Cádiz
El palo que se llevó un británico que creyó haber comprado la casa de sus sueños: «Había extraños en la cocina»
Steven Najda adquirió la Casa Palacio del Conde del Águila, un histórico palacete en el corazón de Arcos: «Todo empezó una mañana cuando una desconocida apareció con su perro»
Se llama Steven, es un ciudadano británico de 67 años y creyó haber encontrado la casa de sus sueños en la localidad gaditana de Arcos de la Frontera, de la cual estaba enamorado desde que un amigo le invitara a visitarla durante unas vacaciones en 2019.
Nuestro protagonista no se lo pensó cuando vio el cartel de ‘Se vende’ en un histórico palacete en el centro de la ciudad. Se trata de la Casa Palacio del Conde del Águila. Según recoge el Daily Mail, Steven pagó 135.000 euros por hacerse con la planta baja del edificio.
Pero su gozo, en un pozo. Cuando pensaba que sería la base para comenzar una vida de ensueño en la provincia gaditana «comenzaron a aparecer extraños en la cocina».
Según su testimonio, «todo empezó una mañana cuando una desconocida apareció con su perro. Cuando le pregunté qué estaba haciendo, me enteré de que había dos puertas que conducían desde otras casas a mi cocina».
Una situación que le llevó a consultar con su abogado, que le avisó de que, en un posible pleito, no tendría razón. «Fue completamente devastador, la compré pensando que sería la base para una nueva vida en España, pero ahora apenas vengo porque no quiero vivir bajo la amenaza de que gente al azar se siente en mi cocina».
Los vecinos tienen llaves para entrar
Se da la circunstancia de que este hombre había consultado con el vendedor y un notario para asegurarse que, ya que él se instalaría en la planta baja del palacete, la cocina sería de su única pertenencia. Nadie le avisó de que los vecinos mantenían derecho de acceso e incluso llaves para entrar. La situación empezó a ser más que incómoda cuando descubrió que le habían sustraído una cara cafetera.
«Me estaba recuperando de un derrame cerebral cuando todo esto ocurrió. Ha sido devastador tanto a nivel financiero como emocional», confesó Najda, que actualmente vive en Francia.
A los 135.000 euros del coste del inmueble, gastó otros 20.000 en reparaciones, incluyendo trabajos en la cocina que luego resultó ser comunitaria para evitar que la casa de un vecino se derrumbara. El pago a esos servicios fue que uno de los inquilinos conectó una tubería ilegal a su suministro de agua.
El sueño se ha tornado en pesadilla. Najda afirma al Daily Mail que inicialmente la casa fue presentada como una oportunidad para comenzar una nueva vida en España. «Pensé que sería mi base, pero ahora apenas vengo», explicó.
«Irónicamente, mis hijos me dijeron que me arrepentiría de haber comprado una casa en España y, por desgracia, tenían razón».