Crisis demográfica en Andalucía: más defunciones que nacimientos en una población que crece por la inmigración

Andalucía es la viva imagen de la crisis demográfica que padece España. Durante el primer trimestre de 2023 se produjeron en la comunidad andaluza, la más poblada del país, 21.370 defunciones y 14.749 nacimientos, registrándose un crecimiento natural negativo de 6.621 personas, según datos provisionales del Instituto de Estadística y Cartografía de Andalucía (IECA).

Estas cifras suponen, respecto al mismo trimestre de 2022, descensos tanto en defunciones como en nacimientos. No obstante, la natalidad (2 %) cayó el doble que la mortalidad (1 %) en un contexto en el que, además, el número de nuevos matrimonios, 4.707, bajó un 4,5 % respecto al mismo periodo del año anterior.

En el primer trimestre de 2023 se produjeron 14.515 partos, de los que el 1,9 % fueron múltiples (272 dobles y tres triples). Estos partos dieron lugar a 14.749 nacimientos (nacidos vivos), de los que algo más de la mitad (51,4 %) fueron niños. En cuanto al estado civil de las madres, el 46,1 % de los nacimientos correspondieron a madres casadas.

Los nacimientos en los que algún progenitor era extranjero fueron 2.837 y supusieron el 19,2 % del total, destacando las provincias de Almería y Málaga, donde este porcentaje alcanzó el 40,7 % y el 28,4 %, respectivamente. Al respecto, cabe señalar que Andalucía cerró 2022 con 8.500.187 habitantes, de los cuales 741.378 son extranjeros, el 8,7 % de la población, según el padrón municipal.

Por otro lado, la edad media de las madres fue de 32,7 años. En el 32,9 % de los nacimientos, las madres tenían una edad comprendida entre los 30 y los 34 años, siguiéndole en importancia el volumen de madres entre 35 y 39 años, con un 27,8 %.

En cuanto a las defunciones, el 50,9 % fueron hombres. El 70,4 % de las defunciones ocurridas en este periodo correspondieron a personas mayores de 74 años, siendo más frecuentes entre 85 y 89 años (20,2 %). Desagregando por sexo, este mismo grupo de edad sigue siendo el de mayor frecuencia tanto entre las mujeres (23,6 %) como entre los hombres (16,9 %). Las defunciones de extranjeros representaron el 4,5 % del total.

El 41,3 % de las defunciones correspondieron a personas viudas, seguido del 38,7 % que representaron las personas casadas. El estado civil más frecuente entre los hombres difuntos fue el de casado (54,7 %), mientras que para las mujeres fue el de viuda (62,5 %).

La crisis demográfica se evidencia en la edad media de la población. En Andalucía, es ahora de 42,71 años; en 2012, era de 39,75, casi tres años menos, y en 1975, de 31,26 años. Esto se debe a la baja natalidad y al aumento de la esperanza de vida, que subió de los 72,74 años en 1975 a los 81,49 años en 2021, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).

Una tierra de inmigrantes

A pesar del invierno demográfico (y la pandemia), la población andaluza lleva creciendo cinco años. Desde 2017 –último año de caída– ha aumentado en 120.367 habitantes, y ello se debe en gran medida a la inmigración. Andalucía ya no es una tierra de emigrantes, sino de inmigrantes, tanto del extranjero como del resto de España.

En lo que respecta a la población extranjera, ésta ha crecido en Andalucía en 577.233 personas, un 452 %, desde comienzos de siglo. La cifra que ahora se eleva hasta los 741.378 extranjeros era de 164.145 en 2001, según el padrón municipal. Marruecos, el Reino Unido y Rumanía son los tres principales países de origen de la población extranjera de Andalucía.