El presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, tras la firma de un decreto de bajada de impuestos (archivo)EFE

Andalucía se consolida como comunidad fiscalmente competitiva tras seis bajadas de impuestos

Es la que más mejora su competitividad fiscal, junto con Extremadura, desde 2017

La llegada de Juanma Moreno al Palacio de San Telmo marcó un antes y un después en la fiscalidad andaluza. En 2018, Andalucía ocupaba el décimo puesto en el Índice Autonómico de Competitividad Fiscal (IACF), o el noveno si se excluye al País Vasco, con su particular cupo. Actualmente, es la tercera comunidad y el quinto territorio más competitivo, tras Madrid y las provincias vascongadas.

Andalucía es la comunidad autónoma que más mejora su competitividad fiscal, junto con Extremadura, presidida desde 2023 por María Guardiola (PP), tras subir en pocos años de la decimosexta a la quinta posición y elevar su puntuación en 1,25 puntos, hasta su actual nota de 6,44. Esta evolución viene sucediendo desde el año 2017, aún con el PSOE en la Junta de Andalucía; pero se ha acelerado en el último lustro.

El Gobierno de Moreno ha impulsado seis rebajas fiscales hasta la fecha. En 2019 modificó a la baja la escala autonómica del impuesto sobre la renta minorando el gravamen de los tramos y aprobó reducciones anuales progresivas hasta 2023; mientras que en 2022 anticipó la reducción de la escala autonómica del impuesto, cuya aplicación estaba prevista para el año 2023, y también mejoró el tratamiento fiscal de las familias numerosas al elevar el límite de la base imponible.

En 2022, además, deflactó los mínimos personales y familiares y la tarifa para los dos primeros tramos de renta. El mínimo personal aumentó de 5.550 euros a 5.790 euros, y los mínimos familiares subieron, de media, un 4,4 %. Ese mismo año culminó la reforma del impuesto de patrimonio, iniciada en 2021, dejando el tipo impositivo máximo en el 2,5 %. También se había mejorado el mínimo exento para las personas con discapacidad. A finales de 2022 también aprobó una bonificación general en la cuota del 100 %.

Sin embargo, en diciembre de 2023, estableció que, durante la vigencia del impuesto de solidaridad –respuesta del Gobierno de Pedro Sánchez a la supresión del impuesto de patrimonio– el contribuyente podría aplicar una de estas dos bonificaciones: una bonificación igual a la diferencia entre la total cuota íntegra del propio impuesto y la cuota íntegra que correspondería al impuesto temporal de solidaridad de las grandes fortunas, o la bonificación del 100 %.

En cuanto al impuesto de sucesiones y donaciones, Andalucía aplica desde 2019 una bonificación del 99 % de la cuota a los cónyuges y parientes directos, y mantiene la reducción de un millón de euros sobre la base imponible, modificación de 2018, que le lleva a liderar el índice correspondiente, junto con Cantabria y Galicia.

En 2022, el Gobierno andaluz mejoró el tratamiento de la vivienda habitual, aplicando una reducción del 99 % con independencia del valor de la vivienda, y suprimió la discriminación por patrimonio preexistente en la reducción de un millón de euros para los contribuyentes de los grupos I y II. Además, la reducción para los contribuyentes del grupo III de parentesco pasó de 7.993,46 a 10.000 euros.

Por último, también aminoró el gravamen en todos los tramos, con tipos entre el 7 % (7,65 % antes) y el 26 % (36,5 % antes), aunque mantuvo los coeficientes multiplicadores por parentesco. Además, la reforma transitoria aprobada en 2021 de reducción de los tipos de impuesto sobre transmisiones patrimoniales onerosas (TPO) y actos jurídicos documentados (AJD) se convirtió en permanente. En 2023, el impuesto sobre el depósito de residuos peligrosos fue derogado por la entrada en vigor del impuesto estatal.

Deberes

No obstante, la Fundación para el Avance de la Libertad y la Tax Foundation de Estados Unidos, autores del informe, ponen deberes al Gobierno de Juanma Moreno en materia fiscal para seguir mejorando su competitividad.

Según el estudio, que se presenta este lunes en el Senado, «Andalucía podría mejorar más si eliminara la mayor parte de los impuestos autonómicos y reordena el impuesto sobre sucesiones y donaciones, ya que las diferentes reformas inconexas generaron deducciones tanto en la cuota como en la base, deducciones que dependen del patrimonio preexistente de quien lo adquiera y que hicieron que el impuesto sea tremendamente complejo. También podría aplicar a los familiares del grupo III (hermanos, tíos y sobrinos) las mismas bonificaciones y reducciones que las aplicadas al grupo I y II».

Otra medida sería «reformar el impuesto sobre la renta reduciendo los tipos impositivos en todos los tramos entre 1 y 2 puntos, con un tipo impositivo máximo del 20,5 %, para alcanzar un tipo marginal máximo conjunto, estatal y autonómico, del 45 %, parecido al de Reino Unido». Por último, según el IACF, es «imprescindible» deflactar todos los años los tramos del impuesto sobre la renta y los mínimos personales y familiares.

Hace unos días, precisamente, Moreno anunció que el presupuesto de Andalucía para 2025, cuya aprobación está garantizada merced a la mayoría absoluta del PP en el Parlamento andaluz, incluirá nuevas medidas fiscales para facilitar el acceso a la vivienda a más de 40.000 andaluces, con mejoras en la deducción para la compra de VPO o el alquiler.