Almuñécar rinde homenaje a una víctima emblemática del terrorismo de ETA

Toda una generación de españoles recuerda dónde estaba o lo que estaba haciendo aquel 10 julio de 1997, en el que se comunicó la noticia del secuestro y posterior asesinato del concejal del Partido Popular Miguel Ángel Blanco Garrido, en el municipio vizcaíno de Ermua. El calvario colectivo que se vivió aquellos días quebró la indiferencia social hacia las víctimas e hizo que ya nada volviera a ser igual.

Este año se cumplen 27 años de aquellas 48 horas en las que el empeño frustrado de un país por salvar a un joven desconocido, cambió el curso de la historia. Para conmemorarlo, el Ayuntamiento del municipio granadino de Almuñécar ha decidido poner su nombre al tramo de su paseo marítimo que se extiende desde la plaza de San Cristóbal hasta el puente del río Seco, conocido hasta ahora como paseo de Las Flores. El día 20 de septiembre este lugar será rebautizado como paseo Miguel Ángel Blanco, según ha anunciado el alcalde del municipio, Juanjo Ruiz Joya.

Esta decisión fue aprobada por mayoría absoluta por el consistorio, en la sesión plenaria del pasado mes de abril y se enmarca en las conmemoraciones por el aniversario de su trágico fallecimiento. El homenaje contará con la presencia de su hermana, Marimar Blanco, presidenta de la fundación que lleva su nombre, además de senadora y parlamentaria del Partido Popular en la Asamblea de Madrid.

Un símbolo de la libertad

Con esta iniciativa, Almuñécar se une a los más de cien espacios en toda España que llevan el nombre de Miguel Ángel Blanco, consolidando su figura como un símbolo de la resistencia contra el terrorismo y de la defensa de los valores democráticos. Para Almuñécar esta es una forma más de hacer que no caigan en el olvido, sobre todo entre los más jóvenes, todos los que sufrieron por las acciones terroristas.

El alcalde sexitano ha explicado que en la actualidad «el 60 % de los jóvenes españoles desconocen quién fue Miguel Ángel Blanco y el 70 % de ese porcentaje afirma saber poco o nada de lo que significó». Para Joya, estos datos «evidencian la necesidad de transmitir su memoria, explicar quién fue, lo que supuso y lo que aún hoy supone su figura», ya que su muerte levantó la voz de todo un país contra la banda terrorista, al grito de 'Basta Ya'.

Del joven concejal popular no solo se recuerda su tráfico finalo su valentía, sino también su trabajo por la libertad política y su oposición al pensamiento único que quisieron imponer por las armas en el País Vasco.