío de Meer en el Hotel Colón de Sevilla horas después de que un candidato de Sumar se negara a mirarla a la cara y le diera la espalda en un debate electoral. Nada más encontrarnos con ella, y antes de empezar esta entrevista, le preguntamos por dicho episodio. «Luego somos nosotros los machistas», nos contesta.
La cabeza de lista de Vox al Congreso por Almería ha protagonizado numerosos encontronazos con la ministra de Igualdad, Irene Montero, en la pasada legislatura a cuenta del feminismo y la 'violencia de género', un concepto que Vox rechaza por «ideológico», sin negar la violencia contra las mujeres, según afirma en su entrevista con El Debate.
―¿Negar la 'violencia de género' significa negar la violencia contra la mujeres?
―No. Vox rechaza el concepto 'violencia de género' porque es un concepto ideológico. Uno de los grandes productos de la 'violencia de género' es la Ley 1/2004, que es manifiestamente injusta porque crea tribunales de excepción, invierte la carga de la prueba y, en definitiva, criminaliza a la mitad de la población y acaba con sus garantías judiciales. Además, es una ley que tan buena no será cuando, primero, no ha acabado con las muertes de las mujeres en los entornos familiares y, segundo, no ha sido copiada por ningún país del mundo.
Vox no niega la violencia contra la mujer. Sería absurdo negar una realidad tan evidente. Lo que decimos es que si reducimos todas las causas posibles de la violencia contra las mujeres al machismo, no podemos abordarla políticamente para garantizar que se pueda minimizar. Y por otro lado, decimos que en los entornos familiares no sólo hay víctimas que son mujeres. Si queremos abordar todas esas violencias, la violencia contra las mujeres y el resto de las violencias que suceden en el hogar, tenemos que ser serios.
―En consecuencia, rechazan el concepto de 'brecha de género' y hablan de 'brecha maternal'. ¿Cómo se reduce esta brecha maternal?
―Hay que proteger a la mujer en lo laboral de una manera particular. El Gobierno está en las políticas de hacer estudios sobre la masturbación y el género no binario. Sin embargo, no abordan políticas en torno a la maternidad. Al final, una mujer, cuando su bebé tiene cuatro meses y sigue mamando, al día siguiente tiene llevarlo a la guardería porque se tiene que reincorporar al trabajo. ¿Cómo puede ser que las asociaciones de pediatría recomiendan un año de lactancia y que las mujeres no puedan, si están trabajando, disfrutar verdaderamente de un año de lactancia?
―Entonces, ¿Vox sería partidario de ampliar los permisos de maternidad?
―Desde luego, nosotros pensamos que una de las cosas que tiene que estar en el centro de las políticas públicas es la familia, es la maternidad y es la mujer. La mujer tiene que ser libre en su maternidad. Tenemos el espejo de políticas que están funcionando en otros países. Las políticas húngaras están permitiendo a las mujeres ser madres, criar a sus hijos, disfrutar de su lactancia, no perder sus trabajos e incorporarse si quieren al año, si quieren a los tres años, y seguir disfrutando de bajas, de complementos salariales, de ayudas a la guardería, incluso para ser autónomas.
―No sé yo si un pequeño empresario, que seguiría pagando los seguros sociales de su trabajadora, vería con buenos ojos esto…
―Por eso es el Estado el que debe asumir esas bajas. Por eso hay que ser ambiciosos en políticas públicas. Por eso no puede ser que nos estemos gastando 570 millones de euros en un Ministerio de Igualdad que se dedica a hacer estudios sobre el género no binario. Es una tomadura de pelo a los españoles, fundamentalmente a las españolas. Son los poderes públicos los que tienen que garantizar esas bajas. No puede ser que una pequeña empresa no contrate a una mujer porque vaya a ser madre.
―Defienden la derogación de la ley del aborto. ¿Qué alternativa propone Vox a esas mujeres que quieren abortar?
―El aborto es algo antinatural. No es algo instintivo que una mujer quiera matar a la criatura que lleva dentro. Pero el feminismo ha convencido a las mujeres de que son más libres si deciden sobre la vida de la persona que llevan en su vientre. En políticas públicas, de cada diez euros, uno se invierte a favor de la vida, y los otros nueve, a favor del aborto. Es evidente que no hay alternativas para la mujer, y esto afecta muy particularmente a las mujeres que se enfrentan a embarazos en los que se diagnostica alguna discapacidad o problema en el bebé que están esperando.
