Fresas en un expositor de una frutería en un mercadoEuropa Press

Andalucía

Alerta por un entramado de empresas «mafiosas» que traen frutos rojos de Marruecos y reetiquetan en Huelva

COAG pide al Gobierno un plan de choque contra el «descontrol» de las importaciones y que se fortalezcan los controles en frontera

La Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG) de Andalucía ha alertado este miércoles de que el tejido productivo agrario de frutos rojos de Huelva «está en peligro» y su marca «amenazada» por un entramado de empresas españolas y, sobre todo, francesas que traerían productos de Marruecos y los reetiquetarían como productos de Huelva. Estas empresas tendrían participaciones en fondos de inversión a través de entidades financieras y algunas cadenas de distribución.

Así lo ha indicado en rueda de prensa en Huelva el secretario de Organización de COAG Andalucía, Eduardo López, que ha señalado que ésta es una práctica que se está llevando a cabo para hacer «negocios sucios» utilizando productos de fuera y vendiéndose como producto de Andalucía y de Huelva» y que «reciben fondos públicos de la Unión Europea, del Gobierno español y de la Junta de Andalucía para montar sus instalaciones, incluso a veces hacer tener sus propios equipos comerciales, pero a la vez tienen empresas en Marruecos».

«Se aprovechan de un sistema fronterizo frágil, prácticamente sin control. Hay un auténtico descontrol con las importaciones que vienen especialmente de Marruecos y entran por el puerto de Algeciras y esto, lógicamente, acaba con una falta de etiquetado porque vienen a reetiquetar el producto a la provincia de Huelva. Almería, Huelva y Granada, es donde más productos se reetiquetan, pero también en otras, en todas las provincias de Andalucía», según López.

El secretario de Organización de COAG Andalucía, Eduardo López, y el secretario de COAG Huelva, Enrique Acción, en rueda de prensaCOAG Andalucía

En este sentido, el dirigente de COAG ha puesto como ejemplo las fresas con hepatitis A que entraron desde Marruecos por el puerto de Algeciras y en cuyas analíticas «salieron un montón de materias activas prohibidas y sustancias que no están permitidas aquí». El producto «venía terminado y en una cajita con sus tarrinas pero las tarrinas venían sin etiqueta y el palé venía sin etiqueta y cuando se abre el camión aparece un cartel muy grande que ponía que son fresas producidas en Marruecos y vienen con destino a una empresa de Huelva que se las vende a una de Sevilla y van con destino a Alemania».

Al respecto, López ha subrayado que esto se produce por «el tinglao societario de empresas que se dedican a especular y a cambiar el origen de los productos y a utilizar la marca Huelva como origen del producto para conseguir ganar dinero y especular», por lo que ha criticado la «pasividad del Gobierno de España y de la Junta de Andalucía, que están provocando un daño económico en el sector agrario pero que, además, pone en riesgo la salud pública de los consumidores».

«Están reetiquetando, falsificando el origen de los productos, y es una estafa al consumidor. Almacenan empresas y, a veces, las mismas cadenas de supermercados falsifican el origen del producto. Esto lo hacen este tipo de empresas, participadas por bancos, por fondos de inversión, por las propias cadenas europeas, para hundirnos los precios a los agricultores en origen», ha explicado antes de añadir que «esto no sólo ocurre con los frutos rojos», sino también con diversos productos andaluces, como el tomate, «que ha perdido miles de hectáreas», o las judías verdes, «que prácticamente han desaparecido».

Al respecto, ha lamentado que «ganan los especuladores» cuyos costes de producción son «menores» que los de los agricultores españoles y «pierden los consumidores, cuya la salud se está poniendo en peligro».

Plan de choque

Por ello, COAG pide al Gobierno central un plan de choque contra el «descontrol» de las importaciones y que se fortalezcan los controles en frontera, así como que se endurezcan las medidas sancionadoras.

Además, Eduardo López ha recordado a la Junta de Andalucía «que es la responsable de garantizar la trazabilidad, la calidad y sanidad del producto ante los consumidores y de investigar y sancionar el reetiquetado de un producto que se hace en Andalucía».

«La Junta de Andalucía tiene competencias directas para llegar a una cadena de supermercado, a un lineal, para parar un camión y coger muestras y analizar o para ir a un almacén y verificar si se está reetiquetando el producto, y no lo hacen. Y cuando lo hacen, el régimen sancionador es burdo, es muy escaso, son 300 euros de sanción, que esto es para reírse», ha lamentado.

En este sentido, ha lamentado que los dirigentes políticos digan que «están con los agricultores, pero después respaldan este tipo de actuaciones de empresas mafiosas que se están aprovechando del buen nombre de Andalucía», por lo que exige «un control exhaustivo de la trazabilidad del producto» y «una lucha sin cuartel sobre el fraude en el reetiquetado y un régimen sancionador severo y duro».

«Ya le hemos pedido a la consejera de Agricultura en reiteradas ocasiones que hay que fortalecer un cuerpo de inspectores en Andalucía que acometan este tipo de fraude que se está produciendo y hemos presentado en Almería y en Huelva más de cuarenta denuncias a la Delegación de Agricultura y a la Delegación de Salud para que se inspeccionen en determinados almacenes el sospechoso reetiquetado de los productos y pasan olímpicamente», ha criticado López.

Los frutos rojos de Huelva

Por último, el secretario de Organización de COAG ha subrayado que de las 12.000 hectáreas de frutos rojos de Huelva, «el 90 % son explotaciones de entre dos y cinco hectáreas», lo que «tiene un valor y una riqueza social impresionante, porque la tierra está repartida» y, «por eso, la provincia de Huelva es el principal motor económico donde hay miles de explotaciones autónomas dedicadas a esta actividad y se busca la vida».

Asimismo, López ha apuntado que ha crecido el número de importaciones de la Unión Europea de frutos rojos de terceros países, con lo cual, «en las últimas cinco campañas ha habido un aumento del 64 %», pasando «de 80.000 toneladas en el 2018 a 125.000 las toneladas de frutos rojos comprados fuera de la Unión Europea».