Cádiz
La cafetería de principios del siglo XX de Cádiz en la que sentirte todo un burgués
El gran café conserva pinturas de la época y ornamentos recubiertos de pan de oro
La Tacita de Plata alberga desde 1912 un restaurante y cafetería digno de la burguesía en la plaza Candelaria que cualquier historiador desearía conocer. En sus paredes aún pueden verse a día de hoy obras de reconocidos artistas y un mobiliario perfectamente conservado.
El establecimiento en cuestión se trata del ‘Restaurante Café Royalty’. Al traspasar sus puertas, abiertas al público a principios del siglo XX por el empresario Gómez Doreé, un golpe de historia vuelve a la actualidad, demostrando todas las hazañas que el comercio ha presenciado a lo largo de los años.
Su apertura se realizó celebrando el centenario de Las Cortes de Cádiz de 1812. No tardó mucho tiempo en volverse el local de moda de la ciudad, ya que destacaba por aquel entonces gracias a su servicio, productos y espectáculos musicales ofrecidos todas las noches. El lugar fue transitado por políticos, intelectuales, literatos, músicos y artistas, destacando nombres como el de Manuel de Falla, quien en alguna ocasión complació a los presentes con sus actuaciones.
A lo largo de su historia, el restaurante ha cerrado en dos ocasiones. La primera de ellas fue en los años anteriores a la Guerra Civil española, desembocando en una caída en picado del local tras convertirse en almacén, bazar y lugar olvidado. La segunda vez fue ocasionada por la covid. La pandemia obligó a que el establecimiento clausurara hasta el 26 de mayo 2022.
Fue en 2008 cuando el restaurante resurgió de sus cenizas gracias a la familia Serna Martín que compró el lugar con el fin de restaurarlo de la mano de grandes expertos, dando el valor merecido al patrimonio artístico que guardaban las paredes del comedor.
Desde ‘Restaurante Café Royalty’ definen el rincón gaditano como «el único gran café romántico histórico conservado en Andalucía y posiblemente en toda España». Además, señalan que «sus ricas pinturas de artistas de renombre como Felipe Abarzuza, su exquisita carpintería artesanal y escayolas originales recubiertas de pan de oro fino, junto al mobiliario de las primeras décadas del siglo XX, no deja indiferente al visitante».
Qué encontrar actualmente
Hoy en día, el café sigue siendo un lugar muy concurrido en el que degustar la especialidad de la casa: sus picatostes envueltos en una abundante capa de azúcar glas. El ambiente, la decoración y la forma de atender a la clientela hacen sentir al visitante como si se tratase de la burguesía.
El restaurante ofrece servicios de comida, meriendas y cenas que pueden reservarse desde la web del propio negocio. En ocasiones, para acceder al local, hay que apuntarse en lista de espera, hecho que valdrá la pena al dar el primer sorbo de café sentado entre tantas obras de arte.