El feminismo ha convencido a las mujeres de que son más libres si deciden sobre la vida de la persona que llevan en su vientre
Son mujeres que están profundamente perdidas sobre esas situaciones. No se les informa, no se les anima. No se les dice tampoco que la dignidad de esas personas es sagrada. Hay que ayudar a todas esas mujeres que se ven desamparadas con políticas públicas fuertes, con información, y cambiando la mirada social hacia una sociedad más comunitaria y menos individualista, en la que pensemos un poco más en los demás.
―¿Cómo se combate la inseguridad que ha generado la ley del 'sólo sí es sí'?
―Lo más grave de la ley del 'sólo sí es sí' es que el daño que ha hecho es irreversible. Lo único que podemos hacer son políticas que castiguen muchísimo más a los violadores y pederastas. Nosotros queremos que se pudran en la cárcel, no como el feminismo, que dice que el punitivismo es machista. Y si son de fuera, que las condenas las cumplan en sus países. Necesitamos convenios bilaterales con los países de origen para que esas penas se cumplan en los países de origen. Es de sentido común.
Inmigración ilegal
―Almería es el destino predilecto de la ruta argelina de la inmigración ilegal. ¿Se han planteado solicitar, por ejemplo, la declaración de Zona de Especial Singularidad? ¿Cuál es la solución que plantea Vox para combatir a las mafias de tráfico de personas?
―Nosotros hemos planteado en muchas iniciativas que se aplique la Ley de Seguridad Nacional para que se considere la inmigración descontrolada un problema de seguridad nacional y que, por lo tanto, haya una serie de herramientas que se pueden aplicar al control de un problema tan grave, fundamentalmente enfocado en el tema de islamismo y radicalización. Hay una amenaza muy colindante con la inmigración descontrolada que es precisamente la islamización de nuestras calles.
―¿Corre España el riesgo de acabar como Francia?
―Desde luego, y antes de lo que nos pensamos, muy particularmente en lugares como Cataluña. Hay gente que dice que faltarían diez años eventualmente para ser como Francia, pero yo creo que a Cataluña le falta bastante menos. La inmigración descontrolada tiene muchos vértices, pero si hablamos muy particularmente de la invasión cultural, observamos lugares como Cataluña, en los cuales los campanarios de las iglesias se han cambiado por mezquitas.
Hay gente que dice que faltarían diez años para ser como Francia, pero a Cataluña le falta bastante menos
―Este discurso provoca que luego sean tachados de racistas o xenófobos.
―Son etiquetas con las que se deshumaniza a Vox. Se dice que para Vox la vida de los inmigrantes no vale nada. Eso es absolutamente falso. Para quien no importan nada todas esas personas que se juegan su vida en el mar es para los Gobiernos progresistas, que no paran de colaborar con las mafias. Porque si tú combates las mafias, no hay muertes en el mar.
Por otro lado, desde el prisma nacional, los barrios se degradan cuando la inmigración masiva y descontrolada entra en muchos de ellos. Y principalmente entra en los barrios más humildes de nuestro país. Al final, a los que estás condenando es a los españoles.
Los barrios se degradan cuando la inmigración masiva y descontrolada entra en muchos de ellos
La inmigración masiva y descontrolada crea una triple condena: económica, porque descienden los salarios, fundamentalmente en los empleos de menor cualificación; social, porque los barrios sufren inseguridad, narcotráfico y economía sumergida, y en tercer lugar, hay una condena cultural, porque en el momento en que hay más personas con una cultura distinta a la nuestra, generalmente incompatible con la nuestra, que autóctonos es evidente que hay una invasión cultural.
―¿Cree que la demonización que denuncian puede perjudicarles electoralmente o que, pese a ello, Vox crecerá en escaños respecto a las generales de noviembre de 2019?
―Yo no sé lo que va a suceder, pero creo que la demonización cada vez la gente se la cree menos. Creo que la izquierda debería plantearse si le siguen funcionando los insultos. Evidentemente, para nosotros son desagradables. Llevamos cuatro años sufriendo una especie de apartheid en el Congreso de los Diputados y en tantas instituciones en las que estamos. Pero eso es lo de menos. Lo peor es que esa discriminación se aplica contra los cuatro millones de votantes que tenemos. Pero, bueno, confiamos en que algún día llegue nuestro mensaje a los españoles sin mentiras.