Almería
Más de 40 detenidos por un centenar de estafas bancarias con las que lograron más de 2 millones de euros
La mayoría de las detenciones se han practicado en el Campo de Gibraltar y una treintena de las víctimas son de Almería
la Guardia Civil ha detenido a más de 40 personas acusadas de formar parte de una organización criminal que realizó más de un centenar de estafas bancarias telemáticas entre los años 2019 y 2023, en el marco de la macrooperación «SMS BANK». Gracias a estas operaciones, los investigados lograron acumular un patrimonio valorado en más de 800.000 euros y obtuvieron fondos monetarios por un total de 1.400.000 euros.
Según ha indicado la Guardia Civil, los miembros de la organización tenían entre 22 y 29 años y utilizaban métodos como el «Spoofing» y el «Smishing» para estafar a sus víctimas. Primero enviaban mensajes SMS masivos en los que les alertaban de una supuesta brecha de seguridad en sus cuentas bancarias y, posteriormente, se hacían pasar por empleados bancarios para obtener las credenciales de sus víctimas y desviar fondos a favor de la organización criminal a través de la banca digital.
A pesar de la sofisticada operativa de la organización, la Benemérita ha logrado esclarecer un centenar de delitos en más de 40 entidades bancarias diferentes y recuperar gran parte del dinero defraudado a los clientes de dichas cuentas. Según la investigación realizada en los dos últimos años por la Guardia Civil, una treintena de las víctimas eran de Almería.
La mayoría de las detenciones se han practicado en el Campo de Gibraltar, en Cádiz, aunque también se han producido arrestos a lo largo de todo el territorio nacional. A los arrestados se les imputan los delitos de pertenencia a organización criminal, delito de blanqueo de capitales y delito de estafa tecnológica. Además, los agentes están investigando también a dos personas jurídicas que habrían sido utilizadas como empresas pantalla para operaciones de «lavado de dinero».
Modus Operandi
El líder de esta red criminal accedía a los datos de los clientes mediante la explotación de brechas de seguridad en las entidades bancarias. Después, compartía esta información sensible con otros miembros del grupo, quienes la utilizaban para engañar con mayor facilidad a sus víctimas.
La organización recibía dinero de forma ilegal usando servicios avanzados en la nube, desde los que operaba almacenando datos o ejecutando programas desde cualquier lugar y dispositivo con acceso a internet. A partir de ahí, los detenidos creaban páginas web fraudulentas y realizaban envíos masivos de mensajes de texto y llamadas repetidas. También utilizaron servidores en otros países y servicios de Red Privada Virtual (VPN), para navegar de forma segura y anónima y poder enmascarar sus direcciones IP y conectarse a la red desde un lugar distinto donde realmente operaban.