Las curiosas formaciones rocosas del Torcal de Antequera son un gran atractivo de la ruta hacia la Cornisa del Diablo
Málaga
Cuatro rutas malagueñas de vértigo más allá del Caminito del Rey
Los recorridos, no aptos para miedosos, son la mejor muestra de la riqueza y la diversidad de los paisajes malagueños y una garantía de disfrute para los aficionados al senderismo y la naturaleza
La provincia de Málaga, famosa internacionalmente por su buen clima, sus costas y su buen comer, es, además, el enclave perfecto para los amantes de la naturaleza, el senderismo y las emociones fuertes. Lejos de limitarse al turismo de «sol y playa», Málaga ofrece parajes naturales únicos, con múltiples senderos y rutas para todos los gustos. Algunos más complejos, otros aptos para todos los públicos, pero todos ofrecen unas vistas de altura que no dejan indiferente a nadie.
¿Quién no conoce el famosísimo Caminito del Rey? La senda aérea que cuelga de las paredes del Desfiladero de los Gaitanes es una de las grandes atracciones de la provincia de Málaga. Elevada a más de 100 metros sobre el río y con una longitud de tres kilómetros, recibe su nombre de Alfonso XIII, que inauguró este vertiginoso sendero en 1921. Las vistas, no aptas para cualquiera, son de las que cortan la respiración.
Pero, además de este famoso trazado, podemos encontrar otros recorridos por la provincia igual de impresionantes y menos conocidos por el gran público.
La Cornisa del Diablo, Antequera
Se encuentra ubicada en el Parque del Torcal de Antequera y, a pesar de que es una ruta circular, se recomienda no ir con niños por su amplia extensión (8 kilómetros) y algunos tramos de difícil tránsito.
Además de asomarse a la Cornisa del Diablo, con unas espectaculares vistas de la vertiente norte de la provincia y de la campiña, el recorrido ofrece formaciones kársticas creadas por la erosión de la lluvia, el viento y la nieve a lo largo de miles de años, creando figuras tan curiosas como El Dedo, El Camello, La Jarra o La Botella.
Para completar la ruta, existe una parte subterránea que esconde más de un millar de simas y cuevas con restos arqueológicos muy valiosos y a las que es recomendable acceder con guías y expertos de la zona.
La Acequia de Lízar, Frigiliana
Frigiliana, uno de los pueblos malagueños que siempre aparece en las listas de los más bonitos, es el punto de partida de esta ruta, que se puede realizar de dos maneras, dependiendo del vértigo que tengan los senderistas.
Para los más atrevidos, la ruta atraviesa el río Higuerón y sigue por la Acequia de Lízar, un canal de agua que asoma hacia la sierra en un recorrido trepidante en el que se deben extremar las precauciones y contar con un buen fondo físico, ya que son 10 kilómetros de camino, pero la panorámica que ofrece de Frigiliana, Nerja, los valles y el mar merecen la pena.
El paseo parece sencillo, pero es necesario llevar siempre un calzado apropiado para los tramos más complejos
Para los más cautos, la ruta transcurre siguiendo el curso del río hacia el norte. No disfrutarán de las vistas de la zona, pero se refrescarán los pies durante el trayecto.
Caminito de los Caballeros, Montejaque
En el entorno de la Serranía de Ronda se encuentra Montejaque, la localidad junto a la que comienza la ruta del Caminito de los Caballeros, inmerso en el parque natural de la Sierra de Grazalema. Es un recorrido agradable, bien señalizado y sin mucha dificultad, con una extensión de 2,9 kilómetros y un desnivel de 130 metros.
La cueva del Hundidero fue declarada Bien de Interés Cultural por sus pinturas rupestres de la Edad del Cobre
Tras comenzar el descenso y disfrutar de un mirador de pinos, el camino se bifurca. A la derecha, unas escaleras conducen a la imponente pared vertical de la presa, un recorrido a 80 metros de altura; a la derecha, el descenso a la Cueva del Hundidero, un entramado de galerías a 50 metros de altura que, para descubrirlo en profundidad, se necesita la ayuda de especialistas.
El Saltillo, Canillas de Aceituno
En 2020 se inauguró la pasarela colgante de El Saltillo, un impresionante puente de acero y madera de 50 metros de longitud que se alza sobre el desfiladero del río Almanchares y que se ha convertido en uno de los tres puentes colgantes más grandes de España ubicados en espacios naturales. Desde esta pasarela, el paisaje es abrumador.
Al cruzar el puente de El Saltillo es mejor no mirar hacia abajo
La ruta, con una extensión total de 8 kilómetros, arranca en Canillas de Aceituno, en la comarca de la Axarquía, y ofrece una perspectiva espectacular de todo el entorno. Además del puente, se han arreglado y mejorado las pasarelas metálicas y se ha acondicionado el sendero para garantizar la seguridad y el disfrute de los caminantes.