El presidente de la Generalitat de Cataluña, Pere Aragonés, participa en un desayuno informativo,EFE

Financiación autonómica

La Junta condena el «insulto» de Aragonès a los andaluces: «Sus palabras fueron verdaderamente agresivas»

El presidente catalán animó a los andaluces «a defender sus propios intereses» pero luego avisó de que «no estaba dispuesto» a aceptar que le digan «cuál es el sistema de financiación que Cataluña necesita»

El presidente de la Generalitat, Pere Aragonès, ha vuelto a dar muestras de su concepto sobre aquellos que no son catalanes durante una intervención en Madrid en un desayuno organizado por Europa Press.

Después de que la consejera andaluza de Economía, Carolina España, rechazase lo que consideraba «un nuevo chantaje del independentismo catalán» al «débil» Gobierno de Pedro Sánchez, el líder de ERC se ha permitido animar a la Junta «a defender sus intereses» pero sin estar dispuesto «a aceptar que me digan cuál es el sistema de financiación que Cataluña necesita».

Reacción de la Junta

El consejero andaluz de la Presidencia, Interior, Diálogo Social y Simplificación Administrativa, Antonio Sanz, ha considerado este jueves «inaceptable» el «insulto» del presidente catalán a Andalucía, y ha exigido a la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Hacienda, María Jesús Montero, que garantice la multilateralidad en la negociación sobre la financiación autonómica.

Sanz se ha pronunciado así tras las palabras de Aragonés, en las que el independentista demostró tener la sartén por el mango ante Pedro Sánchez avisando de que nada ni nadie le tienen que decir lo que Cataluña desea.

Sanz ha pedido al Ejecutivo central y a Montero en particular que deje de «reír las gracias a quienes insultan a Andalucía diariamente y que deje de pactar con quienes pretenden estrangular y dañar» a esta comunidad.

Tras calificar de «verdaderamente agresivas» las palabras de Aragonès, ha preguntado cuánto tiempo tiene que pasar hasta que la ministra de Hacienda, que fue consejera andaluza del ramo, «pegue un puñetazo en la mesa y diga basta de dar privilegios a unas comunidades autónomas frente a otras» o de generar «comunidades de primera, de segunda y de tercera, solo por mantener los votos» para que Pedro Sánchez siga siendo presidente del Gobierno.

Chantaje dañino

El órdago o chantaje que propone el independentismo, por boca de Aragonès y Puigdemont, pasa por gestionar la totalidad de los impuestos que se recaudan en Cataluña, lo que provocaría que el Estado dejara de ingresar unos 30.000 millones de euros que dañarían seriamente a la educación y a la sanidad.

En palabras de los expertos, supondría «la desaparición fiscal» del Estado.

El documento de la Generalitat prevé elevar la recaudación total por parte de Cataluña hasta cerca de 52.000 millones de euros, frente a los apenas 4.900 que en la actualidad recauda la Agencia Tributaria de Cataluña, correspondientes a los impuestos cedidos y propios.

La propuesta de Aragonès pasa por engrosar esta cartera con el IRPF, el IVA, el impuesto de Sociedades y los impuestos especiales. La recaudación de estos tributos en Cataluña es, respectivamente, de 23.000, 14.200, 5.300 y 3.500 millones de euros, según la Generalitat. Al asumirlos, pasaría a duplicar los 25.600 millones que actualmente recibe a través del sistema de financiación autonómico.