Un dron del Seprona, en tareas de vigilancia sobre un olivar de JaénJosé Manuel Pedrosa | EFE

Jaén

La última bala para evitar que un olivar del tamaño de 100 campos de fútbol acabe siendo una megaplanta solar

Más de 20.000 olivos, arrancados para ser sustituidos por megaplantas solares. Son las estimaciones de los agricultores que llevan meses intentando parar la expropiación de sus tierras en la provincia de Jaén.

Está previsto que estas plantas fotovoltaicas ocupen una extensión de unos 100 campos de fútbol, quedando la economía de tres términos municipales afectados: Lopera, Arjona y Marmolejo.

Una oposición que cristalizó en la Plataforma Campiña Norte que tiene como finalidad la defensa de los olivares y por extensión del territorio, su agricultura, el medio ambiente y los puestos de trabajo.

Para conseguirlo, sospechan que la empresa que ejecutará el proyecto fragmentará el mismo para eludir el control de la administración, que a mayor tamaño, más riguroso es.

Apoyo de Vox

Vox llevará a la desesperada ante la Comisión de Medio Ambiente del Parlamento Europeo esta «expropiación forzosa» con el objetivo de defender los intereses de los agricultores.

El pasado miércoles, el jefe de la delegación del partido en Bruselas, Jorge Buxadé, se desplazó a Lopera para reunirse con los miembros de la Plataforma de Afectados Campiña Norte.

«No puede ser que esta Agenda 2030 se imponga al impacto ambiental, al impacto de la flora, en la fauna, y sobre todo, en el modo de vida de cientos de vecinos y familias de Jaén», denunciaba. «Esto no es desarrollo sostenible, sino riqueza para unos pocos y ruina para la mayoría de jienenses».

Buxadé denunció sobre el terreno que con la construcción de esta megaplanta «se ponía de manifiesto la desidia, la falta de interés de la Junta y de los ayuntamientos afectados por la defensa del sector olivarero».

Por último, aprovechó para criticar que tanto desde Bruselas como desde el Gobierno centra y la Junta se está destruyendo «la producción de aceite aquí en Jaén para que nos lo traigan desde Marruecos»

¿Una Andalucía sin aceite?

¿Se dirige Andalucía a convertirse en una comunidad que ya no produzca y exporte su característico aceite de oliva? Esta es, sin duda, una afirmación exagerada y fatalista, pero en la campiña jienense, no falta quien se plantee desde hace tiempo esta pregunta.

​El conflicto ha ido a estallar en un año 2024 especialmente turbulento para el precio del aceite.

​El conocido como 'oro líquido' ha vivido una montaña rusa de precios a lo largo del último ejercicio. El aceite, a principios de año, presionó al alza la inflación de los alimentos llegando a costar 884,42 euros por cada 100 kilos para después, reducirse a la mitad (441,5).

​En este contexto, los agricultores achacan que se ven coaccionados para llegar a un acuerdo con las empresas promotoras de estas megaplantas, ya que resulta más ventajoso en términos económicos que la expropiación facilitada por la ley del sector eléctrico. Según dicen, se les ofrecen arrendamientos anuales a 30 años entre 1.000 y 1.500 euros por hectárea, que luego acaban revendidas a fondos de inversión a 10.000 euros la misma porción de tierra.

Así, los defensores del campo lamentan que España está pasando de ser «la huerta de Europa a la pila de Europa». La organización SOS Rural apunta que le resulta «incomprensible» que se vayan a destruir decenas de miles de olivos «arrasando cultivos en el Valle del Guadalquivir, convirtiendo una de las tierras más fértiles de España en un valle lleno de placas de hierro y cristal».