Antonio Varela, presidente del Colegio Oficial de Agentes de Aduanas en el Campo de Gibraltar

Entrevista al presidente de los Agentes de Aduanas de Gibraltar

Antonio Varela: «Si derriban la verja de Gibraltar, habrá empresas y trabajadores muy afectados»

El presidente del Colegio Oficial de Agentes de Aduanas en el Campo de Gibraltar advierte de que el sector podría desaparecer por el acuerdo entre la Unión Europea y el Reino Unido

Los aduaneros son un colectivo olvidado en todo lo referente a las negociaciones sobre el estatus de Gibraltar tras el Brexit. Un eventual derribo de la Verja, núcleo de las negociaciones, supondría el cierre de muchas empresas y el despido de centenares de trabajadores. El presidente del Colegio Oficial de Agentes de Aduanas en el Campo de Gibraltar, Antonio Varela, reclama transparencia e información al Gobierno en todo este asunto.

–¿Cómo afectaría un eventual derribo de la verja de Gibraltar a su colectivo?

–Como empresas que asisten en los despachos de Aduanas a los exportadores e importadores, nuestra función se ve totalmente mermada y suprimida. Al suprimir la Verja, en el sentido de que desaparece una aduana, los agentes no tienen ningún sentido, porque las mercancías, en principio, podrían circular libremente.

–Denuncian la falta de transparencia del Gobierno en relación con las negociaciones sobre el estatus de Gibraltar. ¿Qué información le solicitan?

–No queda claro en qué consistiría el derribo de la Verja, porque no conocemos los detalles del Acuerdo [de Nochevieja]. Tendría que haber transparencia. No estamos hablando de un asunto de defensa de la nación, ni de soberanía ni de otras historias que no pueden facilitarse a la ciudadanía con carácter general, sino de un asunto que afecta a los agentes de Aduanas, a los almacenes logísticos, a empresas de transportes, a empresas importadoras y exportadoras… Todo esto puede desaparecer porque no se está teniendo en cuenta a nuestro sector. Las empresas tendrán que cerrar; habrá empresarios que pierdan todo su patrimonio, y los trabajadores, yo calculo que unos 500, irán al paro.

–¿Y no ha habido ningún tipo de contacto por parte del Gobierno con ustedes?

–No, para nada. Para el Gobierno parece que no existimos. Nuestra duda es si de verdad nos conocen, si existimos para ellos. Si deciden derribar la Verja, deben tener en cuenta que habrá empresas y trabajadores muy afectados. Esto me recuerda al año 1982, cuando España entró en la Unión Europea. Entonces desapareció la frontera y hubo una gran cantidad de empresas que tuvieron que cerrar, pero el Gobierno ayudó a estas empresas a su liquidación e incluso a las indemnizaciones de los trabajadores.

–¿Cuáles son, exactamente, las reclamaciones de su colectivo?

–Transparencia e información, porque no es una cuestión de seguridad nacional, sino de supervivencia de empresas. ¿Por qué tanto ocultismo? El Gobierno debe representarnos a todos, porque para eso estamos en una democracia. No se puede salir de una reunión y decir «hemos logrado muchos avances». ¿Avances en qué? Queremos información para poder organizarnos y saber a qué nos podemos enfrentar y qué opciones nos quedan. No podemos estar en este limbo de desinformación.

Pero, claro, no son transparentes ni con los alcaldes de la zona, que me han dicho que no tienen ni idea; ni la Mancomunidad de Municipios [del Campo de Gibraltar], ni la Diputación [de Cádiz] ni la Junta de Andalucía. Hasta el propio señor Sanz, el consejero de la Presidencia, pide explicaciones al Gobierno. ¿Que puede haber alguna ayuda? Pues bienvenida sea. ¿Que no la hay? Pues como empresarios tomaremos decisiones.

–En caso de que se vean abocados al cierre de empresas, ¿pedirán algún tipo de medida o ayuda compensatoria?

–Sí. Como mínimo, que nos paguen los despidos de los trabajadores, para que tengan un despido decente y puedan cobrar luego su desempleo, y como empresas, alguna ayuda para que no nos veamos abocados a la ruina.

–¿Cuál sería para ustedes la solución óptima al asunto de Gibraltar?

–Vamos a quedarnos como estamos, es decir, con la Verja en pie, y que exista fluidez, nada más; porque si las cosas funcionan, para qué cambiarlas. Aquí comen muchísimas personas y viven muchas empresas de esto. Tanto el jefe de la aduana como sus colaboradores siempre están por la labor de ayudar, lógicamente dentro de la normativa y la legislación aduaneras. No sé por qué los políticos se empeñan siempre en cambiar las cosas.