Antequera tenía una importante actividad humana en los siglos previos a esta construcciónJunta de Andalucía

Málaga

La gran proeza arquitectónica del Neolítico español se encuentra en Andalucía

Según estudios recientes, la complejidad y singularidad del dolmen de Menga lo convierten en un monumento único en Europa

Con casi 6.000 años de historia, recientemente datados con métodos como el radiocarbono o la luminiscencia por estimulación óptica, el dolmen de Menga, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde 2016, puede presumir de ser una de las construcciones megalíticas más antiguas de la prehistoria europea. Erigido mil años antes que la primera pirámide de Egipto, este sepulcro pertenece al Conjunto Arqueológico Dólmenes de Antequera, junto a los dólmenes de Viera y El Romeral, aportándole un valor histórico incalculable a la localidad malagueña.

Situado muy cerca de lo que hoy es el centro urbano, el dolmen se configura como un sepulcro de corredor. Con una longitud total de unos 25 metros y una anchura de 7, en la planta del sepulcro se distinguen tres zonas: el atrio, el corredor y la gran cámara funeraria.

El corredor, formado por cinco enormes losas a cada lado, desemboca en una cámara sepulcral, formada a su vez por dos paredes de siete monolitos cada una y uno en la cabecera. Todo ello está cubierto por cinco grandes losas, sujetas por tres pilares de base cuadrada. La última cobija de la cubierta, conocida como Cobija 5, pesa casi 200 toneladas.

Los motivos de su peculiaridad

Además de ser una construcción prehistórica con miles de años de antigüedad y ser el más grande de los tres dólmenes del conjunto al que pertenece, el monumento de Menga es el único que cuenta con inscripciones de figuras antropomórficas, ubicadas en la primera losa de entrada a la izquierda, una singularidad que lo hace especial e innegable motivo de estudio por parte de los investigadores.

En los monumentos megalíticos del sur de la península es común que la alineación de su eje central se corresponda con la salida del sol. Sin embargo, en este dolmen antequerano no es así. Su eje central está orientado a la perfección con La Peña de los Enamorados, la montaña con silueta antropomórfica situada en la Vega de Antequera, que cuenta, además, con una serie de pinturas rupestres que parecen guardar cierta relación con el conjunto funerario, según reflejan las últimas investigaciones.

La Peña de los Enamorados toma su nombre de una leyenda sobre el amor imposible entre un cristiano y una musulmanaJunta de Andalucía

Estudios realizados por el CSIC, en colaboración con el Grupo Atlas de la Universidad de Sevilla, describen también otras razones por las que este conjunto es tan especial. La elección de las piedras empleadas en la construcción, calcarenitas de origen arcilloso, es una clara muestra de su conocimiento de las propiedades geológicas de la roca, ya que son las idóneas para lograr estabilidad en una construcción de su tamaño y en ese tipo de terreno.

Los estudios también enfatizan la minuciosa planificación y organización a la que se sometieron los constructores. Los megalitos, extraídos en las Canteras de Cerro de la Cruz, debían ser transportados a un kilómetro de distancia, por lo que se construyeron enormes rampas para poder trasladarlas hasta su ubicación final, hecho muy poco habitual en la época en la que se ejecutó.

Es por estas y otras muchas razones por las que este extraordinario monumento prehistórico malagueño sigue despertando interés y curiosidad en los amantes de la ingeniería, la arquitectura y la Historia